Jimmy Morales disfrazado de militar

Rafael Cuevas Molina | Política y sociedad / AL PIE DEL CAÑÓN

El presidente Jimmy Morales se disfrazó recientemente de militar para participar en un acto público y causó sorpresa, hilaridad y sensación de vergüenza ajena en muchos. Uno puede verlo desde el lado amable: a alguien acostumbrado a disfrazarse por su profesión de cómico, seguramente no le es extraño transmutarse, como el camaleón, y confundirse con el otro, en este caso, los militares.

También puede verlo desde un punto de vista menos cordial: un personaje como Jimmy Morales solo pudo llegar a la Presidencia del país disfrazando su propia identidad, escondiéndola, es decir, engañando. Pero, de pronto su verdadero yo aflora y se muestra en su integralidad, en este caso, en su empatía con los militares, en su deseo de ser como ellos o de ser uno de ellos.

En Guatemala, querer ser como un militar no es inocuo. Los militares encarnan la representación de muchas de las cosas que muchos guatemaltecos desearíamos que no existieran en nuestro país. Solo para mencionar algunos rasgos genéricos: el autoritarismo prepotente y violento que, además, es referente del machismo tóxico. Y para referir a algunas de sus características particulares: un gremio que se constituyó en emblema de la represión y el genocidio.

Además, recuérdese que varios de sus más conspicuos jefes, tanto en la guerra como en la paz, están siendo juzgados por delitos de corrupción en los que se ha puesto en evidencia como, en el seno de la institución castrense, han existido y existen verdaderas mafias que han hecho del aparato de Estado su botín.

No es poca cosa lo que estamos diciendo porque, entonces, que la máxima autoridad del país se disfrace de militar y muestre sin desparpajo que quiere ser como ellos, avala esos rasgos que caracterizan al imitado, lo que quiere decir que lo transforma en modelo a seguir.

He ahí el modelo que el presidente Jimmy Morales nos muestra como digno de imitar.
Uno podría preguntarse si el señor Morales, actualmente y por desgracia presidente de la República, pensó todo eso cuando se disfrazó de militar, o simplemente lo hizo por falta de entendederas, como una simple salida de tono a las que nos tiene acostumbrados, como cuando se queda dormido en una reunión oficial, llega un poco pasadito de tragos a un acto público, o aparece con la camiseta de las selección nacional de futbol cuando va a votar.

Nuestra opinión es que su disfraz no es casual ni producto de su limitada sesera. Antecedentes nos muestran, por ejemplo, que el partido político que lo postuló a la Presidencia se encuentra copado por militares y, algunos de ellos, ya en retiro, han sido sumados como funcionarios a su actual Gobierno. No entraremos en pormenores, pero los ejemplos son varios.

Presentar al Ejército como modelo no es inocuo porque avala una forma de ser que es la responsable, en muy buena medida, de los males que aquejan a Guatemala. Es, además, una bofetada a los miles de miles cuyas vidas se han visto marcadas por la represión a la que ha recurrido. Yo me cuento entre ellos, y ver a Jimmy Morales vestido de militar me causa por un lado risa y pena ajena, pero por otro rechazo y rabia no solo por su falta de sensibilidad, sino por su desvergüenza y prepotencia.


Rafael Cuevas Molina

Profesor-investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional de Costa Rica. Escritor y pintor.

Al pie del cañón

2 Commentarios

america arminda torres moya 29/08/2018

La profesion de este Presidente, fue durante quince años comico o comediante, su trabajo era hacer guiones para tv y para hacernos reir, hoy que aparece disfrazado de militar, manifestando que es el comandante general del ejercito, es para reirce…en la comedia LA TROPA LOKA, le regalaron ese disfraz, para sentirce inflado de alegria, donde se le cumplio su deseo de ser de la TROPA….

Alfredo Porras Smith 16/08/2018

Muy bien dicho, el disfraz de Morales resulta ser no tan disfraz, si no lo que realmente quisiera ser!

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