La Rusia zarista vista por Gómez Carrillo

-Luis Eduardo Rivera-

En enero de 1905, Gómez Carrillo emprende una más de sus exploraciones; esta vez se trata de un viaje a través de la Rusia zarista. Lo acompaña Alfredo Vicenti, director del diario español El Liberal, en el que G.C. era el reportero estrella.

Desde su llegada a tierra rusa, G.C. se percata de la agitación política que reina en el ambiente, rápidamente irá descubriendo el abismo social en el que se halla hundido el país; por un lado, la gran nobleza y la alta burguesía, que languidece en el lujo y el despilfarro; por el otro, la impresionante miseria en la que vive el pueblo trabajador, el proletariado, y sobre todo la gente del campo.

Su instinto de periodista y su encanto personal le sirven para colarse en medios generalmente vedados a sus colegas, y así conseguir información de primera mano. Para empezar, se gana la simpatía de Trepof, el poderoso y temido prefecto de San Petersburgo, que resulta ser gran francófilo. Se pasan horas charlando, y no cabe duda que es gracias a este importante contacto como logrará rápidamente recabar una parte de la información que busca para su reportaje. A su vez, en su calidad de periodista extranjero logrará introducirse en distintos medios opuestos al zarismo. Así, entrevistará a las víctimas directas del régimen autoritario de Nicolás II: líderes sindicales, estudiantes, intelectuales campesinos. Más tarde, a su regreso a París, con el material recabado durante su estancia rusa, Gómez Carrillo elaborará un libro que, más que un reportaje periodístico, es, en palabras de su biógrafo Edelberto Torres:

la denuncia más vehemente de la injusticia en la tierra de Gorki, hecha ante los pueblos del habla española. No siendo obra de un político ni de un escritor al servicio de un gobierno o partido enemigo del régimen zarista, su desinterés e imparcialidad eran absolutos, y por eso quedó como un documento irrefutable; que pueden consultar los que quieran informarse en fuente fidedigna de lo que era la vida oprobiosa que vivía el pueblo de Tolstoi.

Este libro, al mismo tiempo, crónica de viaje, reportaje periodístico y testimonio histórico, es el libro que nos ocupa: La Rusia actual, publicado en 1906.

Como se podrá comprobar, se trata de un periodismo moderno, que discurre de de una manera ágil y sencilla, que busca la información en el terreno mismo de los acontecimientos. Su eficacia se deriva de su misma estructura; que evoluciona a base de capítulos aparentemente independientes, valiéndose de testimonios orales y documentos, de estadísticas, analizando con objetividad periodística cada una de las partes en conflicto. Hoy, en cuanto a su propia factura, este libro no ha perdido actualidad, y en cuanto a su contenido, nos aporta una información fidedigna, impagable porque nos introduce directamente en el epicentro de los acontecimientos en un momento importante de la historia contemporánea.

El año 1905, es un año clave en el desarrollo político del pueblo ruso, pues marca el verdadero inicio de la revolución, al cohesionarse las organizaciones obreras y las fuerzas de la oposición al zarismo, asimismo se organizan las primeras huelgas y manifestaciones masivas. En el momento en que Gómez Carillo y Alfredo Vicenti llegan a Rusia, la Revolución de 1905 estaba por estallar, por lo que, durante su estancia rusa G.C. es testigo directo del desarrollo de un hecho histórico que, pocos meses más tarde, se encargará de describir en su libro. Estas características históricas dentro de las que se gestó el libro de Gómez Carrillo, hacen recordar otra crónica-reportaje, un libro ya clásico sobre la revolución rusa: Los diez días que conmovieron al mundo, de John Reed, escrito en 1919, catorce años después de La Rusia actual.

En el momento de preparar la edición de sus Obras completas, Gómez Carrillo curiosamente dejó fuera La Rusia actual. ¿Qué razón lo movió a suprimir este libro de la lista? Ya para entonces, la Revolución bolchevique había triunfado y la Unión Soviética estaba consolidándose. En vista de tales circunstancias, ¿pensaría que su libro habría adquirido una dimensión extra-literaria que él no hubiera imaginado que pudiera alcanzar? ¿Sentiría temor a que se le tomara por un simpatizante del comunismo? No podría decirse que G.C. fuera un hombre de izquierda, aunque tampoco que fuera un conservador. La prueba es este mismo libro. La Rusia actual es el reportaje de un escritor y periodista liberal, que, al viajar a la Rusia Zarista para escribir una más de sus hermosas crónicas de viaje, quedó profundamente impresionado por el sufrimiento y la miseria de ese pueblo, y siendo el extraordinario observador que era, dejó en estas páginas un honesto testimonio de las atrocidades del régimen absolutista de Nicolás II.


Nota: este texto de Luis Eduardo Rivera forma parte del libro Tierra adentro- de Gómez Carrillo a la literatura de los setenta, Editorial Cultura, Guatemala, 2017. También se usó para la reedición del libro de crónicas La Rusia actual de Enrique Gómez Carrillo. La publicación de una nueva edición de La Rusia actual resulta un verdadero acontecimiento literario, ya que, después de la primera edición de 1906, publicada por Garnier Hermanos, en París, el libro no había vuelto a ser reeditado.

Luis Eduardo Rivera

Nació en ciudad Guatemala en 1949. Poeta, narrador, crítico literario, periodista cultural y traductor de poesía francesa, descubriendo para nuestra lengua autores franceses clásicos y modernos. Realizó estudios de literatura en la universidad de San Carlos de Guatemala. En los años setenta se trasladó a México a estudiar escritura creativa en la UNAM. Publicó en 1988 la novela Velador de noche/ soñador de día. En poesía ha publicado, entre otros títulos, Servicios ejemplares (1978) , Salida de emergencia (1988) y Poesía prepóstuma ( 2009). En crítica literaria Voces comunicantes (1999) y El lector ideal ( 2003). También un libro singular: Tatologías (2009) un relumbrante diálogo entre la literatura y la plástica (con ilustraciones del artista Juan Jacobo Rodríguez Padilla).

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