Carlos Enrique Fuentes Sánchez | Política y sociedad / EL EDUCADOR
Una persona puede pecar o cometer errores por desconocer de un hecho o por poca inteligencia, pero, cuando se sabe de las cosas y las consecuencias que puede traer, y se actúa, ya se cae en el descaro, en el cinismo. Si uno se sabe incapaz, puede pedir consejo a los asesores o a personas que saben de los problemas o situaciones que se enfrentan. Pero cuando se es presidente de un país, no se debe cometer errores tan evidentes que traerán consecuencias nefastas para la población y para sí mismo.
Eso es lo que ahora se atraviesa con las últimas decisiones del mandatario en Guatemala. Solo que en este caso no es únicamente incapacidad sino también descaro. Porque… ¿cómo puede exonerar de un pago millonario a un empresario que le ha fallado al país? ¿Cómo puede nombrar de abogado del pueblo a una persona que es su asesor y que está señalado de plagio? ¿Cómo puede permitir que su ministro de Gobernación fortalezca al Ejército y no a la Policía Nacional Civil, contradiciendo los Acuerdos de Paz que no son solo acuerdos políticos sino leyes emitidas por el Congreso de la República?
Recién acaba de cometer otros dos errores garrafales como trasladar la embajada de Guatemala a Jerusalén, desoyendo un acuerdo internacional, y querer expulsar a los embajadores de Venezuela y Suecia, por los cuales ya está teniendo consecuencias. Y ahora esto, que raya en el cinismo, no en la incapacidad. Porque exonerar 7.5 millones de quetzales en multas e intereses que había generado un adeudo tributario, es una sucia acción contra las finanzas del Estado, que tanto necesita de esos millones para solventar necesidades de educación o salud. ¿En qué piensa el mandatario cuando ejecuta tales acciones? ¿O no piensa y solo actúa? O, ¿es obligado a actuar sin pensar? No es admisible, y menos cuando se trata de la empresa de un militar que está siendo procesado por un grave delito. Se evidencia, con esta exoneración, su gran dependencia del sector duro del Ejército que sigue ejerciendo el poder tras el poder. Y que no venga con el cuento de que es para agilizar la recuperación de impuestos incumplidos, cuando la SAT ya había solicitado a un juzgado la intervención de la empresa. Pobre presidente. Más le valdría pensar en volver, inmediatamente, a su programa televisivo corrigiendo en el mismo el racismo y discriminación.
En cuanto a nombrar a uno de sus conocidos como procurador general, también da mucho de qué hablar. Es evidenciar que su partido nunca tuvo gente y que tiene que emplear a los mismos, los de la rosca, para que las cosas no se le escapen de las manos, aunque tales personas tengan tachas evidentes. Posiblemente piense que el asunto de las 41 niñas asesinadas en el Hogar «Seguro» no ha terminado y que conviene tener a alguien «seguro» para bloquear cualquier intento de señalamiento hacia su persona. ¡Se puede pensar tanto! Y como «piensa mal y acertarás», pues…
Finalmente, el debilitamiento de la Policía Nacional Civil. Si bien la comisionada viene a denunciar, después de más de cinco años de velar por la institución, que ha evidenciado altos niveles de corrupción y escasa eficiencia, también es cierto que con lo que está ocurriendo en los altos mandos no se puede pensar en otra cosa. ¡Hay que mantener visible al Ejército, aunque sea en tareas civiles, para que el pueblo no demande su desaparición por no ser útil al país! Se olvida que el Acuerdo de Paz sobre fortalecimiento del poder civil y función del Ejército en una sociedad democrática compromete al Estado a fortalecer la PNC y limitar las funciones del Ejército a defender la soberanía del país. Es seguro que no conoce dicho acuerdo o, si lo conoce, lo pasa por «el arco del triunfo», como los otros hechos.
Y si a lo anterior se le agregan las denuncias contra el presidente de incitar a la violencia contra Codeca y que, supuestamente, esto ha provocado la muerte de tres líderes de comunidades indígenas, los desaciertos siguen sumando. ¿Qué más viene? ¿Qué otra gran idea le darán sus asesores? ¿Qué tramará contra la nueva fiscal general o contra aquellos otros que luchan contra la corrupción y la impunidad? ¿Qué nuevos desaciertos tendrán sus ministros?
La gente culta, la gente de la disminuida clase media, que hace o no política partidaria, ya no aguanta el estado de cosas. Cada día protestan más fuerte, con razón, contra las torpes acciones de este Gobierno. El presidente es la figura que debe buscar la unidad del pueblo, no las contradicciones ni enfrentamiento entre los pobladores. «Divide y vencerás» no siempre trae los resultados deseados para los gobernantes.
Carlos Enrique Fuentes Sánchez

Pedagogo y Educador, con 40 años de experiencia docente en los diferentes niveles del Sistema Educativo nacional; surgido de los barrios pobres de la Capital pero formado en diferentes departamentos de la republica. participante y decisor en procesos y redacción de documentos de trascendencia en la educación nacional en los últimos años. Asqueado de la historia de injusticia social que vive Guatemala desde la invasión Española, así como de la historia de masacres y crímenes políticos sufridos por la población, aspira a una Guatemala diferente, justa, democrática y humana, a la cual se pueda llegar por medio de una educación popular y revolucionaria, para todos y todas.
Un Commentario
Recordemos que el Presidente nunca fue politico, los militares trasnochados son los que le dicen que decir, o que hacer…por eso nos pone en verguenza con el pleito de querer sacar al Comisionado de la ONU, don Ivan Velasquez…ha recorrido con su complice sra. sandra Jovel, todos los lobys , para echar al Comisinado que tiene a su hijo y hermano en la carcel…y ahora se descubre muy claramente que el viaje a Israel fue un viaje de placer con su familia, pero los que pagaron los costos quieren invertir en el pais, con cacinos, promoviendo VICIOS…y nosotros de brazos cruzados, esperando que salgan del pais los embajadores de Suecia y Venezuela…
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