Luis Melgar Carrillo | Política y sociedad / PUNTADAS SIN DEDAL
Finlandia ha desarrollado un concepto moderno de educación. Este concepto se orienta a que las personas que egresan de los diferentes centros de enseñanza, adquieran habilidades que les permitan competir con éxito. Le han llamado “educación por competencias”. Se pretende que los graduandos alcancen un alto grado de competencia profesional.
Sin embargo, la educación que normalmente se recibe en las universidades latinoamericanas, está más cerca de la educación “bancaria” que de la educación liberadora que propone Paulo Freire. La educación “bancaria” induce a que los egresados resulten ser profesionales, que simplemente repitan las enseñanzas que trasmiten los libros de texto.
Freire fue secretario de educación en Brasil. También fue asesor de la Universidad de Harvard. No es por casualidad que, hoy por hoy, Harvard sea considerada una de las mejores universidades del mundo. Esta universidad enseña con el “sistema de casos”. Los catedráticos de Harvard elaboran sus propios casos.
Respecto a la educación universitaria en nuestra querida Guatemala, tanto en la capital, como en muchas otras partes de la República, se tiene un nivel de educación que coloca al país como del “tercer mundo”. Como dijo Cantinflas, se educa muy poco, por pura “falta de ignorancia”. Cantinflas era indudablemente un genio. Falta de ignorancia también significa “pecado de ignorancia”. El doble sentido era para este famoso, uno de sus grandes recursos.
Educación es mucho más que solo retener información en el cerebro. No se tiene una verdadera formación porque, en general, los encargados de enseñarles a los estudiantes no tienen la visión finlandesa del concepto “competencia”. No hay una verdadera formación, porque los esfuerzos educativos no están orientados a que los graduandos puedan afrontar y resolver nuevas situaciones y problemas. No se induce a que los profesionales aprendan a pensar.
El resultado final para Guatemala bajo la influencia de una educación “bancaria”, son graduandos relativamente subdesarrollados. Muchos de los catedráticos universitarios no son competentes. Por lo mismo no pueden trasmitir a sus alumnos este concepto.
En muy pocas ocasiones los maestros usan métodos modernos de enseñanza. En sus clases no usan dinámicas de grupos, sociodramas, cineforos, análisis y solución de “casos” y tantos otros métodos participativos de enseñanza. Aun cuando algunos docentes usan “casos”, lo que se estudia son “casos” bajados de internet o de los libros. Muy pocos maestros elaboran sus propios “casos”.
Los métodos modernos de enseñanza orientan a que el educando aprenda a pensar. Estos métodos, buscan el estudiante aprenda a afrontar nuevas situaciones no previstas en los libros. Un profesional aumenta la probabilidad de llegar a ser útil en relación a su posibilidad de afrontar y resolver situaciones no previstas.
Egresan profesionales incapaces de resolver problemáticas que se presentan en las coyunturas generalmente cambiantes de un entorno permanentemente cambiante. La vida confronta con problemas reales que en muchas ocasiones no se encuentran en los textos.
No se puede dar lo que no se tiene. Muchos de los catedráticos universitarios son incapaces de abordar nuevas situaciones. La mayoría de esos maestros son víctimas de un método de enseñanza defectuoso.
Lamentablemente los grupos poderosos quieren que de esa manera continúe la educación. Y así continuará. Lo creen así porque ellos mismos no tienen “visión”. Muchos de esos altos dirigentes también son víctimas de un sistema de educación “incompetente”. Un sistema que quieren sostener.
Algunos grupos poderosos piensan que no es conveniente que se capacite a los catedráticos. Una razón del porqué de esta reticencia es que no desean que los educandos abran los ojos. Si un estudiante aprende a pensar, probablemente también vaya a cuestionar acerca de los privilegios que tienen estos grupos de poder. A los ojos de algunos poderosos, es mejor que los profesionales no piensen mucho. Algunos poderosos piensan así porque temen perder muchos de sus privilegios. Privilegios de los actualmente se surten a granel.
El día que quienes dirigen la educación comprendan que un empleado competente reportará mayores beneficios para las organizaciones y para el país, probablemente cambien los métodos de educación. Wal-Mart es un ejemplo de un sistema participativo de trabajo. Esta empresa reporta mayores utilidades a sus dueños que otros supermercados que no han mostrado su deseo de cambiar. Japón también es un modelo de país que puede ilustrar el camino a seguir en materia de educación.
Que Dios ilumine a los altos dirigentes para que puedan mejorar su perspectiva. Eso incluye a los altos directivos de las universidades, ya que por ahora muchos de estos directivos siguen con una visión muy miope del desarrollo.
Imagen proporcionada por Luis Melgar.
Luis Melgar Carrillo

Ingeniero Industrial, Colombia 1972. Máster en Administración de Empresas (INCAE 1976). Nueve libros. (Dos aparecen en Google). Autor de 20 artículos (revista Gerencia, Guatemala 1994 -95. Director de Capacitación (Asociación de Azucareros de Guatemala). Director de Recursos Humanos (Polymer-Guatemala). Excatedrático en universidades de Costa Rica, Guatemala y Tepic, México. Residencia en Tepic.
2 Commentarios
Feliicitaciones señor columinista de GAZETA, tiene una vision muy clara de la Educacion en America Latina, soy Maestra Jubilada y sabemos que toda metodologia Educativa viene diseñada de los Organismos internacionales que patrocinan al Gobierno de turno con Prestamos descomunales, que paran en los bolsillos de estos malos guatemaltecos…
Estimada América; Gracias por su comentario. Desafortunadamente, la mayoría de los políticos que ordeñan las arcas nacionales, y los aportes internacionales, son también víctimas de un sistema de formación muy defectuoso. Las instituciones de enseñanza no cubren los aspectos de ética que toda institución debe cubrir. La corrupción es parte de esa deformación.
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