La inteligencia artificial y su impacto en la economía global

Cynthia Rojas Ureña | Política y sociedad / ENFOCÁNDONOS EN LO IMPORTANTE

La transformación tecnológica digital, promovida por el internet de las cosas (IOT), la impresión 3D, la realidad, ya sea virtual, aumentada, extendida o mixta, así como la inteligencia artificial (IA) son parte del engranaje del motor para el cambio socioeconómico que tenemos en la llamada industria 4.0. En este caso puntual, se revisará el impacto que se pronostica con respecto a la inteligencia artificial.

El término inteligencia artificial (IA) se refiere a la asignación de inteligencia a las máquinas con el fin de reaccionar como humanos, mediante programas de computacionales que les permiten desarrollar conocimiento, razonar, solucionar problemas, percibir, aprender, desarrollar habilidades para manipular o mover objetos, entre otras capacidades. Habilidades cognitivas que, dentro del mundo laboral, cultural y social hasta ahora poseían únicamente los seres humanos. Sin embargo, esta rama de la tecnología se ha venido desarrollando de manera muy acelerada, por lo que, países desarrollados como China, Alemania, Estados Unidos, entre otros, han vislumbrado el gran potencial económico que estas tecnologías poseen y se han puesto a la vanguardia asignando importantes sumas para investigación, desarrollo y progresiva implementación de estas tecnologías en un sinnúmero de campos. Según Bughin, Seong, Manyika, Chui, & Joshi (2018), en un informe realizado por la consultora Mckinsey, se estima que para 2030 la IA tendrá el potencial de agregar un crecimiento anual del 1.2 por ciento al PIB. Esto significa que su incursión tendrá un impacto socioeconómico importante. Por tanto, aquellos países que no hayan desarrollado premeditadamente capacidades, tendrán un impacto negativo mayor y se arriesgan a en perder ventaja competitiva. Lo cierto es que las circunstancias están cambiando, y muy rápidamente. En mayor proporción para los países en vías de desarrollo, donde el PIB tiene porcentajes mucho más bajos para educación, investigación y desarrollo de nuevas tecnologías. Sin embargo, los países desarrollados también presentan situaciones propias muy interesantes. En el mismo informe de la consultora Mckinsey se indica que muchos países desarrollados podrían no tener más remedio que forzar a la inteligencia artificial para que capture un mayor crecimiento de la productividad a medida que se desacelera su impulso de crecimiento del PIB, en muchos casos, reflejando en parte el desafío debido al envejecimiento de la población. Además, en estas economías, las tasas salariales son altas, lo que significa que hay más incentivos para sustituir el trabajo por máquinas que en los países en desarrollo con bajos salarios. Se señala también que para el 2030 el 70 por ciento de las organizaciones al menos habrán adoptado un tipo de tecnología de inteligencia artificial, incluso se plantea que quienes adopten y absorban más temprano estos cambios tendrán mayor ventaja competitiva. Se proyecta que las economías líderes podrían capturar entre 20 y 25 por ciento neto adicional de los beneficios económicos, mientras que los países en vías de desarrollo podrán capturar entre 5 y 15 por ciento, esto dependiendo de cuán preparados estén para responder al medio.

Por otro lado, en una publicación de la revista MITsLoan Managemente Review, se indica que los procesos más automatizados son aquellos basados en la cognición, puntualmente el RPA (robotic process automation) aplicado en agentes cognitivos y procesamiento del lenguaje. De las empresas consultadas en dicho estudio, el 40 por ciento de las grandes compañías han aplicado RPA en al menos una función o unidad de negocio, mientras que las empresas medianas y pequeñas lo han aplicado un 25 por ciento. Así mismo, casi toda la muestra indicó tener planificado al menos un piloto de este tipo a corto tiempo. Esto indica que los ejecutivos de las empresas están viendo en la IA una fuente seria y rentable para generar negocios.

Sin embargo, este auge de nuevas formas de realizar el trabajo requiere de nuevas capacidades y habilidades para los trabajadores. Para Bughin, Seong, Manyika, Chui, & Joshi (2018), las economías en vías de desarrollo tienden mayormente a reestructurar sus industrias para mejorar la productividad, dejando de lado la adopción y absorción de las diferentes tecnologías de Ia IA, o bien probando tímidamente en algunos procesos aislados, lo cual de una u otra manera deja rezagado a mediano plazo a los sectores en este aspecto. Por tal razón, a nivel empresarial y gubernamental, la estrategia amerita ser revisada y repensada, los cambios que se están viviendo requieren transformaciones estratégicas sustanciales que aseguren una incorporación a nivel de los procesos CORE de las organizaciones y gobiernos. En donde los cambios se vayan realizando de manera sostenida, el ritmo varíe de organización a organización pero manteniendo la constancia, la cual debe ir de la mano con una clara estrategia operativa y financiera apoyada de alguna manera por los gobiernos. Un claro ejemplo es el observatorio comercial 4.0 que se está creando en España, el cual tiene como objetivo apoyar al sector conocido como «competencias digitales», así como generar los cambios a lo interno de la estructura gubernamental. Esta es una propuesta interesante que puede ser tomada en consideración en nuestros países en vías de desarrollo. Pero antes de ahondar en la propuesta, es importante conocer un poco más sobre nuestra realidad socioeconómica, puntualmente en el caso de Costa Rica.

A continuación, se presentan algunos datos relevantes obtenidos a partir del censo realizado en el 2017:

1. El 54 % de la población tiene 40 años o más, el 28 % tiene entre 25 y 39 años, 15 % entre 18 y 25 años, y el 7 % tiene entre 15 y 17 años.

2. Los niveles generales de escolaridad que se muestran en la gráfica N2, indican que tenemos una importante tasa de deserción en secundaria académica (entre 21 y 23 %) y quienes desertan más son los hombres. Sin embargo, en los colegios técnicos, pese que la población es menor, se presenta una deserción de un 2 % tanto en hombres como en mujeres. Se encontró, además, que quienes desertan más de los colegios académicos son los jóvenes entre 19 y 24 años y les siguen los jóvenes de entre 25 y 39 años, se asume que en este caso se trata de colegios nocturnos, debido al rango de edad aunado a responsabilidad sociales y económicas adquiridas.

3. El nivel de educación superior de pregrado y grado anda solo entre 17 y 20 %, en donde las mujeres son quienes estudian más que los hombres. Se encontró un 2 % de posgrados para ambos sexos, donde son las personas entre 25 y 39 años quienes más estudian, les siguen los de entre 18 y 25 y por último los mayores de 40 años.

Nivel de instrucción por rango de edad. Costa Rica, 2017. Elaboración propia con datos del INEC.

4. La tasa de desempleo no percibe un cambio estadístico, ya que se mantiene en 9,1 a nivel general. Con un 7,8 % para la población masculina y para las mujeres de 11,3 %.

5. Con respecto a la ocupación, la mayor cantidad de mano de obra no es calificada.

Población ocupada por grupo ocupacional, tomada del INEC.

6. Según las características del empleo, la población se divide en 12 % agricultura, ganadería y pesca, 20 % manufactura y construcción, 68 % sector comercio, servicios (esto incluye enseñanza, salud, profesionales, hoteles y otros).

De la información obtenida se puede deducir varios puntos importantes.

La población costarricense está envejeciendo en mayor proporción, los salarios a nivel regional son altos, dos coincidencias con los países desarrollados, sin embargo se debe tomar en cuenta que en este caso la mayor cantidad de mano de obra es no especializada, por lo que se corre el riesgo de perder puestos de trabajo, y como consecuencia, se empobrezca más este sector de la sociedad. Por esta razón, se debe revisar y reformular el sistema educativo para segunda enseñanza, de manera que se disminuya la deserción y aumente el número de egresados de colegios técnicos. Así mismo, la oferta académica en estos últimos debe orientarse más hacia el desarrollo de las capacidades digitales requeridas en este milenio. Este proceso de reestructuración de las ofertas académicas también es necesario para el sector profesional de grado y posgrado, de manera que se desarrollen más y mejores profesionales que puedan liderar los cambios que se requieren para la transformación digital dentro de la sociedad.

Sin embargo, el reto de la redefinición de los currículos educativos no solo lo tienen los países en vías de desarrollo, también lo están viviendo países desarrollados como Alemania y Estados Unidos. En este último, la red de educadores para el cambio de la educación pública XQ se ha unido con el fin de repensar el perfil curricular de los jóvenes en etapa de secundaria. Esta entidad se encuentra trabajando en mejorar el modelo educativo cara al futuro, así como reenfocar el arduo trabajo de los educadores. En su informe presentan cambios significativos que tienen como meta para el 2030, a continuación se presentan los más relevantes:

Porcentaje de desarrollo de capacidades tecnológicas proyectadas:

  • 91 % en desarrollo de capacidades de programación avanzada.
  • 69 % de capacidades en digitalización.
  • 31 % en ingeniería, diseño técnico.
  • 53 % entre investigación y desarrollo, así como análisis de datos y matemáticas.

Con respecto a habilidades sociales, proyectan lo siguiente:

  • Incremento de 33 % en habilidades de liderazgo y emprededurismo.
  • Entre 27 y 30 % en desarrollo de habilidades blandas, comunicación, negociación y aprendizaje continuo.

También proponen un incremento del 40 % en horas de trabajo orientado en creatividad, 17 y 18 % en actividades de análisis complejo de información, pensamiento crítico y toma de decisiones.

Los objetivos son: mejorar las capacidades de las organizaciones. Pero también pretenden desarrollar más y nuevas empresas empoderando las comunidades locales y sus ecosistemas, incorporando a los sectores más pobres para poder responder a los cambios que se vienen. En ambos casos hay un impacto positivo en la economía local.

Este caso puntual llama a reflexionar sobre la necesidad de desarrollar programas de este tipo en nuestros países en vía de desarrollo, que nos permitan ser más competitivos dar opciones y nuevas perspectivas a los jóvenes, así como a las empresas, para desarrollar nuevos tipos de compañías con personal dotado de habilidades digitales y sociales que les permita responder ágilmente, que propongan soluciones tomando en cuenta las nuevas tecnologías, posibilitando así que el crecimiento económico sea más democratizado para todos los sectores y que ganemos todos. Las nuevas tecnologías tienen un sinnúmero de usos en la agricultura, salud, enseñanza, en fin, en casi todas las áreas, es necesario cambiar el paradigma de que solo se usan en banca y ciertas áreas del comercio. Por esta razón. la creación de un observatorio comercial que mire desde la óptica de la tecnosociedad realmente puede abrir nuevas perspectivas de desarrollo socioeconómico, inversión extranjera directa (IED), así como el desarrollo de emprendedurismo tecnológico nos puede beneficiar a todos, poniendo a los países en vía de desarrollo en una mejor posición competitiva.


Imagen principal tomada de Activist Post.

Bibliografía

1. Bughin, J., Seong, J., Manyika, J., Chui, M., & Joshi, R. (2018, septiembre). Notes from the AI frontier: Modeling the impact of AI on the world economy. Recuperado de Mckinsey (www.mckinsey.com: https://www.mckinsey.com/featured-insights/artificial-intelligence/notes-from-the-AI-frontier-modeling-the-impact-of-ai-on-the-world-economy?cid=other-soc-twi-mgi-mgi-oth-1809#part2)

2. INEC Costa Rica. (2018). INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA Y CENSOS. Recuperado de INEC.

3. Programa estado de la nación. (2016). Estado de la Nación en desarrollo humano sostenible. ISBN 978-9930-540-09-1. Recuperado de Estado de la Nación.

4. Ransbotham, S., Gerbert, P., Reeves, M., Kiron, D., & Spira, M. (2018, setiembre 17). Artificial intelligence in business gets real. Recuperado de Sloan Review.

5. XQ Institute report. (2018). XQ High Schools & and the future of work. Recuperado de XQ.

Cynthia Rojas Ureña

Ingeniera en Sistemas con más de 20 años de experiencia en el sector, máster en Resolución de Conflictos y Mediación en España, máster en Administración de Negocios con énfasis en Gestión Tecnológica y doctora en Ciencias de la Administración de la UNED en Costa Rica. Apasionada lectora e investigadora de temas relacionados con tecnología, sociedad y ciencias empresariales. Fiel creyente que la tecnología sigue siendo un medio para la sociedad y no un fin en sí misma.

Enfocándonos en lo importante

Un Commentario

Mac Arturo Murillo 30/09/2018

Excelente análisis del estado de la tecnologia en Costa Rica, la profundidad con que la autora aborda el tema, sin duda la colocan como una de las expertas más importantes de la década.

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