Ruth del Valle Cóbar | Política y sociedad / HILANDO Y TEJIENDO: MEMORIA Y DERECHOS HUMANOS
Así se llama un documental que relata la represión contra el estudiantado de secundaria argentino en los tiempos de la dictadura. Todo comienza con una discusión alrededor de sus demandas, pero la discusión es sobre si dialogar o no, sobre salir a las calles o continuar con el diálogo con las autoridades.
En sus reflexiones hablan de las posibilidades de que la movilización pueda ser reprimida y sobre qué hacer en ese caso. Los estudiantes tenían demandas estudiantiles, ni siquiera llegaron a elaborar demandas políticas.
Eran adolescentes y jóvenes desarmados, cuya energía y valentía fueron reprimidas con todo el lujo de la fuerza de las fuerzas de seguridad argentinas cuando tratan de llegar al Ministerio a presentar sus demandas.
El documental se basa en hechos reales que sucedieron por los años 70 en el país sudamericano. Cuando volví a verlo, recordé los años de la represión en nuestro país.
Al igual que esos estudiantes, el estudiantado guatemalteco fue reprimido; también fueron atacados por las y los maestros afines a la dictadura. Recuerdo maestras y maestros de Belén que nos castigaron quitándonos el derecho a examen final por no haber asistido al 85 % de las clases; también recuerdo maestras y maestros solidarios, quienes nos fueron abriendo los ojos a la historia para que no dejáramos pasar las cosas que estaban sucediendo.
Soñamos con un mundo nuevo, con nuevas oportunidades para todo el pueblo, para que la niñez y la juventud pudieran tener acceso a la educación, al deporte, al arte, etcétera. Igual que ellas y ellos, fuimos reprimidos por nuestros sueños.
En los años de las dictaduras militares, los ministros de Educación también eran militares y pretendían imponer disciplina militar en las escuelas y los institutos. Para ellos, la juventud debía ser controlada y reprimida su rebeldía, lo que significaba erradicar de raíz los sueños y aspiraciones. La organización estudiantil, como el resto de la organización popular, fue prohibida, reprimida, diezmada y/o exterminada.
Hubo muchas personas asesinadas y desaparecidas en esos años, muchos de mis compañeros y compañeras ya no están para contarlo ni para ver cómo los mismos que nos reprimieron han mantenido el poder, aunque supuestamente ya no tenemos gobiernos militares; ni tampoco cómo quienes financiaron la guerra contra el pueblo, siguen financiando la destrucción del movimiento social.
A las puertas del proceso electoral, veo con temor la posibilidad de que llegue a la Presidencia un exfuncionario que fue señalado por ejecuciones extrajudiciales contra personas privadas de libertad, un candidato que ha dicho abiertamente que no va a respetar los derechos de las personas y que los derechos humanos se van al carajo.
Debemos tener un poco de conciencia y recordar las cosas que nuestro pueblo ha tenido que vivir y sufrir para llegar a donde hemos llegado. Hay que defender la «paz» que tantas muertes ha costado, hay que luchar por mantener las conquistas que estos años nos han dado, para evitar que volvamos al pasado de represión y violencia estructural abierta del Estado.
Fotografía principal tomada de El Sancarlista U.
Ruth del Valle Cóbar

Feminista, defensora de derechos humanos, investigadora social, constructora de mundos nuevos. Ha pasado por las aulas universitarias en Ciencia Política, Administración Pública, Psicología Social, Ciencias Sociales. Transitado del activismo social al político, incluyendo movimientos sociales, organizaciones sociales, entidades gubernamentales y del estado.
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