-Edgar Barillas / RE-CONTRACAMPO–
La Cinemateca Universitaria «Enrique Torres» -CUET- es un mar de documentos fílmicos, un acervo impresionante que atesora la universidad estatal. Entre la riqueza de material fílmico de la CUET, existe una película sobre el desfile de Huelga de Dolores en la ciudad de Guatemala en 1928; una verdadera joya para los devotos de tan centenaria celebración, que ha sobrevivido ante la represión y el oscurantismo que son peste en nuestro país. La película es muda, aunque existe una versión en internet a la que se le ha agregado música, siempre huelguera (La Chalana, Los Estudiantes del Norte, entre otras, interpretada por la estudiantina universitaria). Lamentablemente, la resolución de esta versión no es buena y se pierden muchos de los mensajes que portan los estudiantes.
El cortometraje (dura apenas unos ocho minutos) no tiene créditos, pero por la fecha de rodaje pertenece probablemente a la Productora Matheu, que era la empresa que realizó noticieros fílmicos hasta 1929. Son apenas cuatro emplazamientos en los que los camarógrafos colocaron su equipo, pero son suficientes para deleitarnos con imágenes de la ciudad en fiesta. Una festividad muy popular, por cierto, pero que no era ni es del agrado de todo el mundo, en especial de los trogloditas que conviven con nosotros, escondidos como el Helicobacter pylori, siempre presentes en nuestra sociedad y que a veces -demasiadas- dan zarpazos de fiera herida, tal como lo hace la susodicha bacteria.
La primeras imágenes (presumiblemente en la 13a calle del ahora Centro Histórico), nos presenta las comparsas de jóvenes varones (la mujer comenzó a participar en la Huelga hasta muchos años después) con sus disfraces que intuimos coloridos (pues en ese tiempo las películas eran en blanco y negro). Pasa frente a la cámara un grupo que porta un ataúd («Entierro del ishto», dice el letrero), las carrozas con motivos alegóricos de denuncia social; y público, mucho público; todos los asistentes muy elegantes de traje, corbata y sombrero. Un nuevo emplazamiento de la cámara en la sexta avenida y 12 calle -perfectamente reconocible por los edificios icónicos que aún existen en ese lugar- nos permite leer los letreros haciendo alusión en especial al Gobierno de turno. La mayor parte de los dardos estudiantiles van dirigidos al gobernante del momento: Lázaro Chacón («El encomendero Lázaro, solo cantadas», por ejemplo). Algunos parecen hacer referencia a prácticas de nepotismo: «Tata de Lacho», «Hijo de Lacho», «Tío de Lacho», «Sobrino de Lacho»… Otros cuyo significado no alcanzamos a descifrar a la distancia; «Mamuth con su hija legítima la universidad». No falta alguna alusión a los «chafarotes» y al noticiero fílmico «Actualidades».
Finalmente, el desfile satírico y crítico llega al edificio de la Facultad de Derecho, siempre acompañado de numeroso público; los camarógrafos se regodean para presentar, al final, algunos paneos [1] en los que los estudiantes posan con sus disfraces, entre alegría y entusiasmo. Esta es la última película que se puede atribuir a la Productora Matheu; a partir de 1929 la actividad cinematográfica sistemática pasaría a manos del Estado.
[1] Paneo: movimiento horizontal de la cámara sobre su eje.
Edgar Barillas

Guatemalteco, historiador del cine en Guatemala, investigador de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
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