Integridad

Carlos Palacios Caravantes | Política y sociedad / PODIO

Integridad significa calidad de íntegro. En el caso de una persona, se aplica a la calificación y cualificación para determinar su grado de pureza, la cual se refiere al conjunto de principios con que actúa un individuo, despojándose de prejuicios sociales y de intereses personales.

La integridad es absoluta e indivisible. Se es íntegro o no se es íntegro. No se puede ser íntegro por un rato –en la iglesia o frente a la familia- y luego volver a una conducta contradictoria a los principios ahí manifestados. La integridad es absolutamente indisoluble. No se puede fraccionar en acciones íntegras y acciones no íntegras. Las primeras (acciones íntegras) se desvirtuarían con la ejecución de las segundas (acciones no íntegras), por «fabricar» un juego de intereses, que podemos denominar «doble moral» o «doble estándar», como lo tipifican los estudiosos de la conducta humana.

La integridad se refiere más que nada a la honestidad de las personas. No importa si pierde o gana. Cualquier correcta resolución acatará y su satisfacción será completa si hace lo que sus principios y su conciencia le dictan. Su preocupación es dormir tranquilo. Libre de prejuicios o de actos que riñan con sus principios. Poco o nada le importan los juicios en su contra, por no aprovecharse de circunstancias que le beneficiarían social o económicamente, él cuida de que su moral sea de altura, para sí mismo y en beneficio del prójimo, de su familia y de su sociedad. Para él la integridad es un axioma. Un principio tan claro que no necesita demostración

En el plano individual, es relativamente fácil determinar el grado de integridad de una persona. Esta será evaluada por su grado de honestidad y fortaleza de principios y valores. Entendiéndose por honestidad una comprobada decencia y modestia. Por fortaleza de principios entenderemos los fundamentos sobre los que apoya su forma de pensar y de actuar decidida y definitivamente.

Definir una integridad colectiva, es un reto para el futuro y una enorme tarea para estudiosos que habrán de proponer parámetros axiológicos. Esta necesidad es cada día más urgente en virtud de que la integridad es atacada sistemáticamente por su peor enemigo: la corrupción. De este desgraciado fenómeno que corroe a la humanidad se ha logrado que organizaciones no gubernamentales, como Transparency International, elaboren informes anuales del grado de corrupción de los países. Sin embargo, no existe lo contrario, informes anuales de integridad, que pudieran ser tan beneficiosos como los que elabora Transparency International.

Por esas razones se propone, para empezar por algún lado, tipificar la «integridad individual», la cual, creemos se sustenta en unilateralidad, 2) irreversibilidad de principios éticos y morales, y 3) confrontación personal y colectiva.

Unilateralidad: es un atributo personal de principios éticos, morales y humanísticos. Ningún individuo puede ser forzado a adoptar los de otro individuo. Sin embargo, cuando por falta de estos principios el individuo delinque, será juzgado y coercitivamente obligado a aceptar, o al menos a reconocer, algunos elementos de la integridad, que posiblemente le son ajenos.

Irreversibilidad: se asume que los principios adoptados por el individuo son básicamente producto de su conciencia, madurez, acción-reflexión, y que estos constituyen su riqueza intrínseca y los considera irreversibles. No acepta nada que los modifique al menos que sea para mejorar.

Confrontación: parte fundamental de la integridad, es defender los principios que se sustentan, ello implica el compromiso moral de rechazar las acciones incorrectas de otros individuos, lo que en mayor o menor escala significa confrontar con ellos individualmente, o incluso con grupos sociales, políticos, religiosos y económicos, que transgrediendo los principios de la integridad, se han convertido en su más grande enemigo, generalmente la corrupción.


Carlos Palacios Caravantes

Nació en la ciudad de Guatemala. Ejerció como contador en diferentes empresas bancarias. Realizó estudios de Economía, Auditoría y Ciencias Políticas en la Universidad de San Carlos. Emigró a Europa. Columnista del periódico La Nación (egión de Waterloo, Ontario) , fundador de la Revista Enfoques. Fundador y director del programa radial Destellos de América, en radio Universidad de Waterloo. Autor de Los cuentos de Pedro Poxté.

Podio

Correo: carlosp@sympatico.ca

2 Commentarios

Miguel Angel Palacios 14/06/2019

En estos dias es sumamente dificil encontrar honestidad e integridad o tan solo una de las dos en la politica international, no dudo que existen exepciones contadas como el gobierno de Suecia y Canada. Este articulo es muy oportuno para la epoca en que vivimos.

Tony Barrios. 14/06/2019

Integridad, a donde te fuiste?.
En estos dias es como buscar una aguja en un pajar.
Excelente opinion!.

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