-Ruth del Valle Cóbar / HILANDO Y TEJIENDO: MEMORIA Y DERECHOS HUMANOS–
El 28 de septiembre de 2017 la Universidad de San Carlos de Guatemala le concedió el Doctorado honoris causa a Emil Bustamante. Una distinción póstuma que se suma al grado de Maestro en Ciencias Sociales post mortem por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) – Flacso Guatemala, en 2009.
Las emociones se encuentran, algunas chocan y otras se abrazan. El recuerdo del veterinario barbudo que fue detenido y desaparecido el 13 de febrero de 1982 en la ciudad de Guatemala, cuando tenía 32, años choca con la ausencia de su cuerpo, la ignorancia de su paradero, la angustia de saber qué pasó. Ese mismo recuerdo se abraza con la lucha que durante 35 años ha impulsado su hermana Marylena por encontrarlo, por dar a conocer lo que pasó, por mantener viva su memoria. Han sido 35 años tocando puertas, preguntando, rogando saber qué sucedió y dónde quedó su cuerpo.
Dicen que las coincidencias no existen. Emil nació en medio de la Primavera Democrática, en 1949, el mismo año en que se fundó el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT). Emil recibió el Doctorado honoris causa de la USAC el 28 de septiembre, en el aniversario de la fundación del PGT.
Como estudiante, Emil se caracterizó por su compromiso social; por eso estudió para perito agrónomo, luego veterinario, después sociología rural; todo ello combinado con la participación estudiantil. Como docente y profesional, era evidente su búsqueda de aportes para una sociedad mejor, más justa y humana, incluyendo la construcción de una universidad al servicio de las necesidades sociales, buscando promover la incorporación de las ciencias sociales y el análisis social a la medicina veterinaria. Por ello realizó investigaciones sobre las estructuras agrarias, la economía campesina, la organización productiva en el agro guatemalteco.
Cuando Emil fue detenido tenía dos hijas pequeñas que tuvieron que crecer sin su padre. Un testigo declaró haberlo visto cuando lo condujeron al cuartel general Justo Rufino Barrios, conocido como Matamoros, donde fue torturado. Otro testigo señaló haberlo visto el 23 de marzo de 1983, cuando el general Ríos Montt dio golpe de Estado. Desde esa fecha se ignora su paradero.
Emil es uno de los aproximadamente 45 000 detenidos desaparecidos durante la guerra terrorista que el Estado guatemalteco cometió contra el pueblo, eliminando liderazgos sociales y políticos, masacrando aldeas, violando mujeres y niñas, torturando hombres y mujeres, asesinando sin parar. Esa era la esencia de la política contrainsurgente.
La desaparición forzada es una estrategia que usan los criminales para generalizar el miedo y el terror en la población. Sus efectos no son solo para la familia cercana de la persona desaparecida, sino a toda su familia y a toda la sociedad. El no tener un cuerpo que velar y enterrar, el no tener un lugar donde llevar sus velas y sus flores, no permite a las personas elaborar su duelo. Y esto atenta contra los proyectos de vida, la posibilidad de continuar caminando por la vida y construyendo. Las personas que tienen familiares desaparecidos han tenido que guardar silencio, desplazarse o exiliarse, abandonar sus vidas y muchas veces sus propiedades.
Luego de muchas exhumaciones en cementerios clandestinos y fosas comunes, se han encontradon los restos de varias personas que estaban desaparecidas; algunos de ellos en lugares que estuvieron bajo control del Ejército, como el antiguo destacamento de Comalapa, Chimaltenango, o la zona militar de Cobán, Alta Verapaz. Esto pone en evidencia la responsabilidad de los militares en los actos represivos, de tortura, ejecución extrajudicial y desaparición forzada. Además, Emil fue detenido en un retén militar a la entrada de Santa Catarina Pinula y fue subido a un camión militar. No cabe ninguna duda de que los responsables de la desaparición forzada de Emil Bustamante son militares, es el Ejército.
Una no puede dejar de preguntarse ¿qué estaría haciendo hoy Emil a sus 68 años? ¿Dónde estaría trabajando? ¿Se habría quedado solo con dos hijas? Ninguna respuesta es posible; pero seguramente sería una persona productiva, que contribuiría a la construcción de esta Guatemala que seguimos pariendo y que no pareciera que va a florecer.
Lo he visto en las últimas manifestaciones, exigiendo la renuncia de los diputados proimpunidad, exigiendo cambios estructurales en la economía y la propiedad de los medios de producción, exigiendo redistribución de la riqueza para mejorar las condiciones de vida de millones de guatemaltecos, exigiendo alimentación, educación, salud, vivienda para la niñez.
Emil sigue vivo no solo en la memoria de Marylena, no solo en nuestros escritos, sino en los corazones de las y los verdaderos patriotas que día a día batallamos en las calles por hacer de Guatemala un país mejor para vivir.
Las personas desaparecidas nos faltan a todos y todas, por eso es que colectivamente debemos decir: NUNCA MÁS.
Fotografía del archivo de Marylena Bustamante.
Ruth del Valle Cóbar

Feminista, defensora de derechos humanos, investigadora social, constructora de mundos nuevos. Temáticas relacionadas: memoria histórica e historia reciente, movimientos sociales, feminismos, derechos humanos, multiculturalidad, epistemología y metodología. Ha pasado por las aulas universitarias en Ciencia Política, Administración Pública, Psicología Social y Ciencias Sociales. Ha pasado por el activismo social y político, incluyendo movimientos sociales, organizaciones sociales, entidades gubernamentales y entidad estatal.
2 Commentarios
Gracias por tejer memoria, en una sociedad obligada a la desmemoria. La barbarie no tuvo límites y el pacto de silencio entre los asesinos no se ha roto, esperamos que la justicia encuentre elementos para romper ese pacto y nos devuelvan los despojos de los seres queridos detenidxs desaparecidxs.
Gracias licenciada por este aporte de memoria histórica.
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