Ernesto Guadalupe Pos Sacalxot | Política y sociedad / EL DIOS CAPITAL
Ya se escucha en el ambiente «feliz año nuevo», ¿expresión que se refiere a conteo de días, meses o años o palabras referido al tiempo?, ¿cómo se mide o se pesa el tiempo, es un fenómeno externo o subjetivo del hombre? Para que haya tiempo, se necesita espacio y recorrido para calcular los centímetros, metros o kilómetros en minutos, años y siglos, por lo tanto, la noción del tiempo finito o infinito se repite, retorna o se pierde en el espacio. Las estaciones del año se han repetido a través de siglos, lo mismo el recorrido de la Luna alrededor de la Tierra y esta, a su vez, en torno al Sol, recorridos repetidos por milenios.
¿El inicio de un año nuevo significa verdaderamente un período nuevo?. Eso significa haber destruido lo viejo, cuando se siembra un grano de maíz, con el tiempo crece y se cosecha, el tallo y hojas envejecen y caen, se vuelven nutrientes y partes de la misma tierra. Lo que era nuevo se vuelve viejo y se destruye. De la mazorca surgen otros granos que continúan la historia de la milpa y surgen de ella otras semillas y plantas nuevas para los siguientes años. La vida de la milpa se desarrolló en tiempo lineal, pero continúa su historia a través de otras siembras repetidas en tiempo circular. Lo mismo sucede con la persona desde que nace, crece y muere, nunca más retornará porque su vida fue en tiempo lineal.
Para desear un año nuevo es porque se ha destruido un año viejo o las prácticas realizadas, por lo tanto, ¿por qué anhelar un año nuevo si todo continúa igual en la vida, el trabajo, los estudios, los mismos vicios, creencias y religiones, se continúa en el mismo sistema económico social y político, se tolera al mismo gobierno, se aguanta la misma miseria y se acepta la opulencia de otros, se viven los mismos conflictos?
La historia del hombre ha sido por milenios en tiempo lineal, porque nunca ha retornado a su origen, ha evolucionado desde la edad primitiva luego descubrió el fuego, el lenguaje, inventó instrumentos de trabajo y de caza, posteriormente la rueda, el arado y la maquinaria, el arte y la religión en diferentes etapas por miles de años hasta la edad moderna que se da el lujo de mostrar sus grandes inventos y avances de la ciencia y tecnología. El hombre supuestamente llegó a la Luna, se viven tiempos de informática, electrónica y robótica, por lo tanto, la nueva humanidad nunca más retornará a la edad primitiva. Es imposible pensar que algunas personas volverán a vivir en cuevas en algunas décadas, aunque tal vez lo harán temporalmente en la Luna, en Marte o en otras galaxias, porque los avances tecnológicos hacen pensar que la ambición del hombre moderno es capaz de colonizar otros planetas de manera superior, por lo tanto, la edad primitiva de la Tierra nunca retornará.
No obstante, pueda que sea un cuento, porque está más próximo el retorno del principio. El calentamiento global del planeta es real, los recursos naturales no son eternos, los hombres se pelean en torno a ello, aunado al aumento de la población y siguiendo un patrón de vida del capitalismo se necesitarían más de tres planetas para darle lujos a esa vida insostenible. Esto hace surgir conflictos geopolíticos que inventan las naciones ricas por el recurso natural de los países pobres, provocando hambre y destrucción. No obstante, los países ricos intervienen usando la fuerza militar en nombre de la paz mundial y de la democracia, matando a millones de personas por las distintas guerras, la amenaza del uso de la bomba nuclear es real, actualmente hay miles entre los países ricos. Un error de uso o un uso planificado de esas armas es suficiente para destruir la Tierra, en cuestión de horas desaparecería gran parte de la humanidad o su extinción total.
La Tierra se vería en tinieblas y la lluvia de radiación que provocan esas bombas paralizaría la historia de la humanidad. Es ahí donde nuevamente Tepew y Q’ukumatz surgirán en medio de la obscuridad, se reunirán nuevamente para decidir qué tipo de humanidad quisieran crear, porque lo que instauraron hace miles de años ha frustrado a los dioses. El primer hombre fue hecho de lodo, no sirvió y los dioses se encargaron de destruirlo; luego surge el hombre de madera pero no tuvo consciencia ni agradecimiento, por lo que los dioses también lo destruyeron; posteriormente hicieron uno de maíz y evolucionó. Pero esta vez no serán los dioses los que destruirán esta humanidad, son los mismos hombres que se creen dioses autodestruyéndose los que borrarán su existencia por la ambición del poder y dinero, provocando guerras. El retorno del principio es real y surgirá una nueva creación y tal vez se escuchará ¿FELIZ AÑO NUEVO o FELIZ PRINCIPIO?, porque lo viejo ya no tiene sustento.
Fotografía proporcionada por Ernesto Guadalupe Pos.
Ernesto Guadalupe Pos Sacalxot

Licenciado en Psicología General y Msc. en Antropología Social por el Centro Universitario de Occidente de la USAC. Es fundador y director de la Asociación Escuela de la Calle, dedicada a la asistencia de niños y niñas de escasos recursos en el área de Quetzaltenango, principalmente niños trabajadores y abandonados en las calles, con el objeto de restablecer sus relaciones familiares y reincorporarlos en la sociedad con mejores oportunidades a través de la educación.
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