El presupuesto del Mineduc y sus alianzas con sus peones políticos

-Héctor Herrera / PEDAGOGÍA DE LA PREGUNTA

El partido Frente de Convergencia Nacional -FCN- lleva en el Gobierno más de un año y diez meses, tiempo en el que ha librado diferentes crisis, la más fuerte, fue el intento de expulsión del comisionado Iván Velásquez, cuando se le declaró no grato y el Gobierno de Jimmy Morales pretendió expulsarlo del país. Esto implicó que una guerra entre burgueses se agudizara y cada una de las fuerzas económicas del país se plegara a un bando u otro, ante este panorama se logró salir de esa crisis institucional gracias a los acuerdos entre senadores de EE. UU. y las cúpulas de poder. En este contexto, el Sindicato Patronal (STEG) movilizó a sus bases para respaldar la gestión de Jimmy Morales y bajo el argumento de un «pacto colectivo» llamó a defender la «institucionalidad».

Sin duda, el presidente de la República les recibió y se sintió respaldado con un sector del Magisterio que ejerce una presión política para seguir negociando las garantías constitucionales.

Meses después, el ministro de Educación, Dr. Oscar Hugo López, quien también es el exdirector de la Escuela de Profesores de Enseñanza Media -EFPEM- de la USAC, llegó a la Comisión de Finanzas del Congreso de la República donde planteó que «los maestros y maestras ya aceptaron la evaluación de desempeño», una evaluación que tiene su fundamento en la propuesta Ley de Carrera Docente, misma que se ha hecho efectiva en el Bachillerato con Orientación en Educación implementado durante el Gobierno del Partido Patriota, aun cuando nunca fue publicada en el Diario de Centroamérica.

Actualmente, el maestro y maestra de Guatemala sigue pensando que la defensa de su Ley Tutelar, el 1485, es obsoleta o vacía, a pesar de que en ella están contenidos su derechos y responsabilidades como parte del Magisterio Nacional. Por ello, para el Estado es importante que los mentores contratados bajo el renglón 021 y 022 tengan la figura de «Técnicos auxiliares», porque eso permite que el 1485 no los proteja, vulnerando así el derecho de inamovilidad contenido en la Ley Tutelar.

Este sistema económico se ha encargado de que los niveles de inflación sigan en aumento y permite tener hoy en día a mentores con deudas en los bancos del sistema. Por ello, es normal que cuando alguien les habla de un “aumento salarial», hagan comparaciones con los sueldos que se recetan los funcionarios del Legislativo o Judicial y cuestionen por qué un mentor gana tan poco por la labor docente que ejerce. Es evidente la desigualdad; cuando el campesino gana Q 1 000 o menos al mes y un trabajador del Legislativo Q 20 000 o más. Mientras el maestro con 25 años de servicio no ganas más de Q 6 000.

Por eso, cuando alguien agita la bandera del «pacto colectivo» o «aumento salarial» el maestro se alegra, aduciendo que con ello mejorará su calidad de vida, olvidando que con cada «aumento salarial» vienen más descuentos, más intereses en los bancos y un proceso de aumento en los productos de la canasta básica y los servicios básicos.

Esto solo cambiará si entendemos la línea de corrupción que emana del Cacif junto con los megaproyectos y empresas transnacionales y multinacionales, grandes evasoras de impuestos, que se regulan gracias a un Código Tributario que los favorece y sigue dejando en la miseria a los más pobres y excluidos.

Este mes se publicó en el Diario de Centroamérica el Acuerdo Gubernativo 247-2017, el cual da vida al Bachillerato con Orientación en Educación y deja firme el proceso para eliminar el Magisterio en Educación Primaria en todas sus modalidades, esto a pesar de que el máximo órgano constitucional en Guatemala, la Corte de Constitucionalidad -CC-, dejó firme una sentencia a favor de la Educación Bilingüe Intercultural.

Entonces por qué debería luchar el Magisterio Nacional en Guatemala:

¿Por aumento salarial o por condiciones laborales?
¿Por defender la Ley Tutelar del Magisterio o por defender gobiernos sumergidos en la corrupción e impunidad?
¿Es tarea del gremio exigir un presupuesto digno para educación o una tarea del ministro y su equipo de trabajo?
¿Quién se beneficia de solicitar bonos y préstamos?
¿Por qué avalar a un sindicato que ha negociado las garantías constitucionales del Magisterio Nacional?
¿Cómo hacemos resurgir al Magisterio científico y dispuesto a caminar junto a su pueblo?
¿Por qué le conviene a los empresarios por la educación el Bachillerato y no el Magisterio?

Es momento de recuperar el Magisterio Nacional, pero eso no lo hace una persona, lo realiza un equipo de trabajo formado en lo social, político y económico en beneficio de las grandes mayorías en toda la República de la Patria de María Chinchilla y Víctor Manuel Gutiérrez.

Héctor Herrera

Ha cursado estudios en la Facultad de Humanidades (USAC), docente en el nivel primario, dirigente magisterial y estudiantil. Ha participado y desarrollado actividades académicas en distintos puntos del país y ha colaborado con otros docentes que trabajan diariamente en la construcción de una sociedad dispuesta al pleno ejercicio de la equidad, desde las aulas y las ideas de las nuevas generaciones. Es, en suma, un hombre comprometido con los grandes procesos y desafíos interculturales en el país.

Pedagogía de la pregunta

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