Irresponsabilidad

Víctor Manuel Reynoso Angulo | Política y sociedad / INTERÉS PÚBLICO

La consulta que se prepara para decidir el lugar del aeropuerto capitalino en México parece tener un objetivo: eludir la responsabilidad de la decisión. En lugar de hacer lo que hacen todos los gobiernos representativos, tomar decisiones y asumir sus beneficios y costos, el próximo Gobierno de la República está dejando esa decisión en los ciudadanos que acudan a participar en esa consulta.

No es una buena salida para el interés público. Por más bien redactada que esté la pregunta no va a poder recuperar la complejidad legal, medioambiental, de infraestructura, social, de imagen al exterior, económica, etcétera, de la decisión. Por más que los ciudadanos hayan seguido la información sobre este tema (creo que un ínfimo porcentaje de la población del país lo ha hecho), no podrán tener una idea clara de esa complejidad, de los múltiples matices y dilemas que la decisión sobre la localización del aeropuerto implica.

Ningún Gobierno en el mundo funciona así. Quienes tratan de justificar la consulta sobre el aeropuerto argumentando que hay que pasar de la democracia representativa a la directa, que «la gente quiere que la consulten», no hablan seriamente. Ninguna democracia funciona de manera directa. O lo hacen para cuestiones muy específicas, relativamente simples, cuya complejidad queda expresada en una pregunta.

Algunos simpatizantes del próximo Gobierno han dicho que la debacle de los gobiernos anteriores y sus partidos expresa el «fracaso de los expertos». Una afirmación riesgosa, pues implica un llamado a los «inexpertos», y puede que a los ignorantes. Los expertos suelen fallar, pues fallar es propio de lo humano. Lo que no puede llevar a concluir que los inexpertos no fallan.

¿Qué tanto sabemos sobre los mecanismos de democracia directa? ¿Hay expertos o conocedores sobre el tema? ¿Se sabe dónde funcionan, con qué frecuencia y para qué? Hace años, el entonces Instituto Federal Electoral, hoy INE, publicó un interesante texto en el que da respuesta informada a estas preguntas (Jean Francois Prud’homme, Consulta popular y democracia directa, Cuadernos de divulgación de la cultura democrática, número 15, INE, México, 2016). El texto es de fácil acceso en internet. El conocimiento de este tema es indispensable para discutir sobre el tema.

Bien se ha dicho que toda encuesta de opinión, o toda consulta, además de preguntar qué opina el encuestado sobre tal cuestión, debería preguntar «¿y qué tanto sabe usted sobre esa cuestión?». La mayoría de los ciudadanos sabemos poco sobre las cuestiones y problemas públicos. Sí solemos tener una opinión sobre ellos, y esa opinión es indispensable para la democracia. Pero opinión no es conocimiento. No se pueden hacer o suspender obras de infraestructura como el principal aeropuerto del país con base en opiniones.

Como los expertos, el pueblo también se equivoca. ¿Cuántos ciudadanos inocentes han sido linchados en los últimos años por turbas populares? Pero es más fácil equivocarse cuando no se sabe nada o se sabe muy poco de cierto tema.

Así como ningún Gobierno del mundo funciona sustancialmente con base en consultas populares, el Gobierno federal del próximo sexenio tampoco lo hará. La consulta sobre el aeropuerto difícilmente será la primera de muchas. No inaugurará un estilo de gobierno. Es una forma de eludir una responsabilidad, de salir de un embrollo en el que se metió el candidato cuando habló de suspender un aeropuerto en el que hay contratos multimillonarios ya comprometidos y en el que se han gastado ya muchos miles de millones de pesos.


Víctor Manuel Reynoso Angulo

Profesor investigador de la Universidad de las Américas, Puebla. Doctor en Ciencias Sociales por el Colegio de México, maestro en Ciencia Política por FLACSO México y licenciado en Sociología por la UNAM.

Interés público

0 Commentarios

Dejar un comentario