Jiménez Suchité | Política y sociedad / EL LADO OSCURO DE EMPRENDER
Si una persona ve mucha pornografía y no ha tenido relaciones sexuales, es seguro que se creará una imagen completamente irreal de lo que es el sexo. Pensará que los escenarios son siempre igual de perfectos como en el porno y su proceso de idealización dependerá de sus categorías favoritas. Lo peor de todo esto es que, cuando tenga relaciones sexuales con su pareja, la experiencia se verá afectada por lo que había alimentado en su imaginación, provocándole poca satisfacción y, principalmente, inseguridades. Y si continúa hasta volverse un vicio, le provocará problemas de erección y una disminución de las relaciones con su pareja, pues cada vez se volverá más necesario ver la fantasía para poder excitarse. Incluso, muchos matrimonios se han visto afectados por esto y las cosas han terminado bastante mal, solo algunos logran superarlo con tratamiento psicológico.
¿Y por qué estoy hablando de pornografía aquí?
Hace unos días escuché en un vídeo que un conferencista hablaba de «pornografía empresarial», haciendo alusión a la gran cantidad de contenido motivacional que existe sobre emprendimiento. Me parece una fantástica y acertada comparación. Aquí se engloban los libros motivacionales, las charlas, conferencias, «capacitaciones» y otros tipos de contenidos que dicen vender emprendimiento, pero en realidad venden humo, un humo muy dañino para la salud mental de los emprendedores que muchas veces termina destruyendo buenas ideas.
No todo este contenido es malo, hay muchos que son muy buenos y que en realidad son útiles, el problema está en la gran cantidad que sale todos los días. Todos tratan de vender la misma idea: «Tú puedes emprender y además es tu obligación si no quieres ser un fracasado, es bien fácil, solo tienes que comprar esto que te estoy vendiendo». Muchos, dejándose llevar por la emoción de esto, han cometido grandes errores de negocios y han quedado peor de lo que estaban.
En mis sesiones de asesorías y coaching con emprendedores, he trabajado con personas que han perdido mucho dinero por dejarse llevar únicamente por el lado brillante del panorama. Uno de los que recuerdo, se gastó todos los ahorros que había guardado durante varios años, en una empresa que lo invitaba a emprender a través de sus productos, incluyéndole «capacitaciones», que así les llaman ellos a las charlas motivacionales donde solo venden escenarios perfectos para que les compren más productos. Ni dos semanas le duró el emprendimiento.
Este es un problema más grande de lo que aparenta, sé que al final cada quien consume lo que quiera y toma sus propias decisiones, pero estos tipos de contenidos se aprovechan de las emociones de los emprendedores y de su necesidad de «libertad financiera», aunque muchas veces ni siquiera sepan lo que eso significa. No es ilegal, pero sí resulta dañino en las mentes más débiles.
El emprendimiento es un proceso complejo que incluye escenarios positivos, realistas y pesimistas de los proyectos, creando a su vez muchos posibles caminos para mezclar y decidir, no se trata únicamente de aventarse sin una estrategia. Es cierto que también se necesita valentía para tomar riesgos, pero un emprendedor debe ser, esencialmente, un administrador de riesgos, ya que cuando emprende está arriesgando muchas cosas, como bien puede ser su casa, sus ahorros o su patrimonio familiar. Hay que tomar riesgos, pero no guiados únicamente por la emoción.
Existen programas serios de formación para emprendedores, donde se brinda acompañamiento a través de metodologías probadas para fortalecer y echar a andar las ideas de negocio, incluso muchos son gratuitos. Pero estos programas exigen tiempo, trabajo duro y perseverancia para obtener resultados, razones por las cuales los emprendedores terminan eligiendo la falsa facilidad que les ofrecen otros, con fantasías como: «crea tu empresa en tan solo una semana».
Imagen tomada de Kaspersky.
Jiménez Suchité

Es emprendedor y asesor de emprendimientos certificado por el Ministerio de Economía y la Universidad de Deusto, trabaja formando emprendedores en Coosajo R.L. y en la red nacional de consultores «Soluciones Empresariales», donde dirige la Academia de Ventas y capacita equipos de trabajo. Escribe «El lado oscuro de emprender» porque cree que los emprendedores no solo deben conocer el mundo color de rosa del emprendimiento, sino también todas las dificultades, trampas y normas escondidas que encontrarán. Hay que conocer las reglas para poder romperlas
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