Luis Melgar Carrillo | Política y sociedad / NUESTROS HIJOS
En este siglo veintiuno, la gran mayoría de las iglesias cristianas están en plena decadencia y deterioro. Entre las causas de esta decadencia es fácil advertir la ineficacia e ineficiencia de muchos de sus actuales dirigentes. Al mencionar iglesias cristianas, se pueden incluir a todas, tal es el caso de la Iglesia católica, la evangélica o protestante, los Testigos de Jehová, los mormones, los adventistas, y en general todas aquellas denominaciones que en alguna manera siguen las enseñanzas de Jesucristo.
Como consecuencia de ese deterioro, tanto en Europa como en Estados Unidos, una parte de la población ha ido dejando de creer en Dios. En Holanda, por ejemplo, un 44 % de la población es atea. En Europa la religión de mayor crecimiento es el islam. Los antiguos templos cristianos se han ido transformando en discotecas, bares, bibliotecas, restaurantes y hasta en iglesias islámicas.
En los últimos diez años, más de mil quinientos templos han sufrido ese proceso de cambio. Esa realidad ha sido consecuencia de que los fieles ya no asisten a las congregaciones cristianas. Esos templos se han ido quedando vacíos. Las distintas denominaciones cristianas han ido vendiendo o rentando muchos antiguos edificios para evitar los altos costos de mantenimiento que no pueden solventar.
La persona que haya leído con atención las escrituras cristianas puede llegar fácilmente a la conclusión de que no son las enseñanzas de Cristo, ni las doctrinas en las que se basa el cristianismo las que están fallando. Los fieles han perdido la confianza en sus dirigentes como consecuencia del deterioro moral en que han caído muchos de ellos. Sin embargo, lo triste del asunto es que en muchas de las personas, al observar las conductas erradas de sus líderes cristianos, han ido dejando de creer en Dios.
Tanto los budistas como los islámicos y los cristianos creen en un solo Dios, es decir que son creencias monoteístas. Cualquiera que sea el nombre que se le quiera dar al que es considerado por esas iglesias como el creador del universo, no por ser llamado diferente ha pasado a ser otro. Es el mismo Creador.
Por otra parte, estas tres creencias monoteístas orientan acerca de las enseñanzas morales bajo las cuales se deben regir sus seguidores. En algunos casos, los procedimientos y ordenanzas orientan hacia acciones diferentes de las que practica el cristianismo. Sin embargo, son esfuerzos para mantener los principios de la ética como guía de vida para sus seguidores. Por ejemplo, en el islam son decapitados los homosexuales y a los ladrones se les corta la mano.
El cristianismo, al igual que las otras religiones monoteístas, mantiene una enseñanza y una orientación claras hacia los principios morales en que deben ser enseñados los infantes. Por ejemplo, Proverbios 22, versículo 6 menciona lo siguiente: «Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo, no se apartará de él». Así como esta mención, el libro de Proverbios está lleno de consejos acerca de la mejor manera de conducir a los pequeños. Jesús, en todo momento, destacó la importancia que se les debe dar a los niños. Mencionó que de ellos es el reino de los cielos.
Las enseñanzas cristianas han conducido por décadas al fortalecimiento de sociedades justas, regidas bajo principios morales universales. Por ejemplo, el amor, la tolerancia, el dominio propio y en general todas aquellas virtudes que conducen a una vida de armonía y de paz. Los progenitores creyentes que han acatado con fidelidad las ordenanzas de las escrituras cristianas, siempre han recibido la retribución a sus esfuerzos de enseñanza. Educar hombres y mujeres de solvencia moral, retribuye, mediante el fortalecimiento de ciudadanos prósperos que se integran a la sociedad y que consolidan hogares estables.
Los principios cristianos de educación, en general, son esfuerzos para enderezar la rebeldía que todo niño presenta. Cuando esos papás se alejan de las enseñanzas de la Biblia, comienzan a cosechar en sus hijos, personalidades de necedad, de malacrianza y rebeldía.
En la actualidad, en muchos de los hogares se suele observar que los que gobiernan son los hijos. Los padres de los niños caprichosos viven para satisfacer las demandas irracionales de sus pequeños. Los berrinches suelen ser, en general, la manera como los niños ejercen la autoridad. La amenaza de los pequeños suele ir orientada por algo como lo siguiente: «Si no me lo das, hago berrinche». Cuando esos niños son adolescentes, se inclinan por sus deseos y probablemente lleguen a caer en la drogadicción, en el alcoholismo o en la delincuencia.
Las personas que han dejado a Dios, como consecuencia de que han dejado de creer en él, también han dejado de lado los principios de formación moral registrados en las escrituras. Si a eso se añade que muchos líderes cristianos no están capacitados para la educación y formación de los niños, se puede fácilmente inferir una de las razones por las cuales la delincuencia y la drogadicción han encontrado campo fértil. Cientos de jóvenes, hoy día, son el sostén principal del narcotráfico.
Cualquier persona que haya leído el nuevo testamento por lo menos unas tres veces en su vida, se puede dar cuenta de que las enseñanzas cristianas no se siguen tal y como son presentadas en las escrituras. Por ejemplo, en el libro de Timoteo, en el capítulo tres, se menciona que tanto los obispos, como los diáconos, deber ser maridos de una sola mujer y dar evidencias de tener a sus hijos bajo sujeción.
Muchos líderes religiosos cristianos ni siquiera son casados y muchos otros se han casado más de una vez. No es difícil entender la razón por la cual muchos ministros religiosos están fallando. Un ministro que no haya lidiado con las rebeldías de sus hijitos no está capacitado para asesorar sobre la conducta del hogar, en especial acerca de la educación de los hijos.
No se puede dar lo que no se tiene, ni enseñar lo que no se sabe. No se puede guiar a las personas acerca de la conducción de los hijos cuando no se ha vivido esa experiencia. Muchos líderes religiosos no son papás que puedan dar testimonio de tener a sus hijos bajo sujeción, cuando ni siquiera han tenido hijos.
A todas esas situaciones se le suma que, en estos dorados tiempos, muchos dizque intelectuales abogan por que Dios sea erradicado de las escuelas. Si esa salida se implementa, el panorama para la formación de los niños se visualiza cada vez más triste y desolador.
Actualmente, Estados Unidos tiene un gran problema social con la carga de millones de drogadictos, de alcohólicos y de delincuentes. Los pobres gringos quieren detener, por la fuerza de las armas, el gran flujo de divisas que se fuga por el narcotráfico. La DEA pretende detener con pistolas, la gran ola de miseria humana que envuelve a cientos de jóvenes en su país.
Hay narcotráfico porque es un gran negocio. Y será más negocio en proporción a la prohibición y a la represión. El gran negocio del narcotráfico se sostiene porque hay demanda. Los jóvenes están dispuestos a delinquir y hasta a matar para adquirir los estupefacientes.
No es de casualidad que toda esa ola de destrucción humana coincida, en la historia, con el período en que los gringos, que habían construido un gran país, tomaron la decisión de sacar a Dios de las escuelas. Esta aseveración se puede verificar, investigando en Google al respecto. La película La mujer más odiada de Estados Unidos revela datos importantes de la década de la salida de Dios de las escuelas, es la década del inicio del consumo masivo de estupefacientes.
Si se quiere consolidar una mejor sociedad, se puede reflexionar que la educación basada en los principios que registran las escrituras cristianas es una sólida base. Organizar procesiones, hacer repeticiones y repeticiones de oraciones, quemar incienso y practicar dogmas que no menciona el Evangelio son prácticas religiosas en las que ha caído la iglesia cristiana. Es parte de su deterioro y decadencia. Esas actividades no son el sendero que conduce a una mejor formación de los pequeños.
Es el conocimiento de las escrituras como se puede encontrar esa guía. Solo Dios les puede dar gracia a los progenitores para comenzar a leer las escrituras cristianas. Es la manera de encontrar y poder llegar a aplicarlas para sus hijos. Es el camino que enseña el verdadero cristianismo.
Fotografía principal tomada de Sevilla secreta.
Luis Melgar Carrillo

Ingeniero Industrial, Colombia 1972. Máster en Administración de Empresas, INCAE 1976. Autor de 10 libros (tres aparecen en Google) y de más de 100 artículos (75 en gAZeta, Guatemala 2018-19; Veinte en revista Gerencia, Guatemala 1994-95, y más de treinta en diversos medios mexicanos). Diseño e implementación de la estructura de salarios de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope, 1980-82). Director de Recursos Humanos (Polymer-Guatemala. 1984-87). Director de Capacitación (Asociación de Azucareros de Guatemala 1991-95). Excatedrático en universidades de Costa Rica, Guatemala y Tepic, México. Residencia en Tepic.
Correo: lumelca@live.com.mx
0 Commentarios
Dejar un comentario