Luis Melgar Carrillo | Política y sociedad / PUNTADAS SIN DEDAL
Finlandia se ha convertido en la meca de los estudiosos de la educación. Gran cantidad de académicos estudian el sistema de educación finlandés para tratar de desentrañar y entender el secreto del éxito de sus sistemas educativos. Este país desarrolló un método que se apoya en el fomento de las competencias o habilidades para la vida. El método se fundamenta en la participación activa de los alumnos.
La educación por competencias es un sistema que se relaciona íntimamente con el fomento del desarrollo personal de los estudiantes. En este esfuerzo, el docente trabaja activamente para ayudarlos a desarrollar su potencial y a disfrutar de una vida privada y social exitosa. Estrictamente, su esfuerzo principal es tratar que sus discípulos se vuelvan competentes. La cultura, el conocimiento, la capacidad de innovación y la creatividad son factores decisivos en este esfuerzo para formarlos. El propósito final es convertirlos en ciudadanos competentes para afrontar la vida.
Una persona es competente si tiene la capacidad para actuar de manera eficaz y eficiente en una situación nueva, y aún desconocida. Para ser competente se necesitan conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes, así como valores asociados a los mismos. Estos conceptos amalgamados se proyectan como comportamientos. La aplicación de estos comportamientos, le permitirán al profesional enfrentar exitosamente problemas de la vida real, privada, social y profesional.
Quien es competente, es capaz de enfrentar con éxito situaciones excepcionales no previstas que se le puedan presentar. Se puede resumir el concepto “competencia” como: saber y saber hacer.
Analizando la filosofía general de la educación por competencias, se puede llegar a la conclusión de que es un esfuerzo para convertir la educación en un sistema de calidad total. Japón es el país en el cual se originó el concepto de calidad total. Rensis Likert es uno de los constructores de ese concepto. William Deming llevó la concepción de participación a la tierra del sol naciente. La participación es la base del éxito de ese gran país. Rensis Likert es el pionero de esos conceptos de participación.
Se puede observar que muchos estudiantes de universidades del entorno latinoamericano cercano al ecuador geográfico, divagan en los corredores, jardines y cafeterías de las universidades. Probablemente pierden el tiempo, debido a su poca motivación hacia el estudio y hacia el saber. En general, a muchos no les interesan los temas que les son impartidos para su propia formación profesional.
Esa falta de interés probablemente es consecuencia de que sus maestros no han sabido trasmitirles el deseo de aprender. Los estudiantes se preparan para los exámenes con uno o dos días de anticipación. No hay un interés genuino por el dominio de los temas. Lo que les interesa es aprobar el examen. Y finalmente obtener un título.
En general, los docentes de las diferentes universidades de los países del istmo centroamericano usan principalmente como método didáctico la exposición dialogada. En algunos casos enriquecen sus exposiciones con casos de estudio. Casi siempre estos casos son bajados del internet o sacados de los libros. Muy rara vez un docente participa en la concepción, formulación, elaboración y redacción final de sus propios casos.
Por referencia de más de cincuenta graduandos de diferentes universidades, se recibió la información de que en general las sesiones de clase en que participaron fueron monótonas y aburridas. Esa información fue la catapulta para tratar de investigar las razones de esa situación que finalmente desenlaza en apatía.
A fin de enriquecer esta investigación, el autor diseñó un cuestionario. El cuestionario fue contestado en un período aproximado de 30 años, por diferentes grupos de estudiantes de varios países del istmo centroamericano. Lo han respondido hasta la fecha más de 1 300 estudiantes. Los resultados de esa investigación se resumieron en un informe intitulado Eficiencia didáctica y participación, el cual puede descargarse en el siguiente enlace.
Fotografía tomada de El Diario.
Luis Melgar Carrillo

Ingeniero Industrial, Colombia 1972. Máster en Administración de Empresas (INCAE 1976). Nueve libros. (Dos aparecen en Google). Autor de 20 artículos (revista Gerencia, Guatemala 1994 -95. Director de Capacitación (Asociación de Azucareros de Guatemala). Director de Recursos Humanos (Polymer-Guatemala). Excatedrático en universidades de Costa Rica, Guatemala y Tepic, México. Residencia en Tepic.
2 Commentarios
Mi comentario es decirle al señor Melgar que tiene toda la razón del mundo. Ahora, se supone que la educación por competencias es una exigencia en el Currículo Nacional Base. Se necesita tiempo para que esta propuesta florezca y de sus productos. Los estudiantes actuales de las universidades , por lo general, vienen de otro formato de estudios. Y, cierto, ¿como hacer para los alumnos se interesen en aprender? No solo en ganar exámenes.
Estimado Alfredo: Muchas gracias por su comentario. Es cierto que la teoría de la Educación Por Competencias, es un tema de actualidad que manejan muchos dirigentes del sistema educativo. Lo que se haya redactado en relación a las maneras de educar, es una cosa. Que los catedráticos las implementes es otra cosa diferente. Para mencionar un ejemplo grotesco, pero muy gráfico: Regalarle un tractor a un agricultor es una manera de favorecerlo en sus faenas agrícolas. Pero si este productor no sabe manejarlo, de nada le sirve el tractor. Los catedráticos tienen que ser entrenados acerca de la implementación de un sistema de educación por competencias. Si no saben como hacerlo, es como regalar el tractor a quien no sabe manejarlo. El paso grande que hay que dar es capacitar a todos esos catedráticos para que puedan usar metodos participativos de enseñanza.
Dejar un comentario