-Byron R.Titus / TRANSFORMACIÓN–
En el torbellino de malas noticias que nos golpean desde Guatemala, se ha perdido la atención a la modificación del currículo escolar y consolidación de las artes en un solo costal «Educación y expresión artística». Los ineptos de turno en el Ministerio de Educación imponen su más reciente alucine, desvirtuando así el enriquecimiento artístico. Su miseria de valores es evidente; la magnitud de su ignorancia e indiferencia intelectual no tiene paralelo en este universo. Aunque no debería de sorprendernos ese menosprecio o miedo al arte, pues no es nuevo en nuestro continente. Ojo, así empiezan de manera sutil eliminando cursos que les intimidan, plazas y presupuesto; luego siguen contra los mismos artistas que no se dobleguen. Acuérdense de que estos talibanes de la educación ya han arrasado nuestra casa y no se vale olvidar sus atrocidades. Comparto dos entre miles de injusticias:
Roberto Obregón nació un13 de noviembre de 1940 en San Antonio Suchitepéquez, Mazatenango. Sin duda uno de nuestros más grandes poetas, miembro del grupo Nuevo Signo, autor de obras monumentales como El Aprendiz de profeta, La flauta de Ágata, El fuego perdido, entre lo más conocido… Su obra contenía tanta belleza, desafío y esperanza que se hizo intolerable para los jinetes de la muerte que presidia el general Arana Osorio y el 6 de julio de 1970, regresando nuestro poeta de El Salvador fue capturado, torturado y desaparecido. Nunca se encontraron sus restos pero su mensaje siguió palpitando. No pudieron asesinar la poesía.
Años más tarde, en otra latitud, el 12 de septiembre de 1973, el cantautor Víctor Jara fue apresado, torturado y asesinado en Chile por la misma horda bajo el mando del general Pinochet. Como Roberto Obregón, Víctor Jara era de origen humilde, había nacido en Chillán Viejo, una población en las afueras de Santiago de Chile el 28 de septiembre de 1932. Desde niño se benefició de las clases de música en la escuela, después del coro de la Universidad, como de clases de teatro. Lo asesinaron impunemente pero no pudieron asesinar su canción.
Tanto Roberto Obregón como Víctor Jara están vigentes en el universo de las artes, se beneficiaron de la oportunidad de su estudio, de alguna manera se entregaron hasta enriquecer nuestras respectivas historias, cada uno en su «especialidad artística».
He allí el temor al arte, la muerte física no detiene el arrojo de la palabra ni notas musicales. Arte es peligro para ellos, pasa de generación en generación e incendia igual, ellos lo saben.
Pero los seres humanos tenemos derecho divino a las artes, al teatro, danza, música, pintura, poesía. Las artes deben impartirse por lo que son -en la magnitud de su esplendor único-, no «licuadas» en la pobre ocurrencia de alguien que obviamente no ha sentido el arte en las venas. Quién sabe si entre esos alumnos de hoy esté la promesa artística del mañana que junto a Julio Fausto Aguilera ansiamos dentro de la patria nueva, para cuya construcción hacen falta más artistas que corruptos, asesinos y prófugos.
A todo esto, ¿dónde está el tal sindicato de trabajadores de la educación o solo para pedir aumento salarial y detener el tráfico sirve?
Byron R.Titus

Sociólogo, investigador científico y transformador. Conferencista y asesor internacional. Actualmente director del Regional Resource Center en Webster MA. Fundador y director del Centro de Transformación a la Excelencia. Vivo fuera de Guatemala desde la noche del dia de la virgen de Guadalupe 1975. Mi cumpleaños es el 15 y 16 de julio, resido -hasta que San Juan baje el dedo- en Nueva Inglaterra, EUA. Amante de las artes, particularmente la literatura y la música.
2 Commentarios
En amparo, la esperanza es como un lienzo blanco, podemos permitirnos de matizar una linda pintura, tan agraciada que nos hará felices pero inversamente el paño, siempre tiene cicatrices y heridas….
Y dibujamos un gran corazón? un gran corazón y lo pintamos rojo, porque no hay cosa mas triste que un corazón vacío…… y un corazón carmesí, es un corazón que sangra como el Quetzal…. aparentemente, el amor y la sangre tienen el mismo color y es por el primero que se mueve el segundo…. y así sigue nuestro nacional « Arte »…
Porque existen tantos exiliados Guatemaltecos que no pueden regresar a su patria para no ser capturados y torturados. Sigo creyendo que Manuel Jose Arce no tenia porque dedicarse a barrer parques en Paris sus ultimos dias y por la tarde ofrecia conferencias magistrales y poesia. Tambien el Maestro de la Plastica Jacobo Padilla murio en Francia en pobreza y de Paris me traslado a La Habana, Cuba donde se encuentran los restos mortales del Dramaturgo Manuel Galich a quien en una noportunidad en la cantina ALFONSIN de la 14 avenida 7a calle zona 1 le pregunté: Vos Meme, porque te gusta venir a esta cantina que huele a aserrin. Me respondio. LO que me gusta es el olor a aserrin que hechan los dueños en el piso para cubrir las escupidas de los bolos.
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