Las brigadas médicas cubanas: el internacionalismo más humanista

Mauricio José Chaulón Vélez | Política y sociedad / PENSAR CRÍTICO, SIEMPRE

En la historia, los procesos revolucionarios siempre comienzan en pequeños espacios. Han sido las características de los sistemas de dominación los que, de manera dialéctica, van generando que las luchas se amplíen. La modernidad capitalista no ha sido excepción. En su contexto, los movimientos sociales que se han enfrentado a las desigualdades han pasado de lo local a lo externo a través de diferentes vías. Una de las más importantes ha sido el internacionalismo.

Pensar el mundo en y desde la solidaridad revolucionaria, constituye el principio de las y los internacionalistas. Y no me refiero a la carrera académica de las relaciones internacionales, sino a internacionalizar las acciones revolucionarias. Esto significa salir del espacio propio y dedicar a otros pueblos del mundo, en similares, iguales o peores condiciones, todas mis capacidades de apoyo. El objetivo del internacionalismo es coadyuvar a que las condiciones de vida de las y los otros mejoren, pero no desde visiones caritativas, de superioridad o céntricas, sino de lucha hombro con hombro. Lo que tengo es tuyo, y así como lo he utilizado para mi beneficio, sin explotar a nadie, lo pongo a tu servicio de forma genuina. Esto significa no condicionar.

Históricamente, los Estados poderosos han sometido a través de lo militar y lo económico, principalmente. Lo político y lo cultural forman parte de la dominación, pero las primeras dos formas han sido las fundamentales. Sin embargo, el denominado poder blando o soft power ha hecho lo suyo. A diferencia de la llamada realpolitik, el poder blando interviene por medio de estrategias que aparentan relaciones en igualdad, pero son ilusorias. Por ejemplo, la cooperación ha sido una de ellas. Esta no pasa de ser otra forma de penetración y control, con el objetivo de mantener la dependencia de las periferias hacia los centros. Se limita a la ayuda asistencial, generalmente delimitada en una coyuntura y en la consecución de los intereses que la hegemonía necesita que prevalezcan.

Se trata de ayudas condicionadas. Los países periféricos siempre se encontrarán en desventaja frente a los cooperantes, y estos dictarán las agendas de gobierno, “sociedad civil” y Estado. Al final de cuentas, la soberanía resulta invadida. No existe ningún respeto por las autonomías, aunque la apariencia sea lo contrario. Se terminan ejerciendo nuevas formas de control y dominación.

El sentido internacionalista es muy distinto. Desde quienes han tenido las posibilidades de superar determinadas problemáticas, se considera que otros pueblos del mundo pueden hacer lo mismo. A diferencia de la cooperación desde el centro a las periferias, no se condiciona nada. No se trata, tampoco, de exportar revoluciones. Se cree, por principio, en la libertad de los pueblos.

Cuba es uno de los grandes ejemplos del internacionalismo. Desde el inicio de su revolución, la isla caribeña rebelde y bloqueada por el imperialismo se ha dedicado a servir al resto del mundo, donde se necesite. Y eso ha incluido a los mismos Estados Unidos. Cuando en el 2005 el huracán Katrina se convirtió en tragedia social, uno de los primeros países en ofrecer sus recursos médicos y de seguridad para las poblaciones sureñas afectadas en Luisiana, Misisipi y Alabama, fue Cuba. A pesar de que el gobierno de George W. Bush era de los más agresivos contra la Revolución cubana, esta no dudó jamás para poner a sus brigadas médicas al servicio de lo que se necesitase en suelo norteamericano. Fue el gobierno del imperio el que se negó a recibir la solidaria ayuda.

Hoy, en Guatemala, el internacionalismo cubano está realizando un gran trabajo. Las brigadas médicas que se encuentran destacadas desde que se abrieron las relaciones diplomáticas entre ambos países en 1998, constituyen una estructura sólida que brinda salud, esperanza y vida. Nuestro país posee los índices más altos de desnutrición, muerte por enfermedades comunes y prevenibles, siendo los niños y las mujeres las personas más afectadas. Al contrario, Cuba es uno de los países que más y mejor invierte en la salud, caracterizándose en el denominado Tercer Mundo y bajo condiciones adversas de un bloqueo y un asedio asesinos, como uno de los Estados que garantiza la vida desde la prevención y los tratamientos adecuados.

En ese sentido, Cuba no “coopera” o “asiste” con lo que le sobra, sino que en igualdad de condiciones y en los principios internacionalistas proporciona sus mismos recursos para que los pueblos desfavorecidos por las relaciones capitalistas dominantes y hegemónicas puedan acceder a la salud digna. Y lo hace sin cobrar un solo centavo. Una muestra de ello es el trabajo oftalmológico con las bien llamadas operaciones milagro, que le han devuelto la vista a miles de personas, o la intervención en regiones que el sistema precario local no contempla. El compromiso con la tragedia social del Volcán de Fuego es invaluable. Toda la brigada médica cubana en Guatemala se encuentra al ciento por ciento de sus capacidades, tal y como lo han hecho en diversas partes del mundo. África, Asia y América Latina son espacios históricos del internacionalismo cubano, mientras los medios de comunicación no lo visibilizan. Y no es que Cuba necesite ser visibilizada, porque no lo hace por eso. Pero como lo dijo Martí: honrar honra, y me siento honrado al poder mostrar y agradecer lo que la Revolución cubana, a través de su Estado y su pueblo, está haciendo en mi golpeado país. Un saludo especial al excelentísimo embajador de Cuba en Guatemala, Carlos De Céspedes Piedra, al excelentísimo cónsul Miguel Torres Tesoro, al personal de la misión diplomática cubana y, fundamentalmente, al personal médico.


Mauricio José Chaulón Vélez

Historiador, antropólogo social, pensador crítico, comunista de pura cepa y caminante en la cultura popular.

Pensar crítico, siempre

2 Commentarios

Barbara 22/06/2018

Muy buen escrito, nosotros los médicos cubanos siempre poniendo en alto el pensamiento de Fidel, ayudar al más necesitado.

Gelacio 22/06/2018

Gracias Mauricio a ti y a todos aquellos que piensan de esa forma agradecida, ese pensamiento nos hace mas comprometidos con esta causa que nos inculco nuestro comandante y como le deciamos a el, aqui… Guatemala ¡ORDENE!.

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