-Héctor Herrera / PEDAGOGÍA DE LA PREGUNTA–
Guatemala es uno de los países donde existe un aproximado de 2 478 sindicatos inscritos en el Ministerio de Trabajo, Guatemala, también es uno de los países con un movimiento sindical atomizado, en donde los medios de comunicación visualizan únicamente al movimiento sindical patronal, o blanco como se le denomina actualmente. Este último desarrolla un sindicalismo que daña los intereses de la clase trabajadora, permitiendo que la regulación laboral defendida en la época de la Revolución (1944-1954) y restaurada en la firma de los Acuerdos de Paz sea fisurada y que solo pueda ser sanada con instrumentos al servicio de la clase trabajadora.
Los días 25 y 26 de enero del presente año, Guatemala fue sede del encuentro «por el desarrollo de un sindicalismo verdadero» que entre sus objetivos tenía instalar una agenda consensuada que oriente, dirija y conduzca a las trabajadoras y trabajadores organizados para fortalecer su capacidad en los planos ideológico, administrativo, organizativo, político y cultural. En este encuentro se dieron cita más de 250 personas entre sindicalistas, campesinos y estudiantes de delegaciones de México, Colombia y República Dominica, este espacio permitió reconocer los desafíos que enfrenta el movimiento sindical clasista en donde participan.
Se reflexionó ante la embestida que sufre el movimiento sindical que se enfrenta a la era neoliberal, los casos de judicialización y persecución política que sufren dirigentes del movimiento sindical clasista, también se abordó la forma en que algunos sindicatos históricos en Guatemala han dejado de ser la vanguardia para convertirse en instrumentos de movilización al servicio de la burguesía o los gobiernos de turno. Es imprescindible dejar de lado la atomización del movimiento sindical, reconociendo que una de las causas de eso es la falta de renovación de cuadros, misma que permite oxigenar las organizaciones sindicales. Estos planteamientos permitieron ejercer un análisis de los actores del movimiento campesino, sindical y estudiantil que hoy en lugar de representar a sus gremios, representan la protección al status quo como muestra de su capacidad para movilizar bajo engaños o en defensa de políticas al servicio de los organismos internacionales, su nula capacidad para el debate, como un ejercicio democrático al servicio de la clase obrera.
El llamado a la clase trabajadora sigue siendo la organización, acompañada de formación permanente que permita tener militantes capaces de ejercer fundamentalmente la crítica y autocrítica para el crecimiento cualitativo y cuantitativo de sus cuadros.
El ejercicio administrativo de coacción y represión se ejerce en todo momento para quien desea defender el derecho al trabajo como un pilar fundamental en el Estado de derecho, sin embargo, las delegaciones participantes coincidieron en la red de protección nacional e internacional, ante cualquier violación de derechos que los Estados representados en sus funcionarios públicos quieran ejercer sobre los trabajadores y trabajadoras organizadas.
Se abordaron temáticas como los convenios internacionales 87 y 98 de la Organización Internacional del Trabajo -OIT-, firmados y ratificados por el Estado de Guatemala, el Código de Trabajo y la responsabilidad que tenemos al cumplir con nuestras obligaciones en nuestro ejercicio laboral.
Considerando que este encuentro reconoce las falencias y democratiza la palabra para un ejercicio pleno del movimiento sindical en Guatemala, México, Colombia y República Dominicana, se creó una red de comunicación para exponer las violaciones a los derechos humanos y se crearon las siguientes resoluciones.
-
No ceder ante la represión Gubernamental y por el contrario, organizar y articular con el movimiento social.
-
Denunciar por todos los medios tanto nacionales como internacionales las violaciones a derechos humanos que agreden la libertad sindical.
-
Organizar bases con sentido crítico y propositivo.
-
Crear redes de solidaridad en Defensa de las conquistas laborales.
-
No minimizar la lucha del movimiento sindical a «firmar o convenir pactos colectivos» que en muchas ocasiones permiten negociar conquistas laborales.
-
Movilizar en defensa de las conquistas históricas de la clase obrera.
-
Formar militantes.
-
Monitoreo constante de la violaciones al derecho laboral
-
Crear federaciones y confederaciones al servicio de la clase trabajadora.
-
Crítica y autocrítica ante las acciones contra el Estado burgués, racista y patriarcal.
Recuperar el movimiento sindical clasista es una tarea constante, más cuando quienes deberían de ser tus aliados naturales, resultan un grupo de choque en defensa de los intereses neoliberales.
Avanzamos, los emisarios de la burguesía lo saben, por eso atacan y generan condiciones de represión contra quienes construyen un mundo digno, en solidaridad, fraternidad y respeto.
¿Cómo se construye un sindicalismo de clase, cuando el trabajador no defiende a su clase?
Héctor Herrera

Ha cursado estudios en la Facultad de Humanidades (USAC), docente en el nivel primario, dirigente magisterial y estudiantil. Ha participado y desarrollado actividades académicas en distintos puntos del país y ha colaborado con otros docentes que trabajan diariamente en la construcción de una sociedad dispuesta al pleno ejercicio de la equidad, desde las aulas y las ideas de las nuevas generaciones. Es, en suma, un hombre comprometido con los grandes procesos y desafíos interculturales en el país.
0 Commentarios
Dejar un comentario