Las estrellas extremadamente inusuales de Serpens

Edgar Castro Bathen | Para no extinguirnos / SKYVAGABOND

Hace 41 años, en agosto de 1978, los astrónomos Mirek Plavec (checo) y Robert Koch (norteamericano), observaron unas estrellas muy poco comunes. Estaban estudiando estrellas binarias eclipsantes, es decir, estrellas que hay en el universo, que forman pares en los cuales ambas giran alrededor de un centro de masa común y se eclipsan cuando una pasa frente a la otra y cruzan nuestra línea de vista.

Las estrellas que observaron, estaban en la constelación de Serpens Cauda (la cola de la serpiente), a 4659 años luz de la Tierra, y a pesar de lo lejos que se encontraban, los instrumentos científicos produjeron datos interesantes, pues estas estrellas, aparte de ser binarias eclipsantes, tenían otra característica muy poco común: se transferían masa de una a otra.

Cómo funciona el mecanismo

Se trata de las estrellas W Serpentis, estrellas que interactúan entre sí por un mecanismo que hoy se conoce como «Wser», en alusión a su ubicación. El astrónomo Mirek Plavec propuso que una de las dos, la llamada estrella primaria, tendría a su alrededor un disco opaco y grueso de masa proveniente de la estrella secundaria.

Estudios posteriores confirmaron lo que Plavec decía, gracias a observaciones que realizó el profesor Rodolfo Barbá, astrónomo argentino, desde el complejo astronómico El Leoncito de San Juan. En su estudio, el Dr. Barbá encontró que la estrella grande, al estar en plena evolución, transfiere materia a la pequeña, siendo un caso muy interesante de pérdida y reposición de masa estelar, ya que la pequeña le devuelve masa a su vez.

Se ha descubierto que el sistema contiene un disco de acreción, y fue uno de los primeros Serpentidos descubiertos, que son binarios eclipsantes. Estos sistemas tienen una alta tasa de transferencia de masa entre una estrella y la otra, y se cree que evolucionan primero en variables periódicas dobles y luego en variables clásicas de Algol. En las últimas etapas de la transferencia de masa, estos sistemas pueden desarrollar un disco ópticamente grueso.

Fotografía, estrellas que intercambian masa, caso único en W Serpens. Ilustración de dominio público.

Esta observación fue un triunfo de la astronomía argentina y lamentablemente es poco conocida. Yo la ignoraba y hubiera pasado desapercibida a no ser porque la mencionó mi amigo Sebastián Musso, reconocido divulgador argentino, durante una discusión amistosa que tuvimos en Facebook con Gustavo Ballan -un gran observador del cielo, también nacionalidad argentina- sobre la posibilidad de que las estrellas pudieran intercambiar masa.

Pero resulta que W Serpentis no es el único caso. Otros astrónomos encontraron estrellas con comportamiento similar, como SX Cassiopeia, RX Cassiopeia y Beta Lira. Cuando se hace un análisis de su curva de luz, es variable y complicada. Los estudios demostraron que la luminosidad del sistema binario es más débil antes del eclipse y significativamente más brillante inmediatamente después.

Gracias a datos proporcionados por Musso, encontré que el mérito de la astronomía argentina fue confirmar, con sus observaciones, que W Serpens se encuentra en una etapa de transferencia rápida de masa y que la estrella mayor, que está en plena evolución, también transfiere masa a la menor por lo cerca que están.

Fotografía, Sebastián Musso, reconocido divulgador internacional que dio a conocer el caso de las estrellas W Serpens. Créditos de la foto, Universidad Galileo.

Para conocer mejor de quien estamos hablando, W Serpentis es una estrella múltiple en la constelación de Serpens Cauda, constelación que se intercala con la de Ofiuco y Serpens Caput (cabeza de la serpiente). Ofiuco representaba al cazador de serpientes, quien después las portaba con sus propias manos.

El sistema W Serpentis varía de luminosidad entre las magnitudes aparentes 8.4 y 10.2 durante un período de poco más de 14 días. Esto se debe principalmente a que el sistema es binario eclipsante y disminuye su brillo cuando una estrella pasa por delante de la otra. El doctor Barbá observó todo el período con el telescopio de 2.15 metros del observatorio de San Juan y pudo confirmar la variabilidad y la transferencia de masa.

Esto lo hace un caso único, donde las estrellas tienen masa variable, a través de un mecanismo en el que reponen la masa que pierden. El universo nos sorprende porque estas estrellas hacen lo que a primera vista sería impensable, descartable en la evolución estelar. Estrellas que pierden y reponen su masa. Los mismos astrónomos no creían su existencia hasta que se encontraron. Eso nos trae a la memoria las palabras de Carl Sagan, cuando dijo: «en algún lugar, algo increíble está esperando a ser descubierto».


Fotografía principal, la constelación de Serpens (la serpiente) y Ofiuco (el portador de la serpiente). Ilustración de dominio público.

Edgar Castro Bathen

Guatemalteco, ingeniero en Sistemas, diplomado en Astronomía y Astrofísica Básica por la Universidad Galileo. Observador del cielo, divulgador, columnista y profesor de Astronomía. Ha publicado más de 400 artículos de astronomía en medios escritos y participado en decenas de entrevistas en radio y televisión. Es autor del libro Curiosidades de nuestro universo.

Skyvagabond

Correo: skyvagabond1@gmail.com

Un Commentario

alfredo porras 05/09/2020

Gracias señor Castro.
Siempre es un enorme gusto leerlo.
Por su contenido y por su forma tan amplia de llegar a todo el mundo.

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