Humberto Ak’abal y la defensa de la tristeza

-Tania Hernández | PUERTAS ABIERTAS

En lo personal no creo que el fin de nuestra existencia sea la «felicidad», así entre comillas. Esa «felicidad» que se nos vende en pastillas, cápsulas naturales, libros de superación, mantras de sanación o workshops en los que aprendemos a perdonar a abusadores y además nos cobran cien dólares la hora. O pagamos a un psicoanalista para que nos revele por qué osamos ser infelices en una sociedad en la que la «felicidad» está al alcance de la mano, o de la vista si tienes acceso a una de las plataformas de vídeo on demand. Miles y miles de párrafos son escritos a diario en libros de superación que contienen la última receta infalible que te llevará a un estado permanente de tranquilidad y alegría. No tenemos derecho a estar tristes. La tristeza es una enfermedad que hay que combatir Pero, ¿por qué?

El triste

Yo prefiero ser triste.

De la muerte sólo me separa
el silencio.

¡Ay, de los alegres!

Para llegar a la muerte
tienen que pasar por la tristeza.

Como Ak’abal, soy una persona triste. Suelo sentir el peso del horror del mundo sobre mis sueños. Creo, como decía Brecht, que «una frente sin arrugas / es un signo de insensibilidad. / Al que ríe no le ha llegado / La terrible noticia… El que cruza la calle con tranquilidad/¿no está al alcance de sus amigos / que lo necesitan?». Creo también, en la validez las tesis poéticas del poeta de Momostenango, que en poquísimas palabras hace una defensa del derecho a la tristeza. Por ejemplo, en «Dos lágrimas»:

Dos lágrimas

Cuando nací
Me pusieron dos lágrimas
En los ojos
Para que pudiera ver
El tamaño del dolor de mi gente.

Este pequeño poema está en sincronía con las palabras de Brecht: para la empatía es necesaria la tristeza. ¿Se puede ser feliz y empático? Probablemente, pero no puedes entender el dolor del otro sin «com-pasión», sin «co-sentir» la tristeza del mundo. Porque el llorar nos limpia los ojos para poder ver al prójimo

Lágrimas

– Estás triste,
Por eso llorás.

– No,
Sólo uso las lágrimas
para limpiarme los ojos.

El lema es no dejarnos encerrar en burbujas que nos alejan del mundo. No cerrar los ojos ante la violencia y no usar los lentes rosa de los gurús positivistas, que tienen tal miopía que no nos dejan ver ni a nosotros mismos. El dolor hay que llorarlo, hay que gritarlo como lo hizo Ak’abal en su libro Raqonchi’aj – Grito(*), un pequeño volumen que habla sobre la tragedia y el horror de la guerra, sobre los muertos que hay que llorar con los llantos que inunden los ríos:

Pajaritos de los barrancos:
Wiswil, tuktut, chaperpantuj;
Vengan a llorar conmigo,
Mi tristeza es grande
Y la herida duele.
Nuestro cacsxtle lleno de sufrimientos,
Nos escondemos para que no se burlen
De nuestros llantos,
Ahogamos nuestro lloro en los ríos…

No podemos caminar en este mundo sin pasar por la tristeza. Es necesaria, es un momento que te obliga a detener el paso y reflexionar, mirar a tu alrededor y ver el mundo como es y como no debería ser. La tristeza es imprescindible si te limpia la vista, si te da empatía, si te despeja el camino.

El colectivo Literatas que dan Lata tendrá una lectura colectiva en honor a Humberto Ak’abal para reivindicar el derecho a la tristeza. La cita es en Filgua, Fórum Majadas, domingo 21 a las 15:00 horas en la Sala Margarita Carrera.


(*)Raqonchi’aj – Grito. Guatemala: Cholsamaj, 2004.

Imagen principal tomada de Filgua.

Tania Hernández

Nació en Guatemala, ciudad. Es ingeniera en Sistemas e Informática, con estudios de Filología Latinoamericana y Análisis Fílmico. Ha participado en la curaduría y producción del Festival de Cine Latinoamericano en Frankfurt «Días de cine». Es coorganizadora del grupo literario guatemalteco «Literatas que dan lata». Ha participado en varias publicaciones antológicas como Cuerpos de F&G Editores, Paseo bajo la luna creciente de La Décima Letra, Lectures du Guatemala, Leer es Soñar de Casimiro Bigua Cartonera y Letras adolescentes y Poética del reflejo de Letralia. Cuenta con tres libros de cuentos cortos publicados: Love veinte diez de Editorial Sin Tecomates, Desnudar santos de edición conjunta de La Maleta Ilegal y Alas de Barrilete, y Cuentos para adultos fantásticos de Editorial Alambique.

Puertas abiertas

2 Commentarios

Luis Melgar Carrillo 15/07/2019

Estimada Tania: Que lamento que usted le cante a la tristeza. Si usted se informa acerca de lo que significa el cristianismo, podrá llegar a advertir que las enseñanzas del cristianismo, son un camino hacia el gozo. La biblia dice que el reino de los cielos es justicia, paz y gozo. Usted se podrá dar cuenta que en general hay una gran injusticia. Obviamente esos injustos no son parte del reino de Dios. también se observa que no hay paz. También en este caso las personas que promueven la violencia no son parte del reino de Dios. Pero mucha gente vive en un sufrimiento perpetuo. Estas personas tampoco son parte del reino de Dios. Entre las primeras proclamaciones del Señor Jesucristo está lo siguiente: el Reino de los cielos se ha acercado. su primera enseñanza es acerca del nuevo nacimiento. Obviamente las personas que no han nacido de nuevo, no pueden experimentar ese gozo que mencionan las escrituras. El nuevo nacimiento es un milagro. Si observa con detenimiento podrá advertir que en general los altos ejecutivos son personas que ríen a carcajada abierta. Ellos están más cerca de Dios que los que lloran. busque usted a Dios y si su acercamiento es sincero, usted podrá experimentar la belleza del nuevo nacimiento.

    ediporey 15/07/2019

    Qué terrible que la gente no pueda entender algunos temas sobre el arte y quieran persuadir con la religión como si la tristeza no fuera una expresión humana también.

Dejar un comentario