Hombre nuevo

Elvira López | Política y sociedad / EL QUIJOTE DE LA MANCHA

Este no es un juego, es una lucha a muerte contra un sistema que asesina, que explota, que excluye, pero resulta que en el frente de batalla para aniquilarlo, los soldados que luchamos en su contra para que termine de morir, nos estamos atacando entre nosotros mismos, nos descalificamos, nos linchamos, nos traicionamos; prevalece más el protagonismo y no el interés de la nación que añora que no se sigan perdiendo vidas.

Este no es un juego estúpido como lo inició un excéntrico ignorante e irresponsable James Morales, creyendo que gobernar un país era una aventura al igual que el juego de su tropa loca, y ¡ay de aquel! que en un futuro cargado de soberbia y arrogancia pretenda imitar a este ignorante pseudopresidente y competir por ese alto grado de responsabilidad y unidad que un gobernante debe representar para su país.

Este no es un juego, es una batalla a muerte en donde debe prevalecer el amor, la justicia, la responsabilidad por un nuevo país para nosotros, nuestros hijos y las nuevas generaciones, y dejar a un lado ese enfermizo egocentrismo, el querer abanderar, el querer tener la razón y la verdad; cuando la verdad nos pertenece a todos, cuando la humildad debe prevalecer para alcanzar la unidad por el amor a nuestro país, a nuestros niños, a nuestros jóvenes.

Estamos luchando contra una oligarquía avorazada y enferma de ambición y de poder. Pero resulta que en el frente nos estamos desgastando y permitimos que la división nos controle. ¿Cómo es posible que nos dominen sentimientos de grandeza enferma y no la razón? La altura del hombre nuevo que no quiere iniciar a gestarse en esta sociedad enferma y corrupta que nos toca a todos, la razón acompañada del amor verdadero hará que unidos encontremos el camino para derrotar a este sistema.

Estamos atorados con la lucha contra la corrupción y resulta que nos estamos dejando vencer por la corrupción interior que todos tenemos en diferente medida. Ninguno es químicamente puro, y todos hemos tenido aciertos y desaciertos, pero este no es el momento de descalificaciones y divisiones, es el momento de la unidad para la fuerza, es el momento del nacimiento del Hombre Nuevo como el Ché Guevara nos transmitió: «La Revolución no es únicamente una transformación de las estructuras sociales, de las instituciones del régimen; es además una profunda y radical transformación de los hombres, de su conciencia, costumbres, valores y hábitos, de sus relaciones sociales».

Exhorto a todos los que anhelamos la transformación estructural del país, los que anhelamos la Revolución, que seamos verdaderos revolucionarios e iniciemos con un cambio de actitud, con la construcción interior y personal de cada uno hacia ese Hombre Nuevo, solo así alcanzaremos la victoria.


Elvira López

Mujer amante de la justicia y la solidaridad, activista política, con la firme convicción de que el actual Estado de Guatemala debe ser transformado para el bienestar de las grandes mayorías.

El Quijote de la Mancha

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