Byron R.Titus | Política y sociedad / TRANSFORMACIÓN
En junio de este año y entre otras publicaciones, compartí sobre la relación con mi abuelo, el periodista Rufino Guerra Cortave, quien dejó la vida física un mes de diciembre; aparte de mi padre fue mi mentor. Entre las características que admiré, fueron su modestia y sensibilidad. Jamás le escuché groserías, ni alzar la voz. No necesitó de látigos verbales ni intimidaciones, solo palabras propias de gentilhombre. Recuerdo su pequeña figura bien asentada sobre la tierra, abrazado a la realidad, argumentando y defendiendo con acierto sus puntos. Sembrando, construyendo en su conversación. Crecer a su sombra fue un alivio, un privilegio.
He llegado a saber más por terceros, como aquella vez en el Instituto Nacional Central para Varones, cuando el profesor «Chepe» Castañeda empezó a compartir anécdotas de estudiantes en ese glorioso plantel. O cuando, en la Universidad Popular, en clase de dibujo lineal el maestro Óscar González Goyri me preguntó «¿Titus usted de cuáles Guerra es?» Y le respondo de cuales, «¡Ah! nieto de Rufino» y se suelta a contarme con mucho entusiasmo cómo compartieron cuando la Revolución del 20 de octubre de 1944, cuando él y mi abuelo resultaron a cargo de la carpa de primeros auxilios allá en el Campo Marte frente a la Guardia de Honor.
Fueron miembros de esa gloriosa generación del 20. Mi abuelo se graduó del Instituto Nacional Central para Varones el 19 de julio de 1919, y luego pasó a la Facultad de Farmacia y Ciencias Químicas de la Universidad de San Carlos, de donde lo enviaron a hacer sus prácticas de farmacia al Hospital Militar. Cumpliendo allí con sus labores, estalló la Revolución, y con otros estudiantes practicantes decidieron salir del Hospital Militar para ponerse al servicio del pueblo. Otros alzados les indicaron que podían ser útiles en el Campo Marte, donde ya otro grupo están organizando un hospitalito. En efecto, cuando llegaron allíestaba el maestro Goyri y otros estudiantes montando una carpa de primeros auxilios. Ni bien lograron ponerla en pie cuando apareció doña Julia Quiñónez, con revólver al cinto y sombrero de petate, manejando un jeep que le había arrebatado al Ejército donde llevaba los primeros heridos. Allí pasaron varios días, durmiendo por turnos. Los familiares de heridos, el pueblo y doña Julia les llevaban comida «muñecos de tortillas, queso, pan dulce y café».
Curioso, si no me lo cuenta mi maestro Goyri, no me entero de este pasaje de mi abuelo, me ofrece más detalles que concuerdan con las memorias de mi maestro –Sí, dice, al llegar reconocí a Óscar porque era hermano de Roberto (refiriéndose al artista Roberto González Goyri).
Siempre admiraré a los distinguidos miembros de esa generación, qué lujo José Barnoya, Jorge García Granados, Carlos Samayoa Aguilar, David Vela, Miguel Ángel Asturias, Cesar Brañas y tantos más. Qué privilegio haberle conocido a ese mismo grupo que fundan, primero en 1920 la Asociación de Estudiantes Unionistas, y luego la Asociación de Estudiantes Universitarios, la Universidad Popular y a la Asociación de Periodistas de Guatemala, entre otras.
La mayoría de las contribuciones de mi abuelo permanecieron y permanecen en el anonimato, hablaba poco de esas cosas, prefería hablar de sus amigos. Decía que «lo poco que uno hace, no se había hecho para la publicidad», me cambiaba el tema y empezaba a hablar, por ejemplo, de su concierto favorito, Concierto de Aranjuez; fantasía para un gentilhombre, que había sido creada por Joaquín Rodrigo en 1939 y que constaba de tres movimientos. Así apagaba mi búsqueda de información contándome de cómo en el concierto una guitarra detiene a una orquesta como a un tren con una pluma. Así vivió también él, de allegro con spirito a adagio hasta que aquel diciembre llego a su allegro gentile.
Byron R.Titus

Sociólogo, investigador científico y transformador. Conferencista y asesor internacional. Actualmente director del Regional Resource Center en Webster MA. Fundador y director del Centro de Transformación a la Excelencia. Vivo fuera de Guatemala desde la noche del dia de la virgen de Guadalupe 1975. Mi cumpleaños es el 15 y 16 de julio, resido -hasta que San Juan baje el dedo- en Nueva Inglaterra, EUA. Amante de las artes, particularmente la literatura y la música.
2 Commentarios
Un gentil hombre. Letrado, de pocas palabras en voz, pero de muchas escritas. De mirada sencilla y gran corazón. Así fue Don Rufino Guerra Cortave.
Byron fue UNA BENDICIÓN tenerte en casa gracias una vez mas por tu modestia. Tengas Félix Navidad.Saludos PUCHY Y FMLIA
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