Elecciones y violencia política por razones de género

Mirna Ramírez Pérez | Política y sociedad / HETAIRAS

La violencia política por razón de género representa
la resistencia al paradigma de cambio, en el que las
mujeres han dejado de participar únicamente en la
vida privada para intervenir de manera activa
en un espacio tradicionalmente masculino.

El proceso eleccionario está en marcha y las campañas de desprestigio, descalificación e intolerancia no se hacen esperar, principalmente hacia las mujeres que están en la contienda y que se han «atrevido» a profanar con sus intereses políticos el espacio que históricamente ha pertenecido a los hombres.

Considerar que una mujer puede llegar a ser la máxima autoridad nacional, duele en el ego de un alto porcentaje de hombres que siguen considerando que las mujeres tienen como función única en esta vida, servir a su pareja y a su descendencia en las cuatro paredes de su hogar.

Las primeras encuestas de este proceso electoral colocan en los primeros lugares en intención de voto a tres mujeres con distinta trayectoria en la vida política y social de Guatemala. Esto es novedoso, porque, tradicionalmente, las mujeres que accionan en los partidos políticos sirven de escalera para los «iluminados dirigentes», quienes merecen dirigir los destinos de la nación, ya que por «naturaleza» o, como en el proceso actual, por «designio de Dios», son los ungidos con ese derecho de ser electos. La posición y condición de las mujeres en los partidos políticos ha ido cambiando, producto de una participación activa de las mismas y de un trabajo de sensibilización de organizaciones e instituciones que promueven la ciudadanía activa de las mujeres.

Sin embargo, ese ejercicio de ciudadanía activa de las mujeres es motivo para violentarlas políticamente. En las redes sociales se materializan esas formas denigrantes con las cuales se ataca a las candidatas a puestos de elección popular.

Es preocupante leer mensajes cargados de misoginia, de discriminación y racismo hacia las mujeres que se perfilan en las primeras casillas de las boletas electorales. Se está generando un ambiente sumamente hostil hacia las candidatas, lo que limita que ejerzan plenamente y en igualdad de condiciones sus derechos políticos.

Manipulación y tácticas de desinformación están siendo implementadas con el objetivo de que el electorado no considere como opción válida la participación de las mujeres. En este caso, lo que se está revisando es ese ejercicio de violencia política hacia las mujeres, por el único motivo de ser mujeres, lo que responde al patrón patriarcal de menospreciar y no reconocer el potencial, la preparación y la capacidad de las mujeres para acceder a puestos de poder.

En un estudio realizado en México, en el marco del proceso eleccionario 2017- 2018, se identificaron 9 tipos de agresiones cometidas contra candidatas por medio de redes sociales: expresiones discriminatorias, amenazas, desprestigio, suplantación o robo de identidad, difusión de imágenes íntimas sin consentimiento, acoso, extorsión, difusión de información personal sin consentimiento, y monitoreo y acecho.

El mismo estudio define que existe una cadena de agresiones que consiste en
cuatro situaciones entrelazadas que suceden una a la otra:

Doxxeo; es decir, la investigación y obtención de información índole personal sobre una candidata; manipulación de la información que consiste en la elaboración de collages, fotomontajes, videos o información falsa, construida de tal forma que parezca real y con la intención de hacerse pública; desprestigio; la puesta en circulación en el espacio digital del material creado, en ocasiones acompañado de un hashtag ofensivo y expresiones discriminatorias; la recepción de insultos o agresiones contra la candidata por parte de usuarios de redes sociales en respuesta a la información puesta en línea. (Luchadoras)

Todo lo que revela el estudio indicado, está sucediendo en Guatemala, hay un ataque sistemático a las candidatas con fuerte presencia en la intención de voto, es preocupante que pueda traducirse en eventos más violentos. El mensaje es que las mujeres no pertenecen a la vida pública y por lo tanto no debe permitírseles su participación en los asuntos públicos.

Lo deseable es que podamos construir un imaginario social en donde las mujeres no tengan que demostrar, con creces, que tienen capacidades desarrolladas para la contienda electoral, que tienen el derecho de participar en igualdad de condiciones y ejercer así su derecho a elegir y ser electas, tal como lo reza la Constitución Política de Guatemala.


Fotografías por Mirna Ramírez.

Mirna Ramírez Pérez

Mujer, feminista, defensora de los derechos de las mujeres, tomo la palabra para denunciar este sistema opresor, patriarcal, racista, discriminatorio. Le apuesto a encontrar, de a poquitos, los resquicios para destruir ese sistema y construir el que posibilite la inclusión de todas y todos.

Hetairas

Correo: mirapez56@gmail.com

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