Lo que sucede con los medios y los músicos

Jorge Sierra | Música / PALO DE MÚSICA

En estos días se vuelve a discutir el rol de los medios de comunicación en la industria de la música. Obviamente en Guatemala apenas hay una incipiente industria, donde apenas hay sellos discográficos, venues, exposición mediática programada y consistente, e infraestructura para emprender giras departamentales. Pero, en efecto, está en proceso, se está construyendo. Y en ese desarrollo, como ya mencioné, están los medios de comunicación.

La discusión se centra en ¿qué tan importante son ahora los medios? ¿Con las redes sociales los músicos ya no necesitan de la radio ni de la prensa ni de la televisión? ¿O todavía son decisivos los medios para empujar al estrellato a algún artista? ¿Los medios se preparan mejor para comprender y testimoniar la escena de la música nacional? ¿O todo lo contrario, se está en camino de prescindir por completo de la prensa y los medios para incrustarse en el panorama de la música?

Lo cierto del caso es que por ratos (por no decir días) pareciera que a la radio y la televisión sí les interesa la música nacional. Sobre todo los canales abiertos cuando se trata de actividades como la Teletón o un especial navideño. Pero en el resto del año y para la cobertura de conciertos o la presentación de nuevo material, se muestran sordos. En ese sentido los medios escritos escuchan y hablan más. Pero aún la forma escrita tiene el inconveniente del espacio y dejarlo todo en una superficial nota.

Con esos pequeños asomos de interés de los medios de comunicación masiva para con el artista, muchos de ellos ahora prefieren confiar todos sus proyectos y actividades a las redes sociales (FB, Twitter o Instagram) o en todo caso a YouTube. Que no solo les resulta económico y ajustado a su interés, sino que también les permiten una interacción y acercamiento con sus seguidores que de otro modo no ocurriría. Y eso se da cada vez más.
A partir de allí ya debe hacerse una reflexión seria en los medios de comunicación. Es decir, de preocuparse en mejorar la calidad de sus notas musicales, sean crónicas, entrevistas, reseñas o notas informativas. En los nuevos tiempos, los medios de comunicación tradicionales son un complemento a esas otras formas existentes sin abandonar el buen periodismo, más allá de si existe el viejo periodismo o el nuevo periodismo.

Hay que recordar que la calidad dice mucho del medio. Y también del periodista. Por otro lado, no se debe olvidar que nadie leería una nota, vería una transmisión o escucharía un artista que ni el mismo periodista está interesado en leer, ver o escuchar. Sobre todo la televisión, que en Guatemala no ha dado visos de mostrar interés ni profesionalismo a la hora de presentar grupos o cantantes en vivo. Optan casi siempre por el playback o por una instrumentación mínima que no les robe tiempo, dinero o trabajo, convirtiendo dicha transmisión en un aburrido y acartonado producto. Las estaciones de radio muy bien podrían añadir contenido a su programación al transmitir conciertos directamente en vivo, como hoy lo hacen con los decepcionantes partidos de fútbol. Y el medio escrito podría ensayar sendos reportajes acompañados de excelentes fotografías.

Si cabe acá, además, recordarles a los artistas que el periodismo y los medios se deben a su audiencia, no a ellos.

En fin, la discusión sigue abierta pero también los retos para los medios de difusión y para el artista que desea un lugar preeminente en la escena nacional.


Imagen principal tomada de 2° Música IES Villa de Níjar.

Jorge Sierra

Dedicado en los últimos 13 años al periodismo musical. Desde hace 40 años produce programas musicales de radio. Ha escrito para revista Crónica y en los periódicos Siglo21 y elPeriódico. Participó en el tomo V, de Guatemala: historia reciente (FLACSO) y en el Manual del músico independiente. Ha rebasado los cincuenta, pero no hay novedad musical en cualquier parte del planeta que se le escape.

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