Jiménez Suchité | Política y sociedad / EL LADO OSCURO DE EMPRENDER
Miss Universo es el tema de moda en redes sociales. La participación de Ángela Ponce, la primera transexual en la historia del certamen, ha provocado un aluvión de comentarios que generalmente se han enfocado en dos puntos de vista: el ideológico y el religioso. Han olvidado el punto de vista más importante para analizar el tema: el punto de vista empresarial.
Miss Universo es una empresa que mueve millones de dólares. Si tenemos claro eso, podremos entender todo lo demás.
Los certámenes de belleza van en caída libre, una sociedad donde la mujer cada vez está más empoderada, no tolera concursos donde las mujeres son vistas como pedazos de carne que compiten por ver quien tiene menos defectos físicos, según el estereotipo de belleza occidental. Muchos certámenes han sido cancelados y otros han optado por tomar medidas adaptativas, como en el caso de Miss América en Estados Unidos, donde eliminaron el desfile en traje de baño, sustituyéndolo por un diálogo entre las participantes y el jurado.
En un escenario como este, ¿qué podría hacer el certamen de belleza más grande e importante del mundo para estar en boca de todos y conseguir más audiencia joven?
Cambiar las reglas, por supuesto.
He leído algunos comentarios diciendo que la aceptación de Ángela Ponce es injusta e ilógica, porque solo pueden participar quienes hayan nacido mujeres. Vamos a ver: pueden participar todo tipo de personas a las que el certamen les dé el visto bueno, porque es una empresa que crea sus propias reglas y las decisiones las toman sus directivos. Aquí no hablamos de biología, hablamos de políticas empresariales. La Coca-Cola podría modificar mañana su fórmula (ya lo hizo una vez) y McDonald’s podría eliminar las hamburguesas y convertirse en un restaurante vegano, si así lo consideraran necesario para seguir existiendo.
Al mercado no le importan tus creencias personales. Y sí, suena duro e inhumano, pero es así. No emprendes un negocio basado únicamente en tus gustos, sino en los gustos del público al que le quieres vender. Pensemos por un momento en que fue durante la administración de Donald Trump que se aprobó que personas transexuales pudieran participar en Miss Universo. ¿Notan que algo no cuadra? Trump no es conocido precisamente por su apoyo a la diversidad sexual, pero aquí no se trataba de él, sino de su empresa.
La comunidad LGBTI del mundo es parte importante del público que ve el certamen, así que díganme ustedes qué opinión les importará más: ¿la de un señor de 50 años que vive en Guatemala y ni siquiera ve el certamen o la de una joven estadounidense de la comunidad LGBTI que no se lo pierde nunca y le aporta al rating? Agreguemos también la opinión de muchos jóvenes que nunca se han interesado por el evento, pero que ahora hablan al respecto, comparten información en sus redes y que seguro verán la emisión porque se han sentido identificados con esta decisión inclusiva. Y por último, sumen a toda la gente que se siente indignada con la decisión, pero que van a sintonizar el evento por morbo, para poder publicar sus análisis en Facebook y, principalmente, para generar y entender los memes.
El objetivo de este texto no es darles mi opinión sobre la polémica, porque es totalmente irrelevante, solo les planteo cómo Miss Universo es un claro ejemplo para las y los emprendedores de que las empresas deben adaptarse a las tendencias y al contexto cultural de su tiempo o estar dispuestas a desaparecer, como ya les ha pasado a muchas. Las empresas no deben preocuparse por caerle bien a todo el mundo, pero sí deben buscar que su público objetivo las ame. En la actualidad, un emprendedor con la mente cerrada que se deje conducir y actúe únicamente por sus prejuicios personales, no llegará muy lejos. Es algo tan válido para emprender como para vivir.
Y tú, ¿qué tan capaz eres de adaptarte a los cambios?
Fotografía tomada de El Patagónico.
Jiménez Suchité

Es emprendedor y asesor de emprendimientos certificado por el Ministerio de Economía y la Universidad de Deusto, trabaja formando emprendedores en Coosajo R.L. y en la red nacional de consultores «Soluciones Empresariales», donde dirige la Academia de Ventas y capacita equipos de trabajo. Escribe «El lado oscuro de emprender» porque cree que los emprendedores no solo deben conocer el mundo color de rosa del emprendimiento, sino también todas las dificultades, trampas y normas escondidas que encontrarán. Hay que conocer las reglas para poder romperlas
Un Commentario
Buenísimo, yo lo vi desde el punto de vista mercadologo.
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