Las emotivas voces de La Parranda

-Jorge Sierra / PALO DE MÚSICA

Un ritmo ideal en el pueblo garífuna para acompañar tristezas, alegría, desengaños, frustración y hasta en la pérdida de un ser querido, es La Parranda. Al final parece que ese tempo binario de 4/4, vibra con el alma colectiva garífuna. Por lo mismo, podría decirse que es una de las expresiones musicales predilectas de ambientes casuales o festivos. Sea en un velorio como durante las fiestas, las cosechas o en el embarazo. Y casi siempre sus intérpretes cuentan con prestigio local. Calidad evidente en la selección de las seis voces en este nuevo disco Garinagu, Parranda, como Berta Sandoval, Juan Carlos Sánchez, Sofía Blanco, Elvira Álvarez, Gregorio Baltazar y Blanca Franzua, integrantes de una generación vocal más madura y excelsa que queda del estilo en Livingston, Izabal.

Para comenzar, el productor David de Gandarias apunta en el folleto interior del disco: «La Parranda llamada también Sedunga o Zarabanda es uno de los nueve principales géneros de la música garífuna practicados actualmente en Guatemala. Es música festiva, flexible en la composición del orgánico instrumental, interpretada y compuesta por mujeres y hombres».

De Gandarias explica también que «la interpretación es responsorial a cargo de un solista y el coro, acompañados de un grupo de percusión compuesto por dos garáon (tambores) y sisiras (maracas), en ocasiones la guitarra cuya inclusión es probablemente producto de la influencia española. Tiene la forma cíclica de la canción con estrofa y estribillo (…). La duración de la frase es variable en número de compases, confiriéndole particular inflexión y frescura rítmica. De estructura armónica simple, utiliza generalmente escalas menores».

Lo que es cierto es que su ligera percusión es en verdad contagiosa. En esta producción hay momentos brillantes como en Felita o en Sun garinagu lidan aba con Sofía Blanco, una mujer ya mayor, que ocupa un puesto privilegiado en la escena de la música garífuna junto a otro citado en la placa, Juan Carlos Sánchez. Otros instantes son en Namule, con Blanca Franzua; y en Businagu, con el ya mencionado Sánchez, donde está presente el poderío de su voz pero también esa forma expresiva y melódica que tiene cuando canta. Su maestría no se pone en duda. Por cierto, este también guitarrista es considerado un mensajero de los ancestros de su pueblo.

Si bien es cierto que este ritmo popular garífuna «pica la canilla» como dicen algunos, no significa que sea un pueblo que se pasa todo el tiempo en juerga y ocio, sino como decía Mario Ellington (presidente de ONEGUA) tanto la música como la danza en su pueblo en realidad es un vehículo de su religiosidad. Y así sucede en diferentes estilos como el hüngühügü o el pororo, este último en celebración a la Virgen de Guadalupe.

El disco se constituye un importante documento que quizá solo exprese 10 % de toda la riqueza cultural del pueblo garífuna. Y tal vez 1 % de la música nacional. Y eso lo reconoce la institución que auspició el proyecto, AGINPRO, una sociedad de gestión colectiva de derechos de autor (conexos) en colaboración con el sello Primera Generación, que a partir de ahora promete ahondar más en lo garífuna pero también en otras regiones del país e iniciar así un proyecto editorial de importancia documental e histórica.


Imagen principal, portada del disco proporcionada por Jorge Sierra.

Jorge Sierra

Dedicado en los últimos 13 años al periodismo musical. Desde hace 40 años produce programas musicales de radio. Ha escrito para revista Crónica y en los periódicos Siglo21 y elPeriódico. Participó en el tomo V, de Guatemala: historia reciente (FLACSO) y en el Manual del músico independiente. Ha rebasado los cincuenta, pero no hay novedad musical en cualquier parte del planeta que se le escape.

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