-Carlos Sánchez Alfaro / PUERTAS ABIERTAS–
En los años 80, Canal 5 no tenía empacho en interrumpir su programación, para colocar la canción Un soldado, la que describía a un militar hijo, amigo y hermano, pero mientras eso pasaba en la televisión y los espectadores admiraban al Ejército, muchas comunidades sufrían la represión de batallones castrenses y la G-2 procedía a desapariciones forzadas. El 25 de febrero de 1999, en la presentación del informe elaborado por la Comisión de Esclarecimiento Histórico que daba a conocer la verdad acerca de las violaciones a los derechos humanos durante el conflicto armado interno, sucedió algo interesante y que casi nadie recuerda, es que Arzú subió al escenario, donde se esperaba que recibiera el informe; sin embargo, solo brindo un saludo a los integrantes de la mesa principal y se retiró. Hay que recordar que en dicho informe se señala que «las operaciones contrainsurgentes, efectuadas entre 1981 y 1983, en ciertas regiones del país, agentes del Estado cometieron actos de genocidio en contra de grupos del pueblo maya». Durante el periodo señalado, al frente del Estado se encontraban los generales Romeo Lucas García y Efraín Ríos Montt. Fueron 669 masacres, incurridas por las fuerzas responsables, también se estableció en dicho informe que «muchas de estas y otras violaciones a los derechos humanos respondieron a una política superior, estratégicamente planificada, que se tradujo en acciones que siguieron una secuencia lógica». El saldo en muertos y desaparecidos del enfrentamiento, llega a más de 200 mil. Se estableció además que, servicios de Inteligencia del Ejército, especialmente la G-2 y el Estado Mayor Presidencial, fueron los autores intelectuales y organizadores directos de capturas, interrogatorios ilegales, torturas, desapariciones forzadas y ejecuciones.
La desaparición, tortura y asesinatos incluyeron catequistas, sacerdotes y monjas, con lo que se constata que hubo mucha vigilancia y control hacia lo que decían o hacían los religiosos, particularmente de la Iglesia católica vinculándolos a la lucha revolucionaria.
En ese contexto, lo que fue para los militares, por mucho tiempo, una procesión de tipo cuaresmal pequeña dentro de la Guardia de Honor, es de señalar que, desde hace 5 años aproximadamente, se ha convertido en una procesión que ha llamado mucho la atención, pues tiene toda la connotación de un cortejo de recorrido prolongado, le da la vuelta al Centro Histórico, y tal parece que la alta esfera militar tiene una meta, ganarse el corazón del explotado, sufrido pueblo religioso de la ciudad. Simbologías que buscan que, de acá a unos años, varios miles de parroquianos, cada vez que pasen por la Guardia de Honor, se persignen por el Cristo del templo militar, que hace algunos años, escondía desaparecidos y los torturaba. Es indiscutible que la falta de memoria histórica, así como la devoción religiosa, son armas propicias en el contexto que estamos viviendo.
A continuación algunos detalles que permiten visualizar que la procesión de los militares va más allá de un fervor espiritual propio de la época.
No debemos olvidar que en el artículo 244 de la Constitución Política de Guatemala se establece que «El Ejército de Guatemala, es una institución destinada a mantener la independencia, la soberanía y el honor de Guatemala, la integridad del territorio, la paz y la seguridad interior y exterior. Es único e indivisible, esencialmente profesional, apolítico, obediente y no deliberante. […] Su organización es jerárquica y se basa en los principios de disciplina y obediencia». En tal sentido, El ejército tiene atribuciones o funciones que le asigna la Constitución, las expresiones de fe como institución no caben en tales atribuciones, tanto así que recientemente el presidente en funciones Jimmy Morales afirmó que el Ejército dejaría los patrullajes en las calles, para concentrarse en su funciones esenciales. Sin embargo, pareciera que la Guardia de Honor es una parroquia más en cuaresma. Acá algunos detalles:
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La procesión salió a las 07:30 horas en punto de la Capellanía San Miguel Arcángel en la Guardia de Honor, ubicada en la 1a. calle de la zona 10, recorrió todo el Paseo de la Sexta desde la 18 calle hasta llegar a Catedral Metropolitana, viró a la 12 avenida e ingresó al atrio de Santo Domingo; regresando a la Guardia de Honor a las 21:30 horas.
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Fue cuarto domingo de Cuaresma: se escogió un día que quede grabado en el imaginario colectivo, para convertirlo en tradición, cuarto domingo de Cuaresma, ese domingo no hay otra procesión importante en el centro. No podía ser ni tercero ni quinto, para las aspiraciones mediáticas castrenses.
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Cobertura de radios católicas y medios de comunicación, pues constantemente se hacía mención de los puntos clave del recorrido.
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Alfombra gigantesca en la 12 avenida de la zona 1, muchas de las alfombras, eran elaboradas por los propios soldados, antes del paso del cortejo.
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Participaron militares de alta y de baja así como sus familias, no está de más mencionar la participación de Otto Pérez Leal y Stella Alonzo, ambos seriamente señalados en casos de corrupción. Lo que también llama la atención es la cercana relación que guardan con las autoridades actuales del Ejército.
Chomsky en relación a la manipulación mediática y simbólica nos dice: «Utilizan el aspecto emocional mucho más que la reflexión», es decir, en este caso, consiguen que los feligreses católicos consideren que no importa de donde venga, lo importante es que sea una procesión, aun cuando provenga de una institución cuya función no es precisamente la de promover actos y tradiciones religiosas, no menos importante, una institución que en su momento ha sido señalada de perseguir y desaparecer líderes religiosos.
La estrategia y la táctica, sabemos bien que están siempre presentes en la vida militar, por eso no es casualidad, ni mucho menos algo aislado, toda la simbología presente en dicho cortejo. Sun Tzu en El arte de la guerra nos dice al respecto «Usar la percepción para nuestra ventaja o el arte del engaño». Por ejemplo: que se corra la voz, que es la procesión más alejada del centro histórico y que llega hasta el kilómetro cero, en otras palabras «hacer cosas grandes y simbólicas que queden grabadas en la memoria colectiva».
Así también, tomar presencia visual y emocional con los miles de guatemaltecos y guatemaltecas que visitan la sexta avenida, es impactante ver personas con uniformes militares cargando un anda que lleva al Nazareno y a la Virgen.
Llegar hasta Catedral, como cualquier otra procesión, que recibe la bendición de las autoridades eclesiásticas y, un hecho simbólico que no podemos pasar por alto, entraron al atrio de Santo Domingo, parroquia que sabemos que históricamente ha albergado el pensamiento más conservador y símbolo de dominación.
Mientras tanto, en el terreno de los medios de comunicación y las redes sociales, no les incomoda que Stela Alonzo y Otto Pérez Leal fueran organizadores en este cortejo religioso, pero sí les indigna la procesión de la Poderosa Vulva. Como podemos observar, hay una enorme carga ideológica en la percepción colectiva que se está tejiendo.
Algunas de las preguntas importantes que debemos hacernos son ¿sabrán los muchachos que van cargando sobre los sacerdotes, catequistas, monjas y otros que fueron asesinadas por el Ejército? ¿Qué persiguen los militares al sumarse a las actividades religiosas propias de la época? ¿Dicho cortejo debería ir precedido por fotografías de los 250 000 muertos y desaparecidos en el país?
No olvidemos, ya en 1954 utilizaron una imagen religiosa para encabezar la contrarrevolución, y los grupos más conservadores del país, para mostrar su indignación con respecto a la representación de la Poderosa Vulva, recogen firmas colocando simbólicamente una imagen de la Virgen de Guadalupe, incluso, colocando una frente a la Corte de Constitucionalidad y todo el cortejo procesional del que estamos hablando no escapa a este juego de símbolos y manipulación.
Qué desafíos tenemos:
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Es urgente y necesario denunciar a las autoridades de la Guardia de Honor por realizar actos religiosos dentro de una institución que, constitucionalmente, tiene una función muy puntual.
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Seguir promoviendo el conocimiento de la memoria histórica reciente de Guatemala, para conocer el papel del Estado y del Ejército en la represión en contra de líderes estudiantiles, religiosos, intelectuales, obreros y campesinos.
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Avanzar en la formación del pensamiento crítico de la niñez y juventud, para ser capaces de analizar el significado y el significante de estos actos, que lo único que buscan es afianzar el apoyo para la ideología militarista entre los círculos religiosos.
Fotografías tomadas del video de Geovanni Contreras.
Carlos Sánchez Alfaro

Pedagogo, estudió en la Universidad de San Carlos de Guatemala, tiene una especialización en prácticas restaurativas, certificación obtenida en el Instituto Internacional de Practicas Restaurativas -IIRP- de Pensilvania, Estados Unidos. Fundador del proyecto comunicacional DeZurda, mentor de liderazgos juveniles en Codeca Metropolitana. Miembro del Colectivo Nahuales, que promueve, en Centro América, el pensamiento sistémico para fortalecer la educación.
10 Commentarios
Felicitaciones a Carlos Sanchez Alfaro, me gustaría que se promueva más el pensamiento sistémico.Recuerdo una frase de Fidel: No importa como la burguesía dice sus mentiras. La importancia está es como nosotros decimos la verdad.
Es un analisis profundo y agudo, es una estrategia para tejer olvido, sobre las y los verdaderos martires de este pais. Su tactica es la mentira y la sorpresa. Es una verguenza para el escaso pueblo conciente. Gracias por tan excelente articulo.
Muy interesante y fundamentado planteamiento. Nunca había escuchado o leído algo sobre semejante, para mí, caricatura deambulante de absoluta falsedad. La descripción realizada por Carlos Sánchez Alfaro la pinta, dibuja de manera excelente. Buen trabajo.
Es un artículo necesario en estos tiempos cuando las propias autoridades de gobierno ejecutivo y legislativo llaman a no mezclar la política con la religión y hacen lo contrario. Sin embargo, es menester anunciar las buenas nuevas contra la corrupción y la impunidad y no para fortalecerlas. Prohibido olvidar nuestra historia para no volver a repetirla.
Excelente artículo Carlos. Coincido en tu planteamiento. No se puede dejar de ver (y pensar) el manejo de masas desde los esquemas religiosos o espirituales que pesan tanto en esta sociedad. Qué gusto encontrarte en gAZeta!
Un gran abrazo estimado Francisco
Felicitaciones Carlos…
Saludos Arnoldo
Excelente artículo
Saludos Emilio
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