Por todos es sabido que la escuela es una institución formadora de ciudadanía, pero lo que hay que preguntarse es ¿qué tipo de ciudadano está formando? Serán ciudadanos críticos con conciencia de los hechos que acontecen en nuestra sociedad, con conocimiento de las desigualdades sociales, con capacidades de análisis y propuesta sobre los problemas sociales, con capacidad de crítica hacia las acciones políticas que se implementan en las instituciones del Estado. O, por el contrario, estará formando ciudadanos pasivos, no críticos, a los que no les interesa la realidad nacional, sin capacidad de propuesta, que se interesen solamente por sí mismos, desinteresándose de las colectividades, que ignoran todos los hechos sociales y políticos que ocurren en el país. Esto debido a que la escuela es el aparato ideológico del Estado, según Althusser, y en ellas se enseñan las prácticas sociales y la ideología que favorece al mantenimiento y fortalecimiento del statu quo.
Ante lo anterior, fue muy interesante observar como el 20 de septiembre, con el llamado a la marcha y al paro nacional por parte de la Asociación de Estudiantes Universitarios “Oliverio Castañeda de León”, en el que también participaron estudiantes, personal administrativo y docente de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Universidad Rafael Landivar, así como distintas organizaciones sociales y algunas empresas, la Plaza se llenó de miles de guatemaltecos, pero entre ellos sobresalió particularmente la presencia de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, siendo estos últimos la gran mayoría de los presentes.
Otro suceso interesante fue que muchos centros educativos se hicieron partícipes del proceso, algunos realizaron marchas saliendo de sus establecimientos, otros se sumaron a la marcha de la Universidad de San Carlos de Guatemala y otros llegaron por su parte a la Plaza, eso sí, debidamente identificados portando camisas o playeras con los nombres de sus centros educativos. En algunos casos, adolescentes y padres de familia se sumaron a las convocatorias de los centros educativos y acompañaron al personal administrativo y docente de los mismos.
Esto es valioso porque la formación de ciudadanía no se realiza solamente en el aula, las calles, las protestas, las marchas son un buen espacio de aprendizaje para la formación de ciudadanía porque en ella los niños, niñas, adolescentes y jóvenes aprenden a hacer escuchar su voz, hacer valer sus derechos, a posicionarse frente a las injusticias sociales y al actuar de los funcionarios públicos.
La formación de ciudadanía actualmente se efectúa como una asignatura más en el sistema educativo guatemalteco, sin embargo más que en la teoría esta se aprende en la práctica, ejerciendo la ciudadanía, cuestionando el funcionamiento de la sociedad y del Estado. Por esta razón el involucramiento de los niños, niñas y jóvenes en espacios de cuestionamiento social y de crítica hacia el actuar del sistema político del país es una forma más eficaz de aprendizaje.
La educación ciudadana tiene como propósito formar a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes para desenvolverse en la sociedad, enseñando valores, normas y actitudes adecuadas para cada sociedad. En otras palabras, cada sociedad enseña a las nuevas generaciones la forma adecuada de comportarse en ese contexto, variando entre sociedad y sociedad.
En el caso de las sociedades democráticas es prioridad la enseñanza de valores como la participación, solidaridad, cooperación. Asimismo, el papel que como ciudadanos deben tener en el seguimiento y supervisión del actuar del Gobierno y de las instituciones públicas, así como denunciar el actuar inadecuado de los funcionarios públicos.
Otro elemento indispensable de la formación de ciudadanía es el desnaturalizar prácticas sociales que han estado presentes en la sociedad como la corrupción y la impunidad, las cuales son reforzadas socialmente.
Es una decisión de cada centro educativo si participa o se involucra en las marchas y las protestas sociales, lo que es indispensable es tomar los hechos recientes que están aconteciendo en el país y abordarlos en el aula, analizar la realidad social, criticar las prácticas socialmente establecidas y legitimadas que dañan el país como la impunidad y la corrupción.
Fotografía por gAZeta.
Aimee Rodríguez

Socióloga, con una maestría en Ciencias Sociales, con estudios en Alemania y Argentina, docente de posgrado y dedicada a las temáticas de educación, niñez adolescencia y juventud. Disfruta aprender de las personas que conoce, viajar, conocer nuevas culturas, investigar, desaprender y ver el mundo a través de la fotografía.
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