Luís Eduardo Ramírez | Arte/cultura / ¡QUÉ FUSAS!
¡Ea imperio! lávate la cara
que de tus aras poco queda ya.
De dónde elegiste esa ave fea y trompuda
de plumas y pelos estrambóticos y ridículos.
El hombre que decide ahora tus caminos, no es más que un charlatán y un imbécil,
ahora se te pierde y te faltan el respeto por todos lados,
se acabó la gloria de tu calva ave, de blanco cuello y cabeza,
ve tu gente todo esto con pasmo,
y en medio de tu ágora, un rubio que grita, un asno.
Se te revelan aquellos que mantenías subyugados
y volverás a una fase anterior al imperio.
Qué triste que no te duró mil años,
porque no llevaste progreso, sino puros daños;
nada aprendiste de Roma, su orden y su belleza,
haciendo más culto a las monedas que a Atenea y su grandeza.
Perdiendo el tiempo en sacrificios a Marte y a Ares,
ninguneando a Zeus y Atenea, como si no tuviesen mayor jerarquía.
Pues ahora espera tormentas y sequía,
y que el oráculo no más te muestre el futuro.
Llegar a tener tanta grandeza, para poner a hacer los sacrificios en el altar, a un animal sin
gracia. Un pajarraco amarillo y anaranjado, obtuso y pernicioso; lleno de prejuicios y malas
ideas … de resultados y éxitos temporales … fracasos contundentes.
Lo grande se hace pequeño y lo pequeño se hace grande,
en tu momento de debilidad, todo se libera ¡todo arde!
Empiezan a agrietarse tus columnas
y tus edificios públicos que antes connotaban poder,
son vistos ahora, anticuados.
Las riquezas que proyectabas, se ven ahora como baratijas
ya sin brillo, con mucho peso y obsolescencia,
aún tienes pragmatismo, pero no decencia;
y así tus ínfulas de poderío en lo ridículo rayan
e inhalando una ralla, también el ridículo hacen, tus ciudadanos.
La misma nube de polvo con que intentaste frenar pueblos obreros
ahora te tiene adormecida y atormentada,
y atrapada entre las barras e hipnotizada por tus estrellas
has convertido tu estandarte en un trapo sin porte ni arte.
Que poco latín hay en tus poetas
salvo en tu divisa, y algunos públicos monumentos
y te dejas ahora seducir por lo que dice un idiota Chauvin.
Luís Eduardo Ramírez

Todo lo relacionado con «el uso de los dedos y lengua» es lo mío, y cuando digo esto, me refiero al gusto por las armónicas en tonos C, D, G y A. Y claro, los instrumentos de cuerda, sean pulsadas o frotadas, además de aquellos de acción de tecla. Por otro lado, el interés por las coyunturas, las culturas y la música.
Correo: jails817@gmail.com
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