Edgar Castro Bathen | Para no extinguirnos / SKYVAGABOND
En 1962, los Estados Unidos estaban deprimidos porque la Unión Soviética les había ganado la carrera espacial, colocando el primer satélite artificial en 1957, el primer ser vivo en órbita también en 1957 y el primer ser humano en salir al espacio y orbitar la tierra en 1961, que fue el cosmonauta Yuri Gagarin. El pueblo norteamericano se sentía con miedo, porque pensaba que los rusos, al tener un satélite artificial, podían tirarles bombas desde el espacio.
El presidente Kennedy y sus asesores se dieron cuenta de esto, e idearon una manera de levantar el orgullo norteamericano, poniendo una meta mucho más alta y diciendo que iban a ser los primeros en lograrla.
Fue así como, en la mañana del 12 de septiembre de 1962, el presidente Kennedy pronunció un discurso muy enérgico, en el estadio de la Universidad de Rice, en Houston, Texas.
«We choose to go to the Moon in this decade and do the other things, not because they are easy, but because they are hard». («Elegimos ir a la Luna en esta década y hacer las otras cosas, no porque sean fáciles, sino porque son difíciles»).
Este discurso encendió la pasión del pueblo norteamericano, que se decidió a apoyar la inversión que habría que hacer para poner un astronauta en la Luna y traerlo sano y salvo de regreso a la Tierra, no importa cuánto costara. Así nació el programa Apolo. Pero no crean ustedes que dicho programa tenía el apoyo de todos. No. También tuvo sus críticos. Hubo personas que dijeron que era una locura y criticaron fuertemente a Kennedy por invertir tanto dinero en ir a la Luna, pero aún así, el presidente Kennedy siguió firme. Adelante.
El programa Apolo tenía el objetivo de llevar tres hombres a la Luna, de los cuales 2 descenderían en ella y el otro se quedaría esperándolos en órbita lunar para luego regresar los tres sanos y salvos a la Tierra. En verdad fue casi una locura. Ni los soviéticos, que estaban más adelantados que los norteamericanos, quisieron intentarlo. Ni siquiera ellos quisieron hacerle la competencia a Estados Unidos. Quizá pensaron que era muy difícil o quizás pensaron que era imposible. Sin embargo, hoy aceptan que los norteamericanos ganaron esa carrera y que fue limpia, ya que de otra forma ellos la habrían denunciado.
El 20 de julio de 1969, Estados Unidos logró su meta. Los astronautas Neil Armstrong y Edwin Aldrin descienden en la luna exitosamente. Permanecen solamente 6 horas en ella, caminando, tomando muestras de rocas, tomando fotos y regresan a reunirse con su compañero en órbita Michael Collins, para después tomar rumbo hacia la Tierra.
Una hazaña espectacular, una hazaña tan increíble que mucha gente hoy en día no lo puede creer. Al mismo tiempo un gran riesgo para los astronautas que fueron muy valientes. Unos tipos superhumanos, con sangre fría y dispuestos a morir en cualquier momento. Pero no murieron, sino que regresaron gloriosos y fueron recibidos como héroes por el presidente Richard Nixon, debido a que, lamentablemente, el presidente Kennedy había muerto asesinado en Texas, en 1963.
Kennedy ya no lo vio, pero los norteamericanos lograron su objetivo. La mística era tan grande que tenían que lograrlo y lo hicieron.
Pero, ¿por qué no fueron a la Luna después?, pregunta mucha gente que no tiene el contexto de lo que sucedió. Tampoco crea usted que Kennedy era un aficionado a la astronomía o que lo hacía por alcanzar las estrellas y descubrir qué hay en el universo. A Kennedy le preocupaba ganar la carrera por imagen, por impacto social, por cambiar la mentalidad del pueblo, por cosas más mundanas.
A Kennedy le preocupaba el comunismo, la Guerra Fría y los misiles nucleares. Lo que le importaba era ganar la carrera porque le daba liderazgo mundial. No había continuación después de eso. No había plan. La carretera espacial terminaba allí. Por eso ya no hubo Apolo 18 ni Apolo 19 ni Apolo 20.
El presupuesto alcanzó hasta para el Apolo 17, que fue la única misión que llevó a un científico, el astronauta Harrison Schmitt, geólogo. Todos los demás eran militares. Ahora bien, esto no significa que la misión haya sido falsa o que no hayan ido a la Luna como creen muchos.
¿De qué sirvió entonces ir a la luna hace 50 años?
Por más increíble que parezca, llegar a la Luna no fue lo más importante. Lo más importante fue toda la tecnología que se desarrolló por causa de la carrera espacial. Las celdas de energía solar, los pañales desechables, la aspiradora sin cable, el velcro, trajes contra el fuego para los bomberos, sistemas de análisis de video, tecnología CMOS de computadoras, fruta deshidratada, comunicaciones de larga distancia, espuma con memoria, leds medicinales, máquinas de purificación de agua, detectores de humo, etcétera.
Edgar Castro Bathen

Guatemalteco, ingeniero en Sistemas, diplomado en Astronomía y Astrofísica Básica por la Universidad Galileo. Observador del cielo, divulgador, columnista y profesor de Astronomía. Ha publicado más de 400 artículos de astronomía en medios escritos y participado en decenas de entrevistas en radio y televisión. Es autor del libro Curiosidades de nuestro universo.
Correo: skyvagabond1@gmail.com
0 Commentarios
Dejar un comentario