Juan Alberto Fuentes Knight

-Tomás Rosada / MIS CINCO LEN

El nombre de su padre se escuchó en mi casa desde siempre. Dos familias amigas, con ideales compartidos, que vivieron y sufrieron la política en la piel. Personalmente no tuve contactos directos con Juan Alberto sino hasta mis años de doctorado. Estando próximo a volver a Guatemala comenzó una conversación que siempre fue in crescendo, primero desde espacios de intercambio y reflexión estrictamente académica cuando procuramos acercamientos entre IDIES e ICEFI; después desde una arena más cercana a la política pública, en uno de los muchos intentos por promover una reforma fiscal integral; y finalmente, siendo ya ministro de Finanzas, cuando me invitó a hacer parte del equipo de profesionales que representamos los intereses de Guatemala ante las instituciones financieras multilaterales en Washington (BID, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional).

Para muchos economistas de mi generación, el nombre Juan Alberto Fuentes Knight se convirtió desde los años noventa en un referente técnico y político. Pudiendo uno estar de acuerdo o no con sus ideas, quienes hemos intercambiado y debatido con él reconocemos la seriedad de su trabajo y la coherencia entre sus argumentos técnicos y el imaginario político que siempre ha promovido.

Aunque entendemos que es una muestra más del esfuerzo que el país está haciendo por limpiar las estructuras del Estado, y aunque se entienden los riesgos inherentes a la función pública, la noticia de su captura ciertamente nos ha caído a muchos como balde de agua fría. Pero una vez pasada la primera impresión, el polvo se va asentando y nos recuerda el valor fundamental de la rendición de cuentas y de lo importante que es contar con mecanismos institucionales, transparentes e imparciales, para que todo ciudadano que ha ejercido algún cargo público pueda ser llamado a explicar su proceder y que se le permita explicar y demostrar las razones de sus decisiones.

No me cabe la menor duda que Juan Alberto llevará adelante el proceso legal que hoy enfrenta, y que podrá establecer el alcance de su responsabilidad por decisiones tomadas al frente de la cartera que tuvo a su cargo. Y tampoco me cabe duda de que la agenda contra la corrupción y la impunidad se seguirá fortaleciendo y nos dará muchos aprendizajes para seguir avanzando y arrinconando a todos aquellos que quieren seguir manteniendo capturado el Estado.

Las transformaciones sociales no son nunca lineales ni instantáneas. Son más bien procesos lentos, con avances y retrocesos, con errores y aciertos.

Además, las transformaciones sociales que deben beneficiar a la mayoría casi nunca suceden de forma espontánea, hay que inducirlas, y esto solo se logra con la participación política de un número suficiente de ciudadanos. Una masa crítica de personas que tenga capacidad de promover cambios en instituciones, de construir nuevas narrativas que den sentido de esperanza a la ciudadanía, de instaurar nuevas formas de proceder tanto desde la función pública como desde el espacio privado.

Por eso, el valor de fondo que debemos defender con uñas y dientes en esta lucha contra la impunidad y las mafias que tienen capturado al Estado, debe ser también la construcción de garantías suficientes que inviten a más y más generaciones a participar en política y dedicarse al servicio público, con la certeza de que allí habrá mecanismos de rendición de cuentas a su disposición, y que siempre se respetará el derecho al debido proceso.

Vaya entonces aquí toda mi solidaridad al amigo en estos momentos difíciles, y todo mi reconocimiento a su ética profesional y trayectoria política.


Fotografía principal tomada de El Español.

Tomás Rosada

Guatemalteco, lector, escuchacuentos, economista y errante empedernido. Creyente en el poder de la acción colectiva; en los bienes, las instituciones y los servidores públicos. Le apuesta siempre al diálogo social para la transformación de estructuras. Tercamente convencido de que la desigualdad extrema es un lastre histórico que hay que cambiar en Guatemala. Por eso, y sin querer, se metió al callejón del desarrollo, de donde nunca más volvió a salir. Algún día volverá a levantar el campamento y regresará a Guatemala para instalarse en el centro —allí cerquita de donde dejó el ombligo—, para tomar café, escribir, escuchar y revivir historias de ese país que se le metió en la piel por boca y ojos de padres y abuelos.

Mis cinco len

5 Commentarios

Ileana González 18/02/2018

Mi respeto y apoyo al señor Fuentes Knight en su liderazgo político democrático, y reconocida ética profesional. El país necesita líderes políticos como él. Ojalá que pronto
se aclare su situación.

Oscar Chang 17/02/2018

Muy bien dicho señor Rosada. Yo tambien me solidarizo con Juan Alberto. Y espero muy pronto verlo libre de este proceso

Doi coj 17/02/2018

Asi es Lic. Rosada, vivimos coyunturas que sin lugar ha dudas marcaran nuevos rumbos para nuestro pais.

Irini Papahiu 17/02/2018

Totalmente de acuerdo con Tomas Rosada, más claro no puede ser; sabemos quién es nuestro amigo, Juan Alberto Juan Alberto Fuentes Knight; confiamos que todo será total y debidamente aclarado.

Berta pontaza 17/02/2018

En los momentos dificiles,se conoce ,al amigo,y somos muchos
Tambien, bueno. Al que no hera sincero,y despotric,Con higado,quien fingio,serlo,
De los que siempre,no ,eso lo mismo,

Dejar un comentario