El mundo desde sus ojos

Rita Ma. Castillo | Arte/cultura / SOMOS ARTE

Hace dos semanas estuvimos realizando un taller de creatividad con las niñas de un hogar refugio que se llama Príncipe de Paz. Las niñas de este lugar han sufrido abusos de todo tipo, abandono y situaciones complicadas en general, demasiado duras y tristes para cualquier edad. Este taller fue la primera etapa de un proyecto de arte que estamos trabajando en diferentes organizaciones y comunidades por iniciativa propia. Con este taller tratamos de dar paso a las ideas que estaremos plasmando en un mural, el cual planeamos sea una expresión de lo que ellas buscan, sueñan y esperan de la vida.

La pregunta que les planteamos fue muy sencilla, a mi parecer, y en realidad la usamos como una dinámica para que se soltaran y abrieran un poco ante la idea de pintar. Honestamente me asombré al ver algunas cosas que plantearon, aclaro que no les impusimos nada. Algunos escenarios planteados por las niñas implicaban muerte y destrucción, otros eran muy coloridos y positivos, y me llamó la atención la cantidad de niñas que citaron fragmentos de la Biblia, los cuales después revisé y estaban citados a la perfección. Fue muy variado, y me dejó pensando muchas cosas, como ¿qué futuro nos espera? ¿A dónde vamos a parar? ¿Qué puede esperar un grupo de niñas que han sufrido tanto a tan corta edad del futuro, si solo han conocido la parte dura de la vida? ¿Qué puedo hacer? ¿Cómo puedo ayudar? ¿Me importa en realidad que pasará?… y podría seguir con un sinfín de preguntas que llenaron mi cabeza, cómo estaremos en 20 años.

Me puse a pensar quién era yo hace 20 años, y al ver para atrás en mi vida, muchas cosas ya tienen sentido y otras aún no las descifro. A mis 33 años puedo decir que el camino en algunas cosas es incierto. Ya tengo una mejor idea de quién soy, eso sí se ha ido aclarando poco a poco, y aunque no lo he pasado siempre bien, puedo decir que, comparada con las chicas del taller que mencioné, me ha tocado literalmente la gloria, y siento gratitud por eso. Pero, ¿cómo puedo hacer un cambio significativo, cómo puede mi vida impactar? Son cosas que en los últimos años de mi vida no me han dejado en paz, sé que uno solo no puede cambiar todo en la vida, pero, como dice la frase «sí podés alterar el pedacito que te tocó», y si de a poco vamos juntando pedacitos, seguro será significativo. Tenemos el poder de alterar vidas y cambiar realidades si nos lo proponemos, yo tengo al menos 53 niñas a quienes espero al menos dejarles la curiosidad, y esto puede ser un semillero, quién sabe. Espero que al leer esto te preguntés, ¿qué realidades tengo para alterar? Proponete actuar, yo no imagino en 20 años un mundo mejor al paso que vamos, peleándonos por tener la razón y matándonos por pensar diferente, destruyéndonos unos a otros y olvidando que somos humanos y merecemos respeto. Olvidamos que el amor debería ser lo que todos deberíamos defender, y si seguimos este camino, al igual que los dibujos de las chicas o como una de ellas me expresó «seguro seño, ya no vamos a estar vivos».

No quisiera imaginar en 20 años un mundo sin humanos, me niego a creer que destruirnos entre nosotros por ser diferentes sea el único camino, me niego, y solo espero que cada día que pase pueda mejorar para cambiar la perspectiva de cómo ven la vida las personas, porque, en este momento, desde sus ojos, todo va en decadencia.

Un mundo ideal transformado es lo que sueño, y es por lo que trabajo, 53 vidas suena a tan poco, pero en realidad es demasiado, cuánto dolor del pasado por restituir, cuánto presente por trabajar para mejorar y cuánto futuro brillante por desarrollar. Hagamos desde nuestro espacio que la perspectiva de los ojos de otros cambien, inspiremos a que así sea, luchemos por lo justo, trabajemos honestamente y vivamos en armonía. Suena a canción, pero este ideal es cuestión de trabajo, mucho por hacer y nos toca empezar ya.

Regresemos a las futuras generaciones el poder de ver la vida de color, con esperanza y positivismo. Que el mundo desde sus ojos sea mejor que el que nosotros pudimos imaginar.


Fotografía por Rita Ma. Castillo.

Rita Ma. Castillo

Diseñadora industrial, apasionada por el arte, con ojos curiosos, corazón colorido, coleccionista de historias, relatos y vivencias con extraños. Descubrí el arte como una herramienta sanadora, como una medicina, dicen que las cosas llegan a la vida cuando deben llegar y a mí el arte me encontró y me rescató. Vivo de eso, y amo haber encontrado mi propósito de vida en ayudar al prójimo por medio de mi tesoro, por medio de mi arte, aprendo cada día y me nutro de color, historias y trazos.

Somos arte

Un Commentario

Rita de Castillo 22/08/2018

Hermosa historia, hermoso proyecto, admiro tu corazón que de poquito en poquito esa´s haciendo grandezas. Te amo hija

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