Libros prohibidos en Guatemala (1). Una historia de la censura

-Cristóbal Pacheco / A LA CASA DE LIBROS

“Benditos sean los censores que nos han descubierto tantos libros que merecíamos la pena leer.” Joseph Fontana

La libre circulación de ideas es indispensable para una vida de libertades y democracia. Pero en nuestro país, desde la conquista, ha sido palpable la censura en contra de muchos libros aparecidos o publicados y que atentaban en contra del statu quo político, religioso y social. Con la venida de los españoles y las doctrinas religiosas acompañándolos, se inició una terrible destrucción en contra de los códices, glifos y expresiones mayas. Dos famosos personajes religiosos, fray Diego de Landa y Juan de Zumárraga, utilizaron el fuego para terminar con gran parte de este legado histórico. En 1570 Zumárraga, en Texcoco, hizo una hoguera enorme para destruir monolitos y escritos aztecas, porque veía por todas partes demonios paganos. Landa, en 1562 en el acto de “maní”, destruyó cinco mil ídolos y 27 códices mayas, logrando sobrevivir de esta furia solamente tres.

Durán, otro famoso personaje de esa época, se dio cuenta de lo catastrófico de estos actos, aún hoy se resiente la pérdida de tan importantes legados históricos.

Todas estas actitudes inquisitoriales, o creadas por el famoso Tribunal del Santo Oficio en España, desembocaron en estas regiones como un ataque en contra de libros y escritores. Los motivos eran censurar muchas de las obras escritas en el periodo de la Ilustración, autores como Rousseau, Condillac, La Fontaine, Voltaire, los afrancesados como se les llamaba en aquella época. El caso particular de La Fontaine, un fabulista para niños, simplemente era censurado por escribir y hacer hablar a los animales, cosa que la Iglesia creía imposible, que los animales imitaran al ser humano. El caso específico de Giovanni Boccaccio, famoso escritor por aquellas épocas, el tinte erótico palpable en sus novelas y cuentos hacía que el tribunal lo censurara para su lectura, pero como es sabido, el libro prohibido es el más apetecido, muchos clérigos de aquella época lo leían ávidamente, se imaginan ustedes por qué razón.

La labor inquisidora la llevaban a cabo teólogos y juristas, quienes realizaban las lecturas con mucho detenimiento, y eran los que efectuaban la enmienda y supresión de textos enteros, párrafos, palabras, capítulos y otras ideas comprometedoras. La escogencia de estos censores era muy minuciosa, pues existía el peligro de que con tanta lectura de textos se hicieran amantes a los mismos libros prohibidos. De igual manera, la impresión estaba vigilada por el Estado colonial, y nada se podía imprimir sin la debida autorización de las instituciones civiles y religiosas.

En Guatemala, los libros prohibidos durante la Colonia fueron: Historia de las indias occidentales y particular de la provincia de Chiapas y Guatemala de fray Antonio de Remesal, La brevísima relación de la destrucción de las Indias, de fray Bartolomé de Las Casas y, como ya dije, la mayoría de libros relacionados con la Ilustración, con los afrancesados.

La vigilancia estaba ubicada, en la Capitanía General de Guatemala, en los puertos de Nicoya, Sonsonate, De Realejo, Gracias a Dios, Acajutla y Santo Tomás, pues eran los lugares por donde entraba el comercio y personas llegadas del exterior. A la menor alerta de que alguien pretendía introducir “libros”, los censores los revisaban minuciosamente y, si eran prohibidos, los requisaban, pudiendo ir a parar a la hoguera.

Prácticamente este era un periodo complicado para la difusión de las ideas, para la libertad de lecturas, más de alguien tuvo problemas por poseer libros que el famoso Index prohibitorum librorum, o Índice de libros prohibidos, censuraba con rigor o determinaba que eran peligrosos para la sociedad y la religión en los territorios del Imperio español. Los avisos de esta prohibición se hacían por medio de cartas acordadas, las cuales se colocaban en las puertas de las iglesias. Así comenzaba la historia en contra de libros en nuestro país.


Continuará.

Cristóbal Pacheco

Nací en la Antigua Guatemala el 30 de julio de 1963. Soy maestro de profesión pero vendedor de libros por pasión.

A la casa de libros

3 Commentarios

Verónica 26/04/2018

Y en relación a la música? se ha censurado alguna canción o tipo de música?

Consuelo 18/09/2017

En la década de los cuarenta, semanalmente se publicaba una lista de libros prohibidos siempre encabezada por la Biblia cuya transgresión implicaba pena de ex-comunión.

Mario R. Marroquín Krings 14/09/2017

Interesante. Muchas GRACIAS. Mario

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