Enrique Castellanos | Política y sociedad / ENTRE LETRAS
El día después llegó. Todo acabó. Hasta allí llegó la borrasca. Los frentes fríos y cálidos desaparecieron como por arte de magia. Las bajas y altas pasiones se encontraron al filo de la noche para despedirse, hasta nuevo aviso, y se perdieron sobre los tejados. Las madrigueras se llenaron de nuevo. Los reptiles a su cueva. Los zapos a su piedra. Cada quien con su cada cual. Como dice Serrat: «Y con la resaca a cuestas, vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas». En este caso, también los pastores, protestantes, y la ralea de compadres hablados que rezongaron en la parranda.
Además de la legitimación del sistema político electoral, esta vez el juego iba más allá. La consigna: defender a toda costa, el statu quo. Sectores conmocionados ante la posibilidad de que ganaran los aldeanos y montañeses, tensaron sus fuerzas. No es historia nueva. Esta comenzó hace tres campañas. Cada una sumando a la otra. El relato se fue haciendo grande, inmenso, interminable.
¡Cuando los montañeses bajen, arrasarán con lo que encuentren a su paso!, pregonaban detrás de puertas y ventanas, los mayores. Señoritas y señoritos, espantados, no daban crédito a la posibilidad de compartir la misma banqueta con la chusma y los ignaros. O rosarse con ellos en algún pasillo del mall. ¡Te quitarán tu cuarto!… si acaso te dejarán el sillón para ver el Netflix. ¿Y las colas?… ¡vienen las colas! Tendrás que andar llevando tu bolsita para conseguir lo que haga falta. Todo se escaseará como en ese país de don Chávez. Tendrás que andar en camioneta. No hay de otra.
Como élites que son, utilizan el poder del dinero y, aprovechándose de una ciudadanía permisiva, argumentan estar en ley, retorciendo la idea de libertad de expresión (reglas del sistema político) y despotrican ante la supuesta amenaza socialista-comunista. Desgarrándose vestiduras de patriotismo. ¡Nada más falso que eso!… en verdad, ¿se cree?… y como telenovela mexicana o brasileña, penetra hasta el inconsciente de las personas. Hasta convertirlo en verdad. (Los nazis usaron ese formato). Piezas clave fueron: el canal comprado por la fundación y la cara compungida de Gutiérrez. Quien retornó aprovechando la coyuntura para subirse a la plataforma de la ciudadanía anticorrupción, a la sombra de Aldana. Y se quedó rápidamente después que su avanzada le dijera cual era el canal más clasemediero. (Literalmente a comprar). A partir de allí armó, estructuró, compró a un grupo selecto de libertarios panderetas, que de la noche a la mañana se les olvidó el concepto de ciudadanía crítica y lucha por la democracia real, funcional y participativa para todas y todos. La hipocresía a flor de cara fue sucediéndose noche a noche. El amo de la finca regresó y viene de caporal de espada desenvainada.
Guatemala, socialmente hablando, puede interpretarse como una Guatemala de tres mundos (si no se quiere entender por clases sociales). El primer mundo, que ostenta el poder político, económico y cultural en toda su extensión. Principal temor: la ideología opuesta. Un segundo mundo, aspiracional al poder, consumidor de los bienes y servicios propiedad del primer mundo. Principal temor: quedarse sin consumir. Un tercer mundo, empobrecido a quien los dos mundos anteriores empobrecen, explotan, oprimen, endeudan y controlan. Principal temor: el hambre.
Muy lejos de un sistema democrático, prevaleció la campaña negra. (Bella ausencia de color para tan horrendo uso semántico). El escenario dispuesto, las pseudo-reglas poco claras, tibias y grises, borrosas, empañadas. La campaña negra sustituyó a las vallas y a la propaganda en televisión y radio. Aunque no se quisiera, los celulares fueron saturados con memes, audios, videos, imágenes y cuanta forma hay como recurso para trasladar mensajes. Incontrolable avalancha de campaña para un Tribunal Supremo Electoral timorato y tibio. Incapaz de atajarla. Los acarreados digitales en su salsa. Nunca el TSE expresó certeza sobre las reglas del juego electoral. Y los acarreados digitales en la fiesta.
La campaña negra es efectiva en la medida que hay receptores. La principal resonancia es en la clase media alta y media urbanas, así como en vastos sectores populares, equivalentes a la clase media baja, urbana y periurbana. A dichos sectores, la campaña negra llega en forma de propaganda sucia y no pagada, cuyo principal objetivo es desacreditar al oponente, no importando las formas. Su esencia es difamar. Destruir, mentir y hacer que la mentira parezca verdad. Mucho de la campaña negra se hace con saña, odio ideológico de clase y en defensa de la posición de clase a la que se haya arribado con el tiempo. De esa cuenta es entendible que el principal temor del primer mundo, que es sentir pavor por la ideología contraria a su sistema de explotación, se sume al temor de los sectores medios, que es despertarse un día sin poder consumir lo que el sistema de consumo pone y dispone ante sus ojos, hábitos y formas de domesticación, incluyendo las formas de adquirir deudas. Ante las circunstancias, son presas fáciles de las élites.
El efecto de la campaña negra se percibe ahora como una batalla ganada por las élites y adláteres. Las élites de siempre lo tensaron todo y a escondidas hicieron su trabajo, emitiendo señales desde Tikal Futura, México, Costa Rica y Miami. Quizá la forma más barata de intervención en la historia de las invasiones e intervenciones, vender la idea de que el día a día de estos sectores medios es amenazado y se quedarán sin su mercado, su religión y su democracia. En la pausa, las élites se regocijan ahora con sonoras carcajadas estriduladas y se disponen al festín. Para la ciudadanía que tiene la noción de que Guatemala merece más distribución de la riqueza, más equilibrio en los poderes y más visión incluyente, nuevas batallas se avizoran, se deberá aprender las lecciones, auscultar las conciencias sin perder de vista el horizonte… y a seguir caminando.
Imagen prinicpal tomada de Pinterest.
Enrique Castellanos

Estudios de Historia, educador popular, promotor del desarrollo. Voluntario de cambios estructurales y utopías.
Correo: elcas24@yahoo.es
7 Commentarios
Felicitaciones. Buen ensayo y muy puntual.
Lo mas seguro es que usted ya lo sabe, la filósofa española Adela Cortina acuñó la palabra aporofobia, para designar la fobia al pobre, como usted muy bien lo describe.
Le sugiero revisar el ensayo Guatemala: un edificio de 5 pisos, donde Edelberto Torres-Rivas hace un claro y revelador análisis de la sociedad guatemalteca. Me interesó su artículo. Muchas gracias!
Es que mientras exista un pueblo ignorante -incluidos los claaemedieros que sueñan con ir a cayala- la oligarquia explotadora de mano de obra barata seguira haciendo de las suyas. De ellos es esta miserable finca llamada guatemala.
Excelente Análisis el tuyo y en realidad Guatemala y su sistema sigue siendo el mismo ahora adornado con redes sociales abundantes que hacen más facil lo que antes se vio tan difícil pero hay que mantener el optimismo por la llegada de esos mejores días que todos anhelamos.
Muy buen análisis. ¡Por esa avalancha de «pseudoreligiones» es que cada día crece el ateísmo en los países desarrollados! Aquí crecen las iglesias, con sus mensajes «de salvación» y de extrema derecha. No creo que les dure más de dos generaciones. En fin, lo que nos corresponde es seguir trabajando en pro del bien común. Saludos.
Talvez trillado pero cierto: «Ladran Sancho… señal que andamos».
Felicitaciones Quique, muy buen artículo. Saludos !
Tan cierto…..pero no es mas que motivacion para seguir trabajando por lo que es correcto. Adelante!
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