Aimee Rodríguez | Política y sociedad / PANÓPTICO
Cada año se observa un aumento en la carga de tareas que les dejan los centros educativos a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes para realizar en casa. Desde ejercicios innumerables del área de matemática, planas en comunicación y lenguaje, y un sinnúmero de maquetas e ilustraciones. En fin, cada profesor considera que su clase es importante o quizá la más importante de todas, por esta razón la toman como si fuese la única clase que reciben y los saturan de actividades.
Otros centros educativos obligan a sus estudiantes a asistir a cursos extracurriculares para prepararlos en otras áreas, ya sean dentro del mismo establecimiento educativo o fuera de él. Cursos que en algunos casos no son de prioridad para los intereses de todos los estudiantes.
En otros casos, los horarios de los establecimientos educativos se alargan para que los niños puedan hacer sus tareas dentro del mismo establecimiento y reciban ayuda de la maestra/o para esto, egresando aproximadamente a las 4 o 5 de la tarde.
Estos cambios en el sistema educativo se deben a distintos factores:
El primero, la existencia de un factor cultural en la sociedad guatemalteca, el cual dicta que si los maestros no dejan tareas a los estudiantes, el centro educativo se tilda de flojo o que no se preocupa por el aprendizaje de los estudiantes. Existen casos en los que los mismos padres y madres de familia se quejan de que no les están exigiendo lo suficiente y que la calidad educativa va a disminuir. Elemento que obliga a los maestros/as a dejarles tareas. Esto tiene una influencia del sistema capitalista, en el cual ambos padres trabajan para lograr subsistir o mantener las necesidades básicas del hogar, por ende es mejor ver a los niños ocupados para que no interrumpan a los padres, madres o cuidadores. Si tienen tareas, no requieren de tanta atención o supervisión.
Segundo, los resultados de las pruebas de graduandos genera una competitividad entre los centros educativos, los cuales al no verse incluidos como los mejores establecimientos del departamento o si han bajado su nivel consideran que tienen que mejorar sus resultados y la forma que utilizan es la saturación de tareas a los estudiantes.
Tercero, en nuestro país continúa desarrollándose un modelo educativo tradicional, en el que la saturación de actividades es importante y generalmente son actividades repetitivas o memorísticas que no tienen una injerencia directa en el mejoramiento de la calidad educativa.
Cuarto, en Guatemala, los directores de los centros educativos son administradores escolares y no gestores escolares, la diferencia radica en que los primeros se enfocan en tareas exclusivamente administrativas y los segundos incorporan a su trabajo procesos vinculados al aprendizaje de los estudiantes, por ejemplo asesorías a los docentes, monitoreo en aula, procesos de formación continua, etcétera.
Al analizar las repercusiones que tienen las tareas escolares, se observa el aumento de los problemas de salud de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, que van desde falta de sueño (porque no pueden dormir las 8 horas necesarias, ya que en muchos casos madrugan realizando tareas escolares), aumento de peso y obesidad, arritmia cardiaca, ansiedad, depresión, migrañas, todo esto generado por el estrés y la falta de ejercicio. Además de los problemas de salud, también se limita el derecho a la recreación, porque los niños, niñas, adolescentes y jóvenes regresan de la escuela y no pueden jugar porque tienen que terminar sus tareas, esto implica que se limite también la socialización (relacionarse con otros niños y sus familiares), que no puedan realizar actividades extracurriculares que les interesen como practicar algún deporte, tocar algún instrumento, dedicarle tiempo a la pintura, leer un libro por placer, actividades que son de crecimiento personal y cultural de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes. O simplemente tiempo para descansar.
Este es un tema que últimamente se ha estado abordando en otros países, en algunos han abolido por ley las tareas escolares (Francia) y en otros países las tareas no les llevan a los estudiantes más de 15 o 20 minutos (Finlandia, Bélgica).
Se debe hacer la aclaración que las tareas en sí mismas no son negativas, pero se debe reflexionar ¿qué tipo de tareas se están dejando?, ¿para qué les van a ser de utilidad estas tareas?, ¿las tareas son repetitivas, memorísticas?, ¿las tareas tienen una vinculación comunitaria?, ¿las tareas están de acuerdo al contexto de los estudiantes?, ¿cuánto tiempo les lleva realizar las tareas?
Además, se debe tomar en cuenta que las tareas enfatizan las desigualdades de los estudiantes porque en la clase todos reciben la misma información, bajo las mismas condiciones, mientras que en la casa la realidad varía de estudiante en estudiante, interviniendo un tema de capital cultural (qué tanto conocimiento tienen sus padres sobre el tema y qué tanto apoyo le pueden brindar para realizar la tarea); un tema de capital económico (quien tiene más recursos económicos tiene mayor probabilidad de realizar una tarea más presentable y tener acceso a diferentes recursos para realizar la tarea como internet, libros, enciclopedias, entre otros), elementos que pone en desventaja a otros estudiantes.
Para poder mejorar este tema, los maestros/as deben recibir procesos de capacitación continua que les permitan innovar en sus estrategias de enseñanza, aprendizaje y evaluación, elementos que van a permitir mejorar el tipo de tareas que les dejan y los tiempos en que se realizan.
Además, las directoras/es deben tener un rol de gestores escolares y no de administradores educativos, organizando a sus maestros/as, orientándolos y asesorándolos en la aplicación de nuevas estrategias de enseñanza, aprendizaje y evaluación, así como de organizar comunidades de aprendizaje para que los maestros/as generen procesos de integración de áreas curriculares en las cuales se puedan organizar tareas conjuntas para varias materias, elemento que permitiría un aprendizaje más integral.
Aimee Rodríguez

Socióloga, con una maestría en Ciencias Sociales, con estudios en Alemania y Argentina, docente de posgrado y dedicada a las temáticas de educación, niñez adolescencia y juventud. Disfruta aprender de las personas que conoce, viajar, conocer nuevas culturas, investigar, desaprender y ver el mundo a través de la fotografía.
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