¡Ivan regresa y Cicig continúa!

-María Chiqui Ramírez | PUERTAS ABIERTAS

«La Corte de Constitucionalidad (CC) emitió un amparo provisional unánime, este domingo, que permite el retorno del comisionado Iván Velásquez a Guatemala. «El cual se deberá realizar en armonía con lo que establece el acuerdo entre Naciones Unidas y el Gobierno de Guatemala». El fallo deja sin efecto la resolución del presidente Jimmy Morales del 4 de septiembre de no permitirle el ingreso al país a Velásquez, mientras se encontraba en una gira de trabajo en Washington». elPeriódico. 16 de septiembre 2018

Para los que hasta ahora andan negando el papel de Naciones Unidas en la resolución de conflictos internacionales y en la instauración de una democracia real en Guatemala, en donde los tres poderes independientes puedan ser garantes de la aplicación de normas nacionales e internacionales en una sociedad incluyente y participativa, esta noticia tendría que entrarles de cañón en su cabecita.

Para los que entregamos la mayor parte de nuestra vida en el movimiento revolucionario guatemalteco y sobrevivimos a los 36 años de lucha interna y sobrevivimos al desencanto de ver los ideales que cobraron tantas vidas, ideales manoseados y llevados a extremos incomprensibles, lo que estamos viendo no es el paso del cadáver del imperialismo, sino el despertar de los pueblos luchando inteligentemente, organizados, coordinados, con las mismas reglas que sus enemigos diseñaron para empoderarse.

Ahora después de las miles de víctimas del conflicto armado, porque sí hubo genocidio, resulta que «muchos» afirman haber estado aquí y allá dentro del movimiento revolucionario y que ahora apoyan la expulsión del Comisionado Iván Velásquez y condenan la intervención extranjera de Naciones Unidas ese movimiento de ladinos urbanos que siempre fue racista y machista, que nunca respetó el movimiento de masas y de las organizaciones populares y menos, las organizaciones indígenas. Esa lucha que comenzamos en los años 60 llenos de ideales y de entrega hasta la muerte, fue degenerando al paso de los asesinatos de los verdaderos líderes, de las masacres, del genocidio.

Esa izquierda que en muchas ocasiones se introdujo en el movimiento de masas para fraccionarlos, para querer imponer «la línea» que ellos pensaban era la correcta, en medio de intrigas, anulando a líderes locales, exponiéndolos a ser capturados, asesinados.

La derecha en Guatemala siempre supo hacia dónde iba, qué quería, cómo debía reprimir, a quién iba dirigida su mirada y acción, mientras que en el movimiento revolucionario andábamos más perdidos que la llorona antes y después de la firma de la paz. Fuimos la pacaya en el sándwich de la Guerra Fría.

Ahora esos de «izquierda» defienden la soberanía de Nicaragua y la hermanan con la soberanía que defiende Jimmy Morales en Guatemala, porque ninguna figura de esa «izquierda» está a la cabeza del movimiento de masas, de Codeca, de los 48 Cantones de Totonicapán, de AEU por ejemplo

Una Corte de Constitucionalidad con jueces, magistrados, profesionales dignos y con principios, apegados a la ley apoyados por las organizaciones populares ladinas, mestizas, mayas, garífunas y xincas, estudiantes apasionados por una Guatemala para todos, no tienen nada qué ver con la izquierda caduca y desvelada. Es por eso que no reconocen lo que está pasando en nuestra tierra. Habrá quien diga: «yo también estuve allí», y es cierto por eso afirmo lo que escribo porque como mujer fui objeto de esa discriminación y marginación, conozco la doble moral, el empoderamiento que da el dinero. La corrupción, el compadrazgo que se encuentra en la «derecha» y la «izquierda», los falsos intelectuales alejados de los verdaderos problemas cotidianos, nacionales, muchos de ellos nunca supieron lo que es vivir con un salario miserable, porque nunca trabajaron y utilizaron las organizaciones para crearse una imagen. Nunca fueron dirigentes. Intelectuales de izquierda que viven de becas, de los grants internacionales. Tenemos unos cuantos buenos ejemplos.

Lo que está pasando en Guatemala es único, digno de ser analizado, no desde la perspectiva «trasnochada de la izquierda», que defiende lo indefendible. La intervención de Naciones Unidas y el Comisionado contra la impunidad es justa y necesaria debemos, aceptar su presencia y permanencia y quitarnos las lagañas y ver con admiración y respeto (si es posible), esta nueva página en la historia de Guatemala. «Florecerás Guatemala» dijo Iván.

Son necesarias otras Cicig en Centro América, para luchar desde el interior del sistema que ellos, los militares y civiles corruptos diseñaron a su medida. Otra Cicih para Honduras, Cicin para Nicaragua, Cicis para El Salvador, Cicim para México. ¡Suena lindo!

A estas alturas está bien clara la lucha contra o a favor de la corrupción. Es la lucha contra la injusticia venga de donde venga. Es la lucha por una verdadera democracia incluyente y participativa en donde sea reconocida la población originaria de este continente. Entonces vamos a construir nuestra verdadera identidad guatemalteca.

La izquierda caduca y la derecha guatemalteca ahora están de la mano en contra de la intervención extranjera. ¿Y en contra el aborto y a favor de la pena de muerte también?


María Chiqui Ramírez

Mayanista, Ajq´ij, escultora, ceramista, escritora. Nació en Guatemala a los 10 días de la Revolución de Octubre de 1944. Activista social identificada con sus raíces mayas. Miembro de Waxaq´ib Q´ojoom Guatemala y guía espiritual de Waxaq´ib Q´ojoom Toronto Council.

Puertas abiertas

Un Commentario

Gustavo Diéguez 03/10/2018

Con vos Chiqui y con todo lo que creo debemos hacer y seguir. A quienes intentan sabotear estos esfuerzos les recordamos a don Quijote cuando dice: «Ladran Sancho… señal que andamos».

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