Los demócratas ante la Casa Blanca

-Fernando González Davison / DING DONG

El recién publicado libro Fire and Fury de Michael Wolff revela las interioridades de la Casa Blanca y su presidente como un niño que necesita constantes compensaciones; una persona que no lee ni hojea los memos que las agencias le presentan, un presidente al que consideran sus colaboradores un ignorante casi analfabeta, incapacitado para ese cargo, un presidente que no deseaba serlo que hizo campaña para elevar su apellido a mayor fama y diseminar más las franquicias de su apellido en el mundo. Se sintió mal cuando ganó y hasta su hija lloró. No tenía idea de lo que iba a hacer. Y así funcionó la Casa Blanca durante su primer año de Gobierno entre tuits e impulsos que le nacían de ver televisión por horas y horas durante el día. Llega a las once de la mañana a su oficina y su agenda es en extremo corta. Casi vive un tercio de su tiempo en sus campos de golf. Lo cierto es que si no fuera por los generales que se ocupan de la seguridad del país el caos sería mayor. Ellos son los que orientan la política doméstica y exterior. De hecho, la seguridad doméstica la han vuelto global: lo doméstico es el mundo. El Gobierno de los generales se recetó el mayor presupuesto militar en favor del gran complejo militar-industrial, del que el presidente Eisenhower previno cuidarse porque podría controlar la política del país, que en términos orwelianos sería «el Gran Hermano», como ya sucede.

A pesar de ello, los demócratas en lugar de plantear una política diferente y clara de oposición han dejado que la interferencia rusa, que benefició a Trump en la campaña de 2016, sea el epicentro de sus preocupaciones para cuestionarlo: este año ha elevado los gastos militares al infinito mientras eso hizo crecer el déficit fiscal a números astronómicos en beneficio de la minoría de magnates, a quienes redujo los impuestos en gran parte, dejando el sistema de salud en la precariedad, incluso el sistema de carreteras que prometió arreglar.

El jaqueo ruso, sin embargo, ganó la atención de los demócratas. Y poco han explotado el caos de Trump, incluso su racismo nazi de Trump y cuestionar el traslado de la capital de Israel a Jerusalén en favor de los ortodoxos judíos y evangélicos, seguido por el presidente Jimmy Banana Republic. El único demócrata claro en oponerse a las políticas de Trump es Bernie Sanders que va en contra de las políticas de los tecnócratas de su partido que aún creen en el consenso de Washington. Sanders es un socialdemócrata y Trump un demagogo, pero hay demócratas sin norte. Bernie define una estrategia pero choca con sus colegas que esperan a todo del FBI, que hundió a la propia Hilary Clinton en noviembre 2016 con una acusación ambigua en su contra que le hizo perder las elecciones.

Trump no cree en la CIA, el FBI y la NSA, por su rol politizado para declarar la guerra contra Irak en 2002, que devastó Medio Oriente, y porque la NSA juró que no espiaba a los ciudadanos estadounidenses, lo que se comprobó que era mentira. Los demócratas no pueden basar sus esperanzas en el FBI. Los generales de Trump tienen credenciales intervencionistas. Sanders se está quedando solo pero no cree en la globalización porque ha dañado a los trabajadores de su país, y de eso se aprovechando China que impulsa el libre comercio. Trump quiere hacer lo que quiera en la arena internacional. La détente con Rusia era parte del programa demócrata hasta 2012 pero a los generales la idea no les atrae. Quieren tensiones. Sanders lo sabe. ¿Que harán los demócratas para ganar las próximas elecciones? Tienen que poner fuera a Hilary Clinton que genera grandes rechazos. Necesitan nuevas figuras con ideas nuevas.

La NSA puede rastrear todo jaqueo, ya lo hizo con China y lo puede hacer con Rusia. ¿Por qué no publica lo que tiene sobre el la trama rusa? Los demócratas deben clarificarse y salir de la confusión llamada Putin que los ha enredado, y plantear una agenda de programas y acciones para ganarle a los republicanos y procesar al presidente por incapacidad, porque es el factor de riesgo más grande en el mundo.

Fernando González Davison

(1948) Escritor, internacionalista y exdiplomático guatemalteco.

Ding dong

Un Commentario

Guillermo 14/01/2018

El libro tiene comentarios falsos, entrevistas que no existieron, y muchos comentarios ya demostrados falsos. Es un trabajo de ataque al mejor primer año de un presidente americano, que demuestra lo que sabemos los chapines, la gente de iniciativa privada es mas trabajadora, capaz y competente que los politicos tradicionales. No pueden aceptar que un no politico tiene a su pais en franco crecimiento economico, eliminado casi el desempleo, y exponiendo lo cochino que los Clinton han hecho, entrando a la presidencia con una estafa, Whitewater, y ahora millonarios tras vender la mayor mina de uranio a Rusia, siendo ella la Secretaria de Estado.

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