Ruth del Valle Cóbar | Política y sociedad / HILANDO Y TEJIENDO: MEMORIA Y DERECHOS HUMANOS
Vives, porque la libertad no tiene muerte
Julio, Iván y Maco son tres estudiantes universitarios que fueron torturados y asesinados el 22 de marzo de 1980. Estaban a cargo del traslado del NoNosTientes de la Huelga de Dolores de ese año; se habían reunido al medio día para cumplir su tarea el día que se elegía Rey Feo, cuando fueron interceptados por los clásicos «hombres armados de particular». Se los llevaron en el vehículo de Julio César, un escarabajo amarillo semáforo que había llevado y traído a tantos compañeros y compañeras en miles de tareas estudiantiles y revolucionarias.
Iván y Maco eran bachilleres, Julio maestro de educación primaria. Julio y Maco estudiaban economía, Iván medicina. Iván y Julio tenían 21 años, Maco 26. Los tres provenían de hogares donde se admiraban los años de la Revolución de Octubre, los avances en materia educativa, los beneficios para la población con la reforma agraria. El abuelo de Iván incluso había luchado contra la dictadura de Ubico. Sus familias eran modestas, pero de las que priorizaban la educación como herencia para sus hijos e hijas.
Iván fue directivo de la Asociación de Estudiantes de Medicina (1977-1978) y secretario de Relaciones Internacionales de la Asociación de Estudiantes Universitarios (1978-1979); Julio y Maco eran dirigentes en Económicas, Maco era secretario de Organización de la Asociación de Estudiantes de Económicas; Julio había sido presidente de la Asociación de Estudiantes Normalistas en la secundaria. En distintos espacios universitarios, los tres confluyeron en la Alianza Democrático-Progresista FRENTE.
Les unía la lucha contra la injusticia, el hambre y la miseria; la búsqueda de una Guatemala mejor, donde todas las personas tuvieran oportunidades de desarrollo, donde se respetaran los derechos humanos. Julio había sido detenido junto a otros estudiantes de secundaria en marzo de 1976, cuando apoyaban la organización de la población afectada por el terremoto en el asentamiento Niño Dormido, por la colonia Bethania; la policía los emboscó y los llevó presos aunque la mayoría eran menores de edad. En ese hecho violento falleció Carlos Eduardo Alvarado Chuga y quedó afectada de la columna Tania Irasema Palencia Prado.
1980 fue un año fatídico para la Universidad de San Carlos. La represión había iniciado desde 1977; en 1978 asesinaron al secretario general de la AEU, Oliverio Castañeda de León y desaparecieron al secretario de organización, Antonio Ciani, quien le había sucedido en el cargo. Varios profesores y trabajadores de la USAC fueron asesinados o desaparecidos esos años.
Es imposible olvidar esos días de tanto dolor y muerte, de asesinatos casi a diario. Los detalles de ese 22 de marzo están frescos en la mente, los rostros de mi familia, ir a la morgue a tratar de identificar a los otros compañeros, verlos en esas planchas frías, con los militares armados en medio de la necropsia, teniendo que fingir que no los conocíamos, para poder salir de ahí y avisar a las familias de los compañeros asesinados junto a Julio.
Sus cadáveres torturados aparecieron en el vehículo de Julio César al lado de la carretera de la aldea Santa Rosita, zona 16. Sus ropas estaban rasgadas, dos de ellos estrangulados, los tres ametrallados. Habían puesto letreros donde el Ejército Secreto Anticomunista (ESA) se atribuía el crimen: «así morirán todos los del PGT». Todos sabemos que esos escuadrones de la muerte y las fuerzas de seguridad eran la misma cosa; los responsables de los hechos nunca fueron perseguidos ni juzgados, eran los mandatarios del país: Romeo Lucas García, Benedicto Lucas García, Donaldo Álvarez Ruiz, German Chupina Barahona, Manuel de Jesús Valiente Téllez, Pedro García Arredondo.
Hace 38 años que vivimos impunidad y muerte. Hace 38 años que nos acompañan en el día a día, en las batallas que libramos, en las luchas cotidianas, en la construcción de una Guatemala mejor.
Fotografías tomadas de Comunicarte
Ruth del Valle Cóbar

Feminista, defensora de derechos humanos, investigadora social, constructora de mundos nuevos. Ha pasado por las aulas universitarias en Ciencia Política, Administración Pública, Psicología Social, Ciencias Sociales. Transitado del activismo social al político, incluyendo movimientos sociales, organizaciones sociales, entidades gubernamentales y del estado.
2 Commentarios
A pesar de tantos años, me vuelve a conmover todo este relato. Muertes dolorosas de gente valiosa. Su única arma: la inteligencia. Muy fuerte, volver a recordarlos en el aniversario de su asesinato. Ojalá los criminales estén muriendo de sed o hundidos en el Infierno.
Cómo olvidar a entrañables compañeros de FRENTE, esta grupo que aglutinó varias Asociaciones de estudiantes de diferentes facultades de la USAC. Hoy los cobardes, sus asesinos se dicen inocentes de tan horrendos crímenes . Fue El Estado; fueron los Lucas garcía.
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