Meme Barrientos | Arte/cultura / APRENDIZ DE ALERO
Alarife es un término originado de las lenguas árabes, derivado de árafa que significa «el que fue señalado y nombrado para reconocer las obras públicas». Se menciona a estos artífices como maestros del arte de la construcción, significado que aparece en el Libro del peso. Este gremio se vincula y se forja desde la Edad Media, el conocimiento y la técnica de esta profesión se fue perfeccionando desde los inicios de la civilización humana.
Desde la época virreinal se concede un título por nombramiento real, que, para quien lo , refleja sus virtudes y sus habilidades en la arquitectura, esta titulación se otorgaba a quien tuviese suficientes méritos y reconocimientos en las fábricas construidas. Entre las atribuciones del arquitecto mayor estaban velar por la obra pública que se levantaba en la ciudad; desde los pozos y drenajes, hasta las enormes catedrales y edificios gubernamentales que iban a formar parte del ideario del patrimonio y de la identidad del pueblo.
Algunos de los arquitectos mayores que Guatemala ha tenido, son: Joseph de Porres (primer arquitecto del reino), Diego de Porres, Juan de Dios Aristondo, José Manuel Ramírez y Marcos Ibañez; en nuestros días, el título lo ostentaba Jorge Montes. El legado de estos insignes artistas ha contribuido a perfilar y ordenar las más importantes ciudades de nuestro país; Santiago de Guatemala y La Nueva Guatemala de la Asunción.
Jorge Montes nació en la ciudad de Guatemala en mayo de 1927, realizó sus estudios de arquitectura en la Universidad de Auburn, Alabama, EE. UU. En 1953 se incorporó a la Facultad de Ingeniería como parte del cuerpo docente, donde coincide con sus amigos Roberto Aycinena y Carlos Haeussler. Este grupo de jóvenes académicos asistió al Congreso Panamericano de Arquitectura de 1958 en México, al retornar a Guatemala, tienen la motivación de fundar la primera Facultad de Arquitectura en el país. La idea fue vista con buenos ojos por el decano de la Facultad de Ingeniería, Humberto Olivero, quien, convencido por la visión de los emprendedores jóvenes catedráticos, opta por apoyarlos y crea el Departamento de Arquitectura, el que años más tarde se desligaría de la Facultad de Ingeniería.
El arquitecto Jorge Montes llegaría a ser decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de San Carlos entre 1965 y 1969. Además fue fundador y catedrático de las universidades Rafael Landívar y del Itsmo.
A pesar de sus logros académicos, que fueron bastos, se tiene que primar la profunda mente creativa del arquitecto Jorge Montes, pues fue partícipe de una serie de cambios que se fueron dando en la Guatemala de mediados del siglo XX. La versatilidad de la época llevaba al país a frecuentes giros políticos, a los que se le sumaban catástrofes naturales que habían dejado en una crisis profunda de la que se tomó años en lograr estabilidad.
Montes activa su mente creadora, la cual venía formada con el movimiento moderno que había estudiado y analizado durante su formación técnica y académica en Estados Unidos. Valiéndose de esto, comienza una nueva era en la arquitectura guatemalteca, de la que él iba a ser pieza fundamental. El racionalismo de la Modernidad con sus ideas figurativas, abstrayendo las formas y conciliando la integración de la geometría, junto a la utilización de nuevos materiales y sistemas constructivos iba a marcar una era en la que se alimentaria la estética y la funcionalidad, armonizando con la sobriedad del concreto armado.
En 1954 fue llamado a participar como uno de los arquitectos que iban a inmortalizar el conjunto arquitectónico más importante del movimiento moderno, el Centro Cívico de la ciudad de Guatemala, ubicado en la zona 4. En dicho proyecto iba a compartir créditos junto a otros reconocidos maestros de la plástica guatemalteca; Roberto González, Guillermo Grajeda Mena, Carlos Mérida y Efraín Recinos.
Esta columna es un homenaje póstumo al último arquitecto mayor de Guatemala, quien hoy deja un gran vacío físico en la academia y en la arquitectura, pero que nos ha regalado una buena parte de su ser, que perdurará en su obra, a la vista de todos los guatemaltecos y que es parte de nuestro patrimonio cultural, el cual, como siempre digo, está en todos nosotros preservarlo y cuidarlo para el disfrute de las generaciones venideras.
Meme Barrientos

Licenciado en Arte y restaurador de bienes muebles, carrera que amo y me quita el sueño. Apasionado de la historia del arte guatemalteco, admirador y fanático de la arquitectura. Acumulador compulsivo de historias de antes y de objetos de otras épocas. Un alma vieja pérdida en este trajeteado siglo.
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