Sindy Hernández Bonilla | Para no extinguirnos / SIMBIOSIS

En siglos pasados la peste acabó con miles de personas de Europa, África, Asia y América. La transmisión se produjo a través de barcos y personas que llevaban entre las mercancías o en sus propios cuerpos a los agentes transmisores: ratas y pulgas infectadas por el bacilo Yersinia. La peste se propagaba así al puerto de destino. Las grandes ciudades comerciales eran los principales focos de recepción y desde ahí la plaga se transmitió a otras ciudades y pequeños pueblos cercanos que a su vez trasladaban el mal a otros núcleos de población próximos y al campo.

La peste tuvo un impacto pavoroso. Produjo muerte, desorganización socioeconómica y alta movilidad del campo a la ciudad y viceversa. Era un huésped inesperado, desconocido y fatal, del cual se ignoraba su origen y su terapia. Afectó a todos, sin distinguir entre pobres y ricos.

Esta enfermedad se explicaba por al menos tres formas: 1) por los miasmas y la contaminación del aire; 2) desde un punto de vista divino, como un castigo de Dios por sus pecados, y 3) culpando a algún grupo social marginal de una conspiración o envenenamiento. La idea del castigo de Dios era la más generalizada, y derivó en una religiosidad exacerbada dominada por la culpa.

En la actualidad, una peste llamada corrupción e impunidad está atacando la democracia guatemalteca. Sus agentes causales van desde presidentes, vicepresidentes, funcionarios de gobierno, empresarios, politiqueros, comediantes de mal gusto, alcaldes, jueces, magistrados y todos aquellos que se dejaron seducir por el poder el dinero y que, egoístas, están dejando morir a su población.

Manipulan a la población a través de la religión y en sus discursos justifican la corrupción. Hay quienes explican que esta peste tiene una razón divina, es un castigo y que nuevos líderes políticos serán enviados para cambiar y resolver la situación.

Como muestra reciente tenemos la actuación de Jimmy Morales, presidente de Guatemala, quien es señalado de haber recibido aportes económicos que no fueron reportados al Tribunal Supremo Electoral (TSE), por el que está siendo perseguido penalmente. Como defensa ilegítima, Morales está luchando por deshacerse de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala.

Morales, además, se protege a través de líderes religiosos, quienes incluso le entregan reconocimientos. Envía mensajes como que Dios le habló, lo protege por ser el ungido y lo va a mantener en el cargo hasta terminar su período.

En 2017 el pastor Guillermo Maldonado gritó frente a una congregación religiosa:

¿Guatemala por qué preparas golpe de Estado a escondidas? El hombre que ahora está, yo lo puse ahí y expondré, dice Dios, a todos los acusadores, aquellos que a escondidas preparan golpe de Estado. Juzgaré generales, juzgaré gente que a escondidas quieren botar mi ungido. Presidente de Guatemala estarás y terminarás tu periodo, nadie te moverá, porque Dios de puso ahí.

Los allegados a Jimmy consideran que este mensaje les dio confianza y envalentonó a Jimmy Morales para iniciar una guerra contra Iván Velásquez y la Cicig. Una lucha entre quienes buscan mostrar las verdaderas causas de la peste y aquellos que prefieren se expanda.

Para algunos esta plaga no tiene cura, unos pocos tienen atisbos de optimismo y esperan que esta peste ceda poco a poco, que los guatemaltecos encontremos nuevos ánimos para reinventarnos y aprender a tomar mejores decisiones y, sobre todo, a ejercer la ciudadanía, controlar los factores que atacaron la paz y la democracia y que están destruyendo el país. Mientras tanto, vivimos un deterioro vertiginoso, las instituciones públicas están paralizadas y la población resolviendo por sí misma su día a día.

Imagen principal, El triunfo de la muerte, óleo sobre tabla de Pieter Bruegel el joven (1525-1569, Bélgica). Tomada de Wahooart.

Sindy Hernández Bonilla

Amo la naturaleza y por ende la vida. Me apasiona trabajar y siempre estoy aprendiendo. Tomo en serio y empeño lo que hago: el trabajo, mis relaciones, mi entorno. Escribir es un ejercicio que además de estimular mi creatividad, permite compartir algunas de mis inquietudes y reflexiones principalmente de la biología o la ecología.

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