Las primeras salas de “vistas” en Guatemala II: los cines Valenti y Lumiere

-Edgar Barillas / RE-CONTRACAMPO

En el ambiente cultural que se vivía en Guatemala hacia 1894, hizo su aparición un invento que atraería la atención de todos y todas. No nos precipitemos: el cine no surgía aún. Era la bicicleta. La descripción de Hernández de León en su libro Al final del camino refleja el impacto que causó tal acontecimiento en la población capitalina:

Cuando en aquel año de 95 llegué a la capital los entusiasmos por la bicicleta, levantaban todos los ánimos. Los varones, como las damas, los muchachos como los viejos, todos se dedicaban al deporte ciclista. Mario Arrivillaga era un niño de cinco años y, a la vez, un gran ciclista. La presidenta, señora de Reyna Barrios, con su numerosa corte de distinguidas damas, acudía a sus diarios paseos por los rumbos de la Reforma, cuyas avenidas se formaban por esos días. [1]

El cine no tuvo tanto impacto a su arribo. Más bien, para Federico Hemández de León, “las salas de cinematógrafo vinieron a llenar las necesidades de los espectáculos en una forma que, algunas veces, ha sido peor el remedio que la enfermedad”. Pero, como la bicicleta, el cine vino y se quedó. Las fuentes bibliohemerográficas coinciden en que fue la familia Valenti, de origen italiano, la responsable de la primera función cinematográfica, en un lugar que puede ser el local número 11 del Pasaje Aycinena, el 26 de septiembre de 1896 [2]. Otra fuente indica que Carlos Valenti, el jefe de familia de los Valenti, peluquero de profesión, hizo funcionar por primera vez un proyector de cine en su salón de barbería ubicado en la novena calle y novena avenida, de la actual zona 1, siendo el Cine Valenti el primero que existió [3]. Para Carlos C. Haeussler Yela, autor del Diccionario General de Guatemala, fue Emilio, el primogénito de don Carlos Valenti, el responsable de la introducción del cine al país. Indica Haeussler que Emilio Valenti abrió en 1896 un estudio y taller de grabado en el salón llamado de las Cien Puertas, a la vuelta del Portal del Señor. Este dato es interesante porque las Cien Puertas es un reconocido local de proyección de “vistas” del cine mudo.

La única opinión discordante es la de Mario Alberto Mencos, quien en cartas a su amigo Pedro Beltranena, le refiere que el primer cine que recuerda no fue el Valenti sino el Lumiere, situado en la octava calle, a un costado de la iglesia de Santa Rosa (10a. avenida) [4]. Don Mario Alberto no ubica temporalmente este dato, pero se sabe que dicho personaje nació en 1894, es decir, dos años antes de la primera función de cine. De tal manera que es posible que él no haya conocido el Cine Valenti, sino uno posterior que se llamó Lumiere. Aparte de esta digresión, la obra de Mencos nos proporciona información valiosa sobre la Guatemala de hace un siglo, en la cual se encuentran algunas brevisimas anotaciones sobre el cine.

Al referirse al cine Lumiere, cuenta que se exhibían tandas de siete a ocho películas por función. Las películas que recuerda, de una sencillez que actualmente moverían a risa —dice— tenían títulos como Amor de esclava, Aventuras de un ciclista, Metamorfosis, Invasión de los selenitas. Se pasaba un rato alegre y entretenido, relata don Mario Alberto, a pesar de que las butacas —de esas que llaman de Viena— tenían asiento y respaldo de petatillo y no proporcionaban comodidad. La jornada se completaba con unos helados de la pastelería El comercio, de don José Herrera, en la novena calle.

Para 1908, el Teatro Variedades de la sexta calle —que no hay que confundir con el actual Cine Variedades, situado también en la sexta calle— proyectaba también sus tandas de películas del cine mudo. Fue establecido por el empresario español Ramiro Fernández Xatruch.


[1] Hernández de León, Federico. A lo largo del camino. Guatemala: Editorial Landívar, 1957, pp. 136-137
[2] Zetina Castellanos, Waldemar. Mecanuscrito. Guatemala: Cinemateca Universitaria “Enrique Torres”, s. f.
[3] Cien años de cine. Guatemala: Editorial Oscar de León Palacios, s. f.
[4] Mencos, Mario Alberto. La Guatemala de ayer, cartas a un amigo. Guatemala: Artemis y Edinter, 1995.

Edgar Barillas

Guatemalteco, historiador del cine en Guatemala, investigador de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Re-contracampo

Un Commentario

Jorge Caceres 21/03/2020

Interesante… me ha servido vuestro artículo para aclarar la relación con Carlos Valenti y explicar una época… porque tenía una fotografía y un anuncio del taller de Emilio en la 11 calle.

Le felicito Doctor…

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