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La estrella fugaz que nunca se extingue es en sí misma la poesía de Isa, esta detiene y extiende el tiempo, juega con él sin dejar de utilizarlo como medida o ecuación. Esas eran futuras o pasadas, nos mueve de lo cotidiano, la rutina de un universitario a un Ser estrella que habita el inmenso universo como anhelo supremo, buscando la paz y no es lo que la mayoría busca, en este ejercicio habitual llamado vida. Isa escribe de una manera envolvente como un ser tan sigiloso y astuto, como un inteligente gato tal vez. Nos hace viajar a la extra tierra sin salir de ella, cuántos logros por salir de la tierra, cuántos gastos por extraer polvo lunar, sus pies habitan un suelo distinto, un suelo donde la soledad parece un bicho raro que la persigue pero no puede hacerle daño y nos adjudica a cada lector consciente una estrella fugaz que no se extingue nunca, mientras ella observa como los niños plantan semillascorazón en el bosque y las riegan con fuego, como sus palabras que se siembran y no han de extinguirse.
Por Miriam Ochoa Maldonado
Una muestra de los poemas de Isabel Rosales
37
Un poema experimental
que resume la tristeza universitaria
37 + 52 + 54 + 56 = 189 = 18 = 9
10 + 7 + 10 + 11 = 38 = 11 = 2
9 + 2 = 11 = 2
Estaba tan decepcionada de un 37
que me puse a escribir
1
Quisiera escribir con una sola mano
todas las líneas del universo
Mientras con la otra mano acarició a Midori
Pienso en todos los momentos sin nombre
y les sonrío
Porque he dejado de juzgarlos
Ahora solo me alegra alejarme de ellos
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