Meme Barrientos | Literatura/cultura / APRENDIZ DE ALERO
En la dieciocho calle y novena avenida del Centro Histórico existe un lugar incómodo para el Estado y para el sector empresarial, la Estación Central del Ferrocarril. Este complejo histórico fue construido bajo los regímenes liberales, que dentro de sus políticas impulsaron y trajeron el sistema ferroviario al país. El primer edificio fue realizado a finales del siglo XIX, sin embargo, los terremotos de las Navidades de 1917 y 1918 causaron serios daños a su estructura y en su lugar se erigió un nuevo inmueble, el cual colapsó para el terremoto de San Gilberto en 1976, por lo que se vuelve a construir un nuevo edificio. A finales del siglo XX el sistema ferroviario cayó en crisis y decadencia, por esos años el sitio ya empezaba a estorbar, poco a poco esta área queda casi en el abandono y empieza a proliferar la delincuencia común y la ausencia de las fuerzas del orden público. En 1995 un siniestro termina con la poca vida que le quedaba al desamparado lugar.
Después de algunos años en total abandono (tal vez un poco con querer), durante el primer decenio del siglo XXI se trata de renovar el sector creando la Plaza Barrios, adaptando las instalaciones para el Museo del Ferrocarril y la Estación Barrios del sistema de transporte municipal Transmetro. El lugar sufre un cambio, pero no se tratan los problemas a fondo y se convierte en un nuevo fracaso para las autoridades municipales, el área nunca despegó y el museo tampoco. La revitalización pudo haber sido tratada de una mejor manera; el sector de la novena avenida está lleno de hermosas casas con rico valor arquitectónico, pero lastimosamente en estos lugares funcionan pensiones y comedores-cantinas. El lugar es un punto crítico del Centro Histórico y en él se vive a diario asaltos a los peatones y a los automovilistas, en más de alguna ocasión he presenciado discusiones y peleas de comensales que se pasan de copas en los mesones de los alrededores. Estas situaciones van creando cansancio y desprecio de los ciudadanos hacia el lugar, al punto de circular por ahí únicamente si es necesario.
Ese sistema de caos y abandono es el idóneo para los intereses y conveniencias del sector privado, visualizando un nuevo nicho para implementar sus políticas y beneficios económicos a costillas de nuestros impuestos. En el 20015 surge Anadie (Agencia Nacional de Alianzas para el Desarrollo de Infraestructura Económica), una alianza público-privada que propone crear en el lugar el Centro Administrativo del Estado (CAE), un complejo de edificios (descontextualizados que romperían con la línea urbana tanto del Centro Histórico como del Centro Cívico) en donde operarían oficinas y ministerios. Este centro propone seguir centralizando el Estado y la burocracia, además de continuar incrementando el caos capitalino, dudo mucho que hayan analizado el impacto medioambiental y de tránsito vehicular que causaría el nuevo complejo, sin contar los sistemas de drenajes y abastecimiento de agua.
Según nota del medio rotativo elPeriódico; «en junio de 2015 el grupo Ciudadanos Decididos a Defender el Patrimonio Cultural de la Nación, integrado por arquitectos, urbanistas, conservadores, profesionales, intelectuales y académicos, se pronunció para expresar su preocupación al Ministerio de Cultura por el impacto que el CAE representaría para el Centro Civico y para el área de FEGUA». En ese momento se pudo detener la ejecución del complejo.
Tal parece que la amenaza no acabo allí, el proyecto sigue en pie, el negocio se va a concretar, y este pequeño complejo histórico, que a pesar de encontrarse en los límites del Centro Histórico de la ciudad de Guatemala, desaparecerá y será borrado del ideario de las nuevas generaciones, pudiendo haber sido renovado y rehabilitado con un proyecto integral de revitalización tanto de la Estación Central del Ferrocarril como de su entorno, modelo que aportaría para la protección del patrimonio, a la cultura y a mantener la identidad de los habitantes de la Nueva Guatemala de la Asunción.
Es interesante como la Municipalidad y las autoridades de Gobernación se han hecho de la vista gorda para retomar el área, dejando crecer la delincuencia y el deterioro del sector.
La mentalidad del sistema neoliberal se empeña en seguir implementando El paradigma funcionalista: «La ciudad es producto de los sistemas funcionales, los cuales generan una especialización por áreas de espacios urbanos. La separación de funciones y el transporte se constituyen en principios directores. Estas formulaciones se fundamentan en una filosofía que descansa en un radical antihistoricismo, un verdadero culto al presente» (Precedo, 1996). Los intereses de generar negocios y riquezas en este proyecto son enormes, se nota que les apremia hacerse de la permuta pronto, sus avorazados bolsillos están urgidos por seguirse llenando, mientras el pueblo de Guatemala seguirá una vez más pagando con su sudor un negociazo para el sector privado que poco beneficio le traerá.
Meme Barrientos

Licenciado en Arte y restaurador de bienes muebles, carrera que amo y me quita el sueño. Apasionado de la historia del arte guatemalteco, admirador y fanático de la arquitectura. Acumulador compulsivo de historias de antes y de objetos de otras épocas. Un alma vieja pérdida en este trajeteado siglo.
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