Luis Felipe Arce | Política y sociedad / EL CASO DE HABLAR
«Es bien fácil vivir con los ojos cerrados, sin entender nada de lo que ves»
Strawberry fields forever.
Poco después de terminar su última gira y grabar su album: «Revólver» -bajo el sello EMI- a finales de 1966, los ya populares BEATLES, dejaron para la posteridad su inmortal canción: «Campos de fresa por siempre» (26 de Mayo, 1967).
Era una época particularmente difícil. En 1961 el presidente John F. Kennedy informó al mundo sobre la situación en Vietnam y aconsejó el acrecentamiento de la ayuda Estadounidense económica, técnica y militar a Vietnam del Sur.
El 22 de Noviembre de 1963, «JFK» fue asesinado en Dallas y, Lyndon B. Johnson -sucesor de Kennedy- aumentó aún más su apoyo al régimen Survietnamita.
En agosto del siguiente año, dos destructores Estadounidenses fueron atacados en el Golfo de Tonkin y, en represalia, Johnson ordenó el bombardeo a objetivos militares en Vietnam del Norte.
A partir de Febrero de 1965, sin una declaración formal de guerra, comenzaba la «Guerra de Vietnam».
En protesta contra ésta intervención militar, se conformaron diversos movimientos, siendo el «Movimiento Hippie» el más beligerante y que abanderó el descontento contra la guerra a través de protestas pacíficas bajo el lema de: «Paz y Amor», protestas que tuvieron su momento más relevante en el «verano del amor», Festival de Woodstock, en 1967.
En ése contexto, Guatemala no podía estar apartada de la turbulencia de la época, entre los años 1960-1996 se desarrolló el largo conflicto armado que duró 36 años, dejando un profundo impacto que repercutió tanto en lo económico, político y militar.
Éste enfrentamiento, sin precedentes, trajo cómo consecuencia inmediata una profunda herida en el tejido social y se le considera como la principal razón del subdesarrollo social y económico del país.
El 1985, y después de una larga lista de regímenes militares, el General Mejía Víctores convocó a una Asamblea Constituyente bajo la cual se realizaron las elecciones generales y en las que resultó ganador el Licenciado Vinicio Cerezo quien, el 14 de Enero de 1986, fue investido como el primer presidente electo democráticamente en Guatemala (1986-1991).
Éste fue el inicio de una larga lista de presidentes que han tenido en sus manos el destino del país: Jorge Serrano, Ramiro de León Carpio, Álvaro Arzu, Alfonso Portillo, Oscar Berger, Álvaro Colom, Otto Pérez Molina, Alejandro Maldonado y el actual, señor Morales.
Todos, a excepción de Ramiro de León y Alejandro Maldonado, fueron electos mediante el sufragio universal y el beneficio del voto popular.
Es muy elegante aparentar ceguera, pero como nos podemos dar cuenta, la historia se repite cada cuatro años.
El camino hacia una democracia participativa cada vez se hace más cuesta arriba. Si la democracia no funciona en Guatemala es porque no hay partidos políticos dignos de llamarse «partidos políticos»; en realidad, todos son ridículamente pequeños y totalmente vacíos de principios y doctrinas.
A pesar de las innumerables desilusiones y fracasos, la historia nos ha demostrado hasta la saciedad, que el guatemalteco se sigue resistiendo a abandonar los viejos paradigmas políticos y económicos que han sido las causas de nuestra situación actual de miseria, atraso y subdesarrollo.
En tiempos de crisis, el voto que debería ser racional, se vuelve pasional. El voto es muy poderoso durante las elecciones, pero muy débil después de estas, la sabiduría y lo que termina haciendo la diferencia, radica en saber cuando ejecutarlo. En consecuencia, los guatemaltecos somos responsables por haber elegido con nuestro voto a nuestros gobernantes.
Revisando desapasionadamente los resultados del voto en elecciones pasadas, nos damos cuenta que los gobernantes no han satisfecho las demandas populares.
Los parámetros de desarrollo, cada vez han ido en constante retroceso, y las políticas públicas no cumplen, ni por asomo, con las expectativas esperadas.
¿Será que los desaciertos han sido mayores que los aciertos?
¿Seguiremos eligiendo a los menos idóneos?
Vivimos tiempos que no admiten indiferencia.
¿Hemos aprendido de las lecciones que nos ha dado la historia?
Desde los días de Aristóteles, la política ha sido descrita de muchas formas, a mí en lo particular, me gusta la definición según la cual es el arte de cambiar la vida de los pueblos, lo que NO significa sólo cambiar un modelo político por otro; sino llevar la prosperidad y la felicidad a la inmensa mayoría de los ciudadanos.
«No hay peor ciego que el que ya vio la realidad y decide volver a cerrar los ojos».
Luis Felipe Arce

Guatemalteco. Ingeniero civil, por varios años gerente de Producción para Centroamérica de una importante corporación mundial dedicada a la fabricación de materiales refractarios y aislantes. Actualmente, consultor independiente.
7 Commentarios
Enhorabuena Luis. Buena nota. En Guatemala la política ha sido cambiada por la politiquería. Se invierten millones de dólares para luego «robárselos al tríple» cuando se llegue al gobierno. Y lamentablemente quienes han gobernado no son estadistas sino administradores de quienes realmente gobiernan y han convertido a nuestro país en esta «finca criminal»
Saludos.
Idealmente, el político es a la sociedad lo que el médico a la salud.
Muy buen texto, ameno y enjundioso e informativo. Mil gracias y esperamos más.
SIMPLEMENTE NOS ACOMODAMOS…… Y TODOS PORQUE NO ES SUFICIENTE SOLO DENUNCIAR SI NO PROPONEMOS NI ALGO MAS O MENOS CONGRUENTE SIQUIERA PARA PODER INICIAR UNA ACCIÓN DE CAMBIO, TODO ES DEL DIENTE AL LABIO Ó DE LA PLUMA AL PAPEL; PERO NO POR ESO DEJA DE SER EXCELENTE TU EXPOSICIÓN MI QUERIDO GUICHÍN.
Correcto Luis, excelente reconocimiento al arte y la música hippie contra la intervención yanqui en Viet Nam. Durante mi estadía en Alemania, estuve en la ocasión de observar el Festival de este movimiento en Amsterdam 1969. Lastimosamente hoy en dìa y aquí, hay tremendo miedo a lo distinto, a los otros que no piensan como los mesiánicos pentecostales que convirtieron en déspotas a los corruptos diputados que nos quitan el derecho de escuchar la música » endiablada» según ellos, de los heavy metals de Suecia. Un abrazo.
Esta es la triste realidad de nuestra historia, y como dijera Chespirito»Quien podra defendernos»
Excelente artículo
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