La trata de personas en Guatemala

Aimee Rodríguez | Política y sociedad / PANÓPTICO

Si bien se considera que la esclavitud está abolida en nuestros países, esto no es totalmente cierto, porque se han producido nuevas formas de esclavitud, siendo una de ellas la trata de personas.

«En la trata de personas, el ser humano es visto por parte de los tratantes, como un objeto que puede ser comprado y vendido una y otra vez y del cual se beneficia una tercera o terceras personas; es un delito que afecta al ser humano de manera psicológica, moral y físicamente y que encuentra potenciales víctimas principalmente en los niños, niñas, adolescentes y mujeres» (SVET, 2018).

La trata de personas se puede realizar a través de distintas modalidades, mencionadas por el artículo 202 del Código Penal, siendo estas «la prostitución ajena, cualquier otra forma de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, cualquier tipo de explotación laboral, la mendicidad, cualquier forma de esclavitud, la servidumbre, la venta de personas, la extracción y el tráfico de órganos y tejido humanos, el reclutamiento de personas menores de edad para grupos delictivos organizados, adopción irregular, trámite irregular de adopción, pornografía, embarazo forzado o matrimonio forzado o servil» (SVET, 2018).

Las poblaciones más vulnerables a sufrir trata de personas, según el derecho internacional, son las mujeres, los niños, las niñas, personas migrantes, refugiadas, con asilo, personas desplazadas y personas con discapacidad.

En el caso específico de Guatemala, en el 2017, el Ministerio Público detectó 460 posibles víctimas de trata de personas, cifra que ha venido disminuyendo. En comparación con el 2016, ha bajado en un 23 % representando 136 casos menos.

En lo que respecta al sexo de las personas que sufren mayormente de trata, el 61 % de los casos reportados son mujeres, mientras que los hombres alcanzan un 37 %. Por su parte, los departamentos con mayor número de casos reportados son Guatemala, Escuintla y San Marcos (MP, 2017).

Es importante resaltar que el sexo varía dependiendo de la modalidad de trata en la cual se enfoque, en el caso de la explotación sexual, las mujeres siguen siendo mayoría, mientras que en la explotación laboral, los hombres son los que la sufren mayormente, reproduciendo con esto la sociedad patriarcal en la cual se vive.

En el caso particular de los menores de edad, las mujeres son las que se encuentran más propensas a ser víctimas de trata de personas, según datos del Ministerio Público para el 2017, las adolescentes fueron las más vulnerables y representan el 79 % de este grupo, seguido de las niñas con un 14 %, por su parte los hombres solo alcanzan un 7 % conformado por los adolescentes en un 4 % y por niños en un 3 %.

En el caso de las personas menores de edad, el departamento con un mayor número de casos reportados fue Escuintla (46 %), seguido de Guatemala (18 %) y Quiché (8 %), representando un 72 % de los casos (PDH, 2017), el resto se distribuye en los otros departamentos del país.

Se debe tomar en consideración que estos son los datos de los cuales se tiene conocimiento, debido a la existencia de denuncias, pero por el tipo de delito. Sin embargo, en la mayoría de los casos no se denuncia debido a que las personas se encuentran recluidas, vigiladas todo el tiempo, y si alguien se da cuenta y nota el delito no lo denuncia por temor.

Entre las causas estructurales que dan origen a la trata de personas se encuentran las condiciones de pobreza en que se vive en el país, pero también existen otros factores que generan mayor vulnerabilidad para que una persona pueda sufrir de trata como alcoholismo, abuso de sustancias, vivir en una familia disfuncional o donde exista violencia intrafamiliar, sufrir de abuso sexual, tener baja escolaridad, o ser desplazados, refugiados.

La trata de personas es una problemática difícil de erradicar en el país debido a distintos aspectos: 1) no se cuenta con datos fidedignos de su magnitud por falta de denuncia; 2) la normalización del problema por parte de la población en general (explotación laboral y prostitución); 3) la falta del cumplimiento de las leyes; 4) el estar ubicado geográficamente en el Triángulo Norte; 5) vinculación directa con crimen organizado.

Es necesario que el Estado tome acciones para prevenir la trata de personas e informe a la población al respecto, concientizando acerca de las formas más frecuentes que se utilizan para engañar a las personas víctimas de trata, siendo estas el ofrecerles empleo (en la ciudad, en otro país), haciéndolo de forma personal, por medio de los clasificados de prensa o en las redes sociales.


Bibliografía
1. PDH (2017). Informe de situación de trata de personas en Guatemala 2017. Procurador de los Derechos Humanos.
2. Secretaría contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de personas http://svet.gob.gt/

Aimee Rodríguez

Socióloga, con una maestría en Ciencias Sociales, con estudios en Alemania y Argentina, docente de posgrado y dedicada a las temáticas de educación, niñez adolescencia y juventud. Disfruta aprender de las personas que conoce, viajar, conocer nuevas culturas, investigar, desaprender y ver el mundo a través de la fotografía.

Panóptico

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