Las manos enjoyadas del diputado

Ramiro Mac Donald | Política y sociedad / ALIQUID STAT PRO ALIQUOT

Un signo es definido de diferentes maneras, pero la forma más aceptada es la que conceptualizó Charles S. Pierce: es algo que está en lugar de otra cosa, bajo cierto aspecto y circunstancias. ¿En lugar de qué están esas abundantes joyas? ¿Qué aspecto representa su uso? ¿En qué circunstancias fue tomada esa fotografía?

Cualquier signo permite realizar un análisis semiótico, al transformarse en la unidad mínima de significado. Esto implica que la fotografía de las manos del diputado oficialista (FCN-Nación) Rodolfo Castañón, que ilustra este texto, posee diversos elementos sígnicos que pueden ser deconstruídos, para darle connotación a cada uno de sus significantes, como los son: los cuatro anillos, las dos pulseras, el reloj, el color de su camisa, el saco oscuro y la corbata de puntos, así como el botón de diputado. Y hasta el moderno micrófono frente a él. Incluso que la foto no incluye su rostro, manifiesta un grado connotativo desde quien seleccionó la toma y quien decidió publicarla.

Todos estos signos que el diputado ostenta, representan (desde la semiótica) un estilo de vida y una manera de ser; son un esquema de vestir con atuendos simbólicos que se pueden leer con mucha mayor amplitud que el simple hecho que formen parte de la costumbre del hombre que los lleva puestos. Son signos que trascienden su apariencia, como decía Pierce. Acompáñeme a un brevísimo análisis semiótico de esta curiosa foto que esta semana se robó comentarios en la vida real y en la vida virtual de los guatemaltecos.

Contexto

El diputado Castañón fue sindicalista del Estado, actualmente es dueño de autohoteles y es amante de las joyas. Es presidente de la Comisión Extraordinaria que analizará las reformas al segundo párrafo del delito de financiamiento electoral ilícito y fue designado por el jefe de la bancada oficialista Frente de Convergencia Nacional – Nación (FCN-Nación), Javier Hernández, para dirigir durante los próximos 45 días esa sala de trabajo, señala el diario elPeriódico. En el 2000 fue electo por San Marcos, por la Unidad Nacional de la Esperanza, porque sumaba numerosas radios comunitarias a su servicio. Ha sido tránsfuga de varios partidos y, actualmente, por un altísimo grado de conveniencia, es miembro del partido oficialista, se comenta en fuentes parlamentarias.

Las fotos de sus manos, ostentando joyas de oro y una camisa de color intenso (chiltote, diría mi abuelita), y combinando con una corbata de lunares del mismo el tono (pero de estilo chocarrero) se convirtieron en portada del vespertino La Hora y del matutino elPeriódico. Ese grado de notoriedad mediática no la alcanzó por su capacidad intelectual ni por su habilidad de realizar una excelente labor. Los diarios no entendían cómo pudo pasar semejante situación, y ambos precisaron, sarcástica pero acertadamente, en las manos de quien está un tema tan delicado: el pecado original de nuestro sistema, como dijo la Cicig: el financiamiento electoral ilícito. ¡Qué credenciales y qué catadura la del partido oficial! Esa designación no solo es alarmante, sino demuestra el nivel de la representación nacional en el Congreso, no importando el rostro de quien sea. Sus manos retratan y delatan su ser.

La moda del diputado

¿Por qué causa tanta indignación que un hombre literalmente bañado en oro sea quien vaya a manejar ese delicadísimo tema? ¿Es por la moda ordinaria y vulgar de su vestimenta? Por eso que acudimos a Georg Simmel, quien dijo que la moda es la imitación de un modelo dado y una exalumna me comentó que Castañón imitaba la moda de Wüicho Domínguez, el personaje central de la vieja telenovela mexicana El premio mayor, así como el modelo de los actuales narcos. Simmel señalaba que quienes usan la moda como máscara, están escondiendo algo, además de considerar sus exageraciones estilísticas como la necesidad, irrefrenable, de llamar la atención. La extravagancia resulta ser una manera muy fácil de destacarse, a falta de talentos y de atributos intelectuales. Puede ser que alguien tenga dinero para adquirir joyas y ropa de alto precio, pero no estilo, mucho menos buen gusto, dicen los modistos profesionales.

Roland Barthes señaló que jamás nos encontraremos con objetos significantes en estado puro, más cuando están asociados a nuestra forma de vestir. El hombre es el único animal que se viste para cada ocasión. Si el diputado referido le fascina el oro, tanto que se «cuelga» varias libras encima, implica un amor por lo que relumbra, por lo que destella, por la apariencia y no por la esencia de las cosas. No todo lo que «chsipea» es oro.

Semióticamente el oro es un metal precioso que atrae por su brillo, pero quien tenga dinero puede comprarlo. ¿Aloooó? El oro es, también, maleable. Es decir puede ser sumiso, dócil, manso. Llega a ser tan dúctil que hasta puede servir para hacer esas «joyitas» que en forma rimbombante y fastuosa mostraba el diputado Castañón, la persona en quien recae la responsabilidad de coordinar las modificaciones al tema de pecado original de la democracia guatemalteca.

Lo curioso es que el pin de congresista (se supone) también fue hecho de oro. Semióticamente es para reflexionar.


Fotografía tomada de elPeriódico

Ramiro Mac Donald

Semiólogo social. Académico de Ciencias de la Comunicación. Periodista.

Aliquid stat pro aliquot

2 Commentarios

Edgar Batres 21/03/2018

El análisis presentado constituye un revelador hecho para interpretar los formas en que se presenta el poder en el Congreso de la República y de sus integrantes. Ademas constituye una nueva forma para la interpretar la realidad social. Muy bueno y adelante.

    Ramiro Mac Donald 01/05/2018

    Gracias por sus palabra, don Edgar. Cuesta seguir adelante con semejantes… «joyitas»

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