Luis Melgar Carrillo | Política y sociedad / PUNTADAS SIN DEDAL
En general, el servicio diplomático de los países latinoamericanos es una piñata política. Se mantiene en la opulencia a un ejército de gente, cuyo hacer principal es mantener las relaciones públicas y el protocolo. En su representación, los funcionarios enviados a los distintos países hacen muy poco por el intercambio comercial.
La diplomacia, aporta poco para el ingreso de divisas al país. Los embajadores, cónsules, agregados culturales, agregados militares y demás representantes viven en una condición privilegiada. Además de sus jugosos salarios, están exentos de impuestos. Sobre todo, impuestos de importación. Su hacer gira alrededor de un devenir de champagne, cenas y demás festejos. Todo latinoamericano se reía cuando Cantinflas se burló de este intercambio estéril, en la película Su excelencia.
Muchos embajadores latinoamericanos literalmente son unos “meros parásitos”. El servicio diplomático sigue siendo un rubro de gasto. Un gasto muy improductivo. No hay que olvidar que estos funcionarios viven de los de los impuestos de los ciudadanos.
A estas alturas de la gestión del actual presidente de la República, las ideas que se proponen se podrían considerar extemporáneas. Pese a todo, nunca es tarde para recapacitar y tomar decisiones que ayuden al país.
El punto central de estas ideas gira en torno al papel que se podría impulsar en un Gobierno que pretenda hacer cambios que trasciendan. El cambio propuesto se refiere al papel que pueden tener las representaciones diplomáticas en el extranjero. Lo que se está presentando, consiste en renovar totalmente el servicio diplomático. Los cargos diplomáticos se pueden transformar para llegar a ser centros de promoción y de intercambio comercial.
Nunca se han presentado planteamientos en donde, en vez de tener representantes de «salón» que conviven en medio del cóctel, se tenga a representantes cuya misión sea la colocación de los productos y servicios del país.
En vez de mantener a personajes que muy poco hacen por su patria, se podría tener a verdaderos empresarios. Las misiones diplomáticas podrían poner la mira hacia exportación de productos y servicios nacionales.
Si se logra aumentar la exportación, para transformarla en una introducción masiva de productos al país a donde fueron enviados, se podría tener una ventana de alivio respecto al ingreso de divisas.
Con los sueldos y beneficios que reciben los diplomáticos, podría resultar un reto atractivo e interesante para jóvenes bien preparados en las áreas de mercadeo y ventas. Para un joven con grado de maestría en mercadeo podría ser muy atractivo en su carrera profesional, ser enviado a lugares en los cuales pueda implementar, con acierto, estrategias de comercialización y ventas. El propósito final es la colocación de los productos y servicios nacionales en los países en los cuales establecen una residencia relativamente permanente. El turismo es probablemente el mejor servicio a promover.
Hoy día hay alrededor de sesenta misiones diplomáticas en el extranjero. Cada misión puede traer mil turistas por año al país. Ese esfuerzo se puede promediar en ochenta y cuatro turistas por mes. Actualmente una sola empresa privada canadiense, ubicada en México en Baja California Sur, lleva alrededor de trescientos turistas por semana.
Si cada turista gasta mil dólares en promedio en su viaje, se puede pensar en el ingreso adicional al país de sesenta millones de dólares por año. No hay que perder de vista que mil dólares de gasto por viaje es altamente conservador. Y como se insinuó, mil turistas por año es también altamente conservador.
En los centros turísticos de nuestro alrededor, no se reciben oleadas de turistas de países como Japón, China o Corea. En Atitlán y Antigua no se ven oleadas de turistas de Europa o de Asia. En ningún momento se observan contingentes de turistas orientales, como se suele ver en el Museo del Louvre. La pregunta clave que se puede plantear es la siguiente: ¿Qué están haciendo los franceses con acierto, para concretar la llegada de tantos turistas de oriente?
El Ministerio de Relaciones Exteriores también podría implementar estrategias interesantes de inversión. En los países ricos, las representaciones diplomáticas guatemaltecas pueden negociar, para atraer al país, inversiones rentables que generen trabajo. También se pueden implementar estrategias modernas de mercadeo y ventas, para productos nacionales no tradicionales.
Para implementar un sistema comercial como el sugerido, se podría establecer para los diplomáticos metas de inversión, metas de turistas que visiten Guatemala, así como metas para la colocación de productos guatemaltecos.
Un gobierno que lo haga, podría solucionar parte del problema de balanza comercial. Naturalmente lo que se está planteando es una nueva visión de la diplomacia. Esperemos que al presidente le caiga el veinte sobre esta visión.
Imagen proporcionada por Luis Melgar.
Luis Melgar Carrillo

Ingeniero Industrial, Colombia 1972. Máster en Administración de Empresas (INCAE 1976). Nueve libros. (Dos aparecen en Google). Autor de 20 artículos (revista Gerencia, Guatemala 1994 -95. Director de Capacitación (Asociación de Azucareros de Guatemala). Director de Recursos Humanos (Polymer-Guatemala). Excatedrático en universidades de Costa Rica, Guatemala y Tepic, México. Residencia en Tepic.
4 Commentarios
La representante de la Diplomacia guatemalteca, Sandra Joviel, solo verguenzas nos da, su actitud ha sido carente de sensibilidad social, el caso de la tragedia del Volcan de Fuego…su actuacion en el Viaje a Israel, trato de ocultar las siniestras negociaciones con un judio, que costeo el viaje…la salida del Comisionado de la ONU, FUE UNA ENTRADA Y SALIDA A wASHINGTON, PARA SACARLO DEL PAIS, Y SU REVES FUE EL APOYO DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL…asi que sera mejor mandarla al carajo…
Estimada América Arminda: Lo que usted comenta es el reflejo de un Ministerio de Relaciones Exteriores bastante defectuoso. En primer lugar, no hay una verdadera selección de las personas que son enviadas al servicio exterior. En segundo es una falta de capacitación para las personas que se envían, por lo cual no tienen una misión definida que cumplir. Las posiciones de representación son una piñata política, en la cual también se cae en el nepotismo. Los que dirigen las relaciones internacionales, son víctimas de un sistema corrupto. También son víctimas de una falta de visión acerca del propósito de las misiones. Pero….somos el reflejo de un sistema subdesarrollado
Que verguenza que un País como Guatemala en pleno siglo XXI nunca hizo esto mientras que otros Países lo vienen haciendo por muchos años. Por eso nuestros Países Latinoamericanos son subdesarrrollados , se necesita jóvenes con nuevas iniciativas, educados y con buenas intenciones para ayudar a un País como Guatemala.
Estimado Néstor: Muchas gracias por su comentario. Creo que la falta de conciencia de los que dirigen el Ministerio de Relaciones Exteriores, se puede ir llenando. Una manera de hacerlo es divulgando mensajes en donde se exponga claramente el déficit de actuación de los diplomáticos. Exponer a la vergûenza a los altos ejecutivos del Ministerio, comenzando por el ministro, es un camino para ir acercándose a una mejor representación en el exterior.
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