Festival de las mil polleras

-Luz Lescure / LUCES

Es increíble. A pesar de la desmoralización por la corrupción y demás yerbas aromáticas debidas a la política mal entendida que tenemos, los panameños se pusieron sus vestidos típicos y salieron a lucirlos. Hubo, según dicen, mucho más de mil polleras, hubo como cinco mil. Y déjenme decirlo, fue muy bello.

La pollera panameña es un vestigio del traje usado por nuestra campesina, con una copia de algunos aderezos usados por las damas españolas durante la conquista y colonización de nuestras tierras.

Y este año, participó, como los últimos años, la pollera congo. Que es una pollera usada por los negros provenientes del África y que se hace de retazos, y es muy bella y colorida.

La pollera panameña consta de once collares de oro, los cuales eran utilizados por las damas de sociedad para parecerse a las damas españolas y para demostrarles que aquí, estaban en Castilla del Oro, un lugar en donde el oro y las perlas abundaban.

Adornaban sus cabezas con tembleques, imitando las flores que adornaban las cabelleras de las campesinas y elaborados con perlas, las que abundaban en esa época en Panamá.

Los hombres con sus camisillas de hilo y sus sombreros a la pedrá. Las mujeres con sus enaguas largas diseñadas a mano por artesanas maravillosas que invierten largas horas en su elaboración.

Es extraño, pero pareciera que los seres humanos, cuanto más tristes y decepcionados estamos, más salimos a bailar, a parrandear como se dice por estas tierras. Acaban de terminar los carnavales y fueron un éxito, a pesar de la gran crisis política y económica que nos carcome.

Recuerdo (lindo verbo de darle cuerda al corazón), cuando vivía en Nicaragua, durante la guerra de los contras, los restaurantes y discotecas estaban llenos todas las noches, tal vez porque sabiamente los humanos no sabían si estarían vivos al día siguiente. ¿Es eso tal vez? Que cuanta más crisis tengamos, más salimos a divertirnos porsia. No sé, es difícil estar segura de algo tan profundo. Pero la verdad es que en Panamá, la gente se tiró a las calles en ese maravilloso desfile de luz y color llamado de las mil polleras y carnavalearon a rabiar. Ahora, muy arrepentiditos, asisten a las ceremonias de Semana Santa. ¿Se lo pueden explicar los lectores?

Tal vez, los que llevamos el corazón del lado izquierdo, nos preguntamos demasiadas cosas y lo que hay detrás es simple lumpenería, ¡quién sabe! Pero de que es hermoso ver salir a seres humanos llenos de orgullo portando el vestido típico, lo es. Y verlos salir a divertirse, también lo es.

Y es que hay algo que nos empuja a elevarnos por encima de mezquindades y orgullos mal entendidos. Algo en nuestro ADN tal vez. Y salimos a bailar, a divertirnos en un ambiente de calidez humana incomprensible.

Luz Lescure

Poeta, escritora y académica panameña. Licenciada en Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá, estudios de post-grado en la Universidad de Oxford, Inglaterra. Ha publicado los poemarios Volvería ser mujer, El árbol de las mil raíces, Añoranza animal, La quinta soledad y El mundo es un silencio. También los libros de relatos El obelisco de mi abuelo y La sonrisa de la primavera. Publicó La práctica diplomática, libro académico utilizado en universidades centroamericanas.

Luces


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