Mario Polanco | Política y sociedad / NO MÁS IMPUNIDAD
Una institución como la policía, cuya función es garantizar la seguridad ciudadana, debe tener como característica una moral alta que haga de sus integrantes ejemplos dentro de una sociedad, que colaboren con la población, que estén atentos a cualquier necesidad y sobre todo que capturen a cualquiera que viole la ley.
La PNC en Guatemala no está respaldada por leyes sólidas, por ejemplo, no está contemplada en la Constitución Política, cuenta con leyes ordinarias que dan lugar a atropellos y abusos que convierten a esa institución en la que con mayor frecuencia ha sido víctima de saqueos y robos por parte de ministros de Gobernación. En la actualidad, podría estar siendo utilizada para garantizar que continúe la corrupción y se fortalezca la impunidad.
Cualquier persona comete errores, sin embargo, en algunos casos y dependiendo del valor estratégico de la posición que esa persona ocupe, esos errores pueden convertirse en factores que causen retroceso, dolor y sufrimiento para toda una sociedad o para un país.
Degenhart se convertirá en prisionero de sus malas decisiones, pasará a la historia como el ministro de Gobernación que propició el incremento en los abusos, actos delictivos y hechos de violencia. Además de poner en peligro el desarrollo de la nación, debido a que podría alejar la posibilidad de que inversores vengan al país e incluso provocar que el capital invertido migre hacia otros países donde les brinden mejores oportunidades.
A partir de la llegada del actual ministro, se han sucedido una serie de órdenes que, emanadas desde su despacho, son realizadas por comisarios y otros jefes de la PNC, las cuales tienen un común denominador: debilitar el trabajo de la Cicig, además de vigilar a quienes son considerados aliados e impulsores de la lucha contra la corrupción y la impunidad.
Las actuales autoridades pretenden convertir a la PNC en una especie de guardia política que reprima cualquier protesta social o a quien emita comentarios contrarios a los intereses de quienes en este momento están haciendo gobierno.
La moral y autoestima del policía está siendo afectada, debido a que de manera arbitraria ha sido quebrantada la incipiente meritocracia que empezaba a ser aplicada. En los últimos meses han sido ascendidos 139 agentes y oficiales, independientemente de si merecían o no la promoción. El camino que se ha empleado ha sido el equivocado, lo cual ha provocado descontento y rechazo no solo en la sociedad sino en las mismas filas de la PNC.
La molestia podría provocar que la institución desvíe su atención, que en lugar de garantizar la protección de la población o el combate a la criminalidad se preocupen de sí mismos, de buscar congraciarse con sus jefes, dando inicio a una cultura enmarcada en la corrupción interna.
Los avances en el fortalecimiento institucional de la PNC que se venían registrando a partir de 2010 podrían quedar destruidos, el impacto no se hará sentir de manera inmediata, pero podría ocurrir un retroceso que haga de Guatemala un país aún más violento de lo que ya es. Además, se afectará la moral del agente que sin “cuello” se verá imposibilitado de ascender en la jerarquía de la misma.
La sociedad no debe olvidar los errores que las autoridades del Ministerio de Gobernación están cometiendo, solo de esa manera se podrá evitar que en el futuro vuelvan a ocupar cargos de dirección en el Estado.
Mario Polanco

Graduado en la Universidad de San Carlos de Guatemala de licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, con Maestría en Seguridad y Defensa por la Universidad Mariano Galvez, actualmente director del Grupo de Apoyo Mutuo. Activista de derechos humanos, haciendo esfuerzos para que no haya más impunidad.
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