Héctor Rosada Granados

-gAZeta / 5 PREGUNTAS A-

¿Qué ha pasado con los acuerdos de paz? ¿Cómo es la situación actual?

En tanto no se acepte el reto de superar las causas que generaron la confrontación armada, la situación seguirá igual y, a veces, peor. Si no se ha aceptado que esos Acuerdos son un gran diagnóstico de los principales problemas estructurales de Guatemala y, a la vez, una propuesta de ruta crítica para resolverlos, tampoco podrá esperarse la emergencia de cambios estructurales.

¿Ha superado Guatemala la situación de posconflicto o seguimos inmersos en esta?

El futuro del posconflicto dependía de haber acompañado el cumplimiento de lo acordado, captando en ello los elementos básicos para construir un proyecto de Nación en donde todas y todos tuviéramos espacio, respetando la diversidad en condiciones de igualdad. En tanto no aceptemos ese reto, la violencia del pasado volverá a emerger, con formas y efectos distintos, pero siempre con los mismos móviles y la misma estructura ideológica, es decir, sin tener el valor de descontrainsurgentizar la contrainsurgencia, como una vez nos dijera Gonzalo de Villa, S. J., intentando responder la pregunta: “¿No será que la paz será más violenta que la Guerra?”.

¿Tenemos el ejército que necesitamos?

¿Para qué? ¿Para darle continuidad a la contrainsurgencia disfrazada con el perfil que indica la actual Constitución? ¿Para que sigan siendo los perros guardianes de las oligarquías y de las élites de poder? ¿Para que el erario público gaste en una institución innecesaria, lo que debería dirigir hacia la superación de la pobreza extrema, el estímulo a la educación, la salud y el trabajo? ¿Para que parezca que inciden en la seguridad de la población que se encuentra en condiciones de subordinación histórica, en lugar de garantizar la existencia de instituciones civiles de seguridad y justicia, que garanticen un mañana a las niñas y niños de hoy?

¿Cómo ve el proceso democrático en Guatemala después de la firma de la paz?

¿A cuál proceso democrático y cuál paz se refieren? Después de haber destruido la primavera de los 10 años no me es posible captar ni democracia ni paz. En todo caso, la paz no se firma, se construye con un proyecto de nación que sea capaz de articular los componentes mínimos para estructurar entre todas y todos una realidad democrática y un futuro libre y decente para aquellos que vendrán después.

¿Cambió el país con los Acuerdos? ¿Qué se necesita ahora?

¿Cuál país?… ¿este? No logro verlo cambiando, lo capto sufriendo, dolido, dividido, pobre y violento. La nuestra es una población con un presente caótico que se ahoga entre la corrupción, la impunidad, la explotación y la violencia, con un pasado vergonzoso y un futuro negado; eso es Guatemala.

Por Jaime Barrios Carrillo.


Héctor Rosada: investigador social, analista político y consultor en temas de seguridad y militares. Fue el primer secretario de la Paz que tuvo Guatemala, uno de los principales negociadores de los Acuerdos que pusieron fin al conflicto armado.

Fotografía tomada de Plaza Pública.

7 Commentarios

Juan Callejas Vargas 16/12/2017

Muy buena entrevista y muy ilustrativos y acertada las respuestas y comentarios del Dr. Rosada. Importante es buscar y proponer salidas al futuro inmediato.
Felicitaciones por la revista digital y lo plural de su apertura.

José Alfredo Calderón 16/12/2017

Puntual, preciso y contundente. Más claro…imposible!!

Aldo Bonilla 12/12/2017

Sin duda, los Acuerdos de Paz son una agenda de Estado que alguien con suficientes arrestos debe rescatar.
La apresurada actitud torpe de firmar los acuerdos sin haber diseñado una estrategia de RECONCILIACIÓN está hoy pasando la factura. Un tejido social roto, un sistema fracturado, las causas del conflicto hoy no solo están presentes sino exacerbadas.

Las condiciones están dadas para un estallido social, los jóvenes son expulsados al norte por una sociedad que los ofende, no los educa, no les brinda oportunidades y los criminaliza. ¿Qué país «civilizado» puede superarse así? Sigo creyendo que vivimos en un país en vías de subdesarrollo. Hasta que, con nuestras propias manos lo cambiemos.

Luis Pedro 11/12/2017

Aleccionador.

Byron Titus 11/12/2017

¿Cuál es el presupuesto que se designa al ejército nacional? Ese que ha demostrado ser bueno para matar amarrados pero incapaz de proteger a la soberanía del narcotráfico. Que en lugar de combatirlo se ha vendido a ese flagelo. Que con el erario público educa militares corruptos como Otto Perez Molina, Mauricio López Bonilla, que después termina estafando al país como ministros, diputados, presos o profugos. Que preparan tropas especiales –Kaibiles, (Lima Oliva y el fantasma, etc.) que terminan sirviendo al cartel que mejor reminuere sus servicios. Un ejército que en lugar de proteger la patria, vende sus armas a los carteles del narcotráfico. ¿Ejército para protegernos de que? Si ni de ellos mismos nos pueden proteger.

Rafael Cuevas Molina 10/12/2017

Es muy decidor el pesimismo de alguien tan cercano a la formulación de unos acuerdos que se suponía serían la base de una nueva Guatemala. Coincido plenamente con él, sobre todo en lo atinente a la necesidad de refundar la nación, y de la mayor prevalencia de la violencia en la paz que en la guerra.

america arminda torres moya 10/12/2017

perros guardianes…asi son militares que forman filas en el ejercito…que verguenza…lo rechazo…la violencia no ttermina, siempre y cuando las armas no las venda el ejercito a las maras y a los narcos…desaparece un gran cargamento de granadas del cuartel militar mariscal zavala y nadie se responsabilizo, lo echaron al olvido…

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